El mercado inmobiliario argentino vive un nuevo auge de los créditos hipotecarios, impulsado por el regreso de los préstamos ajustables por UVA. Según un informe de la consultora Econviews, el interés por acceder a una vivienda propia mediante financiamiento está en su punto más alto en años, superando incluso el boom de 2016. Sin embargo, ese entusiasmo se enfrenta con una baja oferta por parte del sistema bancario, lo que podría derivar en un cuello de botella difícil de sortear.
Los datos del Banco Central refuerzan este escenario: el 23 de mayo, el stock de créditos hipotecarios otorgados al sector privado se incrementó un 14,2% mensual y un 456% interanual, alcanzando los $3,4 billones. Además, lleva once meses consecutivos creciendo por encima de la inflación. Pese a ello, aún representa solo el 0,40% del PBI, muy por debajo del pico del 1,37% registrado en 2018.
“Estamos frente a una ventana de oportunidad”, destaca Econviews, que resalta que el actual valor del dólar y los precios aún contenidos de las propiedades generan condiciones atractivas para quienes pueden acceder al crédito. En febrero, por ejemplo, se requerían apenas 2,3 sueldos promedio para adquirir un metro cuadrado, una mejora notable frente a los 8,3 sueldos necesarios en 2020.
Los créditos UVA, los más dinámicos dentro del rubro, están destinados principalmente a la adquisición de viviendas, lo que se refleja también en el mercado de escrituras: en 2024 ya se concretaron 54.809 compraventas en la Ciudad de Buenos Aires, un 35% más que en el mismo período del año anterior. De ellas, 4.816 se realizaron mediante hipoteca, triplicando la cifra de 2023 y representando el 9% del total.
Pese al repunte, los especialistas advierten que los niveles actuales todavía están por debajo de los estándares históricos: en la década de 1990, cerca del 50% de las operaciones inmobiliarias se realizaban con hipoteca, mientras que hoy ese porcentaje apenas supera el 20%.
Uno de los factores que podría limitar una expansión más acelerada es la falta de liquidez del sistema bancario. La escasa profundidad del mercado de capitales impide que los bancos amplíen su cartera crediticia al ritmo de la demanda, lo que ya llevó a varias entidades a subir las tasas de interés.
Guillermo Barbero, especialista de First Capital Group, remarcó que si bien los hipotecarios son actualmente la línea crediticia de mayor crecimiento, aún están lejos de convertirse en un actor protagónico del sistema financiero argentino.
En resumen, mientras el contexto macroeconómico y la relación salario-precio de los inmuebles ofrecen condiciones propicias, la baja oferta y la estructura financiera del país imponen límites que podrían frenar el impulso. Aun así, para quienes logren acceder, 2025 podría ser un momento estratégico para invertir en vivienda.