No, a pesar de lo que muchos piensan, los guiris que circulan Rambla arriba y Rambla abajo no son tontos. Los visitantes enseguida se dan cuenta de que este eje tan singular está sobrevalorado, de que la gente de la ciudad evita el paseo más conocido de Barcelona, que el lugar está poblado de buscavidas que tratan de sacarles unas cuantas monedas…
Son algunos de los aspectos que recoge el primer estudio elaborado con inteligencia artificial sobre la reputación en las redes de la Rambla y sus alrededores. Se trata de una iniciativa impulsada por la asociación de vecinos y comerciantes Amics de la Rambla, en colaboración con el Ayuntamiento y la empresa GetYourGuide. Para ello se analizaron más de 1.800.000 menciones online y unos 2.400 recursos en la zona de influencia de Rambla y también 830.000 menciones online y otros 734 recursos situados en el propio paseo. La mayor parte de estos comentarios los suscriben visitantes de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia.
La inseguridad, la masificación, las tiendas cutres y los restaurantes caros enturbian las visitas
Y sí, una de las principales conclusiones que uno alcanza luego de echar un vistazo a los resultados de este trabajo según cuentan muy pionero es que los guiris no son tontos, que la mayor parte de las tiendas que aquí encuentran se les antojan más bien cutres, que a ellos también les parece que faltan policías patrullando por la Rambla, que las facturas de muchos restaurantes no se corresponden para nada con los platos que les sirven… Las obras de reforma en marcha tampoco les hacen ninguna gracia, pero la verdad es que las obras no suelen gustarles a la mayoría.
Son extremos que al menos desmontan un tanto la creencia tan extendida de que muchas zonas turísticas son tan cutres porque de esta inexorable manera satisfacen las demandas de sus visitantes, que lo que pasa es que los guiris además de tontos tienen un gusto lamentable y lo que les encanta de veras son las paellas precocinadas y que les claven 20 euros por una jarra de litro de sangría.
Afortunadamente los turistas también se fijan en el lado bueno de la vida y no dudan en poner buena nota a los aspectos más positivos de su paseo. Sí que les gusta el ambiente, que les parece vibrante, tomarse cualquier cosa, perderse luego por el barrio Gòtic, las estatuas humanas y demás artistas callejeros y, sobre todo, todas las posibilidades de ocio que les brinda la Rambla y sus alrededores. Al parecer los turistas se gastan en entradas unos 35 euros cada uno.

La oferta de muchos restaurantes de la Rambla decepciona a no pocos visitantes
Àlex Garcia
De hecho, según el índice de reputación online elaborado para este estudio, estas actividades alcanzan una nota de un 8,88 sobre diez. La visita al mercado municipal de la Boqueria es uno de sus esparcimientos preferidos. La zona de influencia de la Rambla se queda con un 8,60, y la propia Rambla con un 8,57. El alojamiento y la restauración quedan atrás, con un 8,21 y un 7,95 respectivamente.
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Ángel Díaz, vicepresidente de la asociación de vecinos y comerciantes de Amics de La Rambla y responsable del Observatorio Rambla, subraya que “a través de la evaluación de la situación, la concienciación y el trabajo conjunto, esta información nos ha de servir para conocer la realidad del paseo y para, desde Amics de la Rambla, idear propuestas y líneas de trabajo, tanto con los operadores como con las administraciones. El objetivo es conseguir, entre todos, una mejora progresiva de la reputación de los establecimientos de la Rambla y de la experiencia del visitante”.