La parasitosis intestinal puede ser una afección no muy conocida, que los médicos definen como las infecciones causadas por la presencia de parásitos en el intestino. Estos organismos, que pueden ser visibles o no al ojo humano, necesitan para sobrevivir estar en el organismo de otra especie, al que llaman “huésped”.
Hay varios tipos de parásitos, como giardia, criptosporidio y entamoeba histolytica (causa de la amebiasis). En general, se encuentran el agua de ríos, lagos, estanques y arroyos, pero también pueden vivir en piscinas y jacuzzis, si el cloro no ha resultado eficiente para eliminarlos.
Los oxiuros, un tipo de gusano, también se propagan a través del suelo, alimentos y bebidas contaminados. En tanto, los anquilostomas pueden infectar al entrar por la piel, especialmente si la persona camina descalza sobre suelo u otras superficies contaminadas.
Reconocer los síntomas que causa la parasitosis intestinal es de gran importancia para tomar medidas y, así, detener la infección. Porque los parásitos pueden provocar molestias leves o problemas de salud de mayor consideración.
Con frecuencia, las personas sanas se recuperan de las infecciones por parásitos intestinales sin necesidad de un tratamiento, informa el sitio Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Salud de Estados Unidos. Si se necesita tratamiento, generalmente funciona para eliminar los parásitos.
Si alguien, una persona o un animal, tiene parásitos intestinales también tendrá huevos y organismos adultos en sus heces. Estas pequeñas cantidades de heces contaminadas que resultan indetectables pueden llegar al agua, la tierra, los alimentos y los líquidos. Si una persona con una infección no se lava bien las manos después de ir al baño, los parásitos también pueden permanecer en cualquier superficie que toque.
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Entonces, si otra persona toma agua o come alimentos contaminados con parásitos o sus huevos, desarrollará la infección. También puede infectarse si se lleva algo a la boca que haya tocado superficies contaminadas, advierte Medline Plus.
Los principales síntomas de la infección, que deben durar algunos días para resultar sospechosos de parasitosis son: diarrea, dolor abdominal, angre o moco en las heces, heces grasosas e inusualmente malolientes que flotan, náuseas y vómitos, gases, fiebre y pérdida de peso. Otros síntomas asociados con la parasitosis: prurito o picor anal, dolor y distensión abdominal, además de presencia de gusanos en la materia fecal.
Al ir a la consulta médica, el profesional ordenará una “prueba de huevos y parásitos, una información que a saber cómo tratar su enfermedad. La prueba también se puede usar para ver si el tratamiento contra los parásitos está funcionando”, explica Medline Plus.

La prueba se realiza en el caso de que los síntomas perduren y se solicita si hay otros síntomas como deshidratación, si el sistema inmune ha sido debilitado por alguna enfermedad o haber estado expuesto a los parásitos, por ejemplo al tomar agua de un río o arroyo, viajar a un país donde los organismos son más comunes o haber estado cerca de otra persona infectada.
Para evitar la parasitosis se aconseja evitar consumir carnes poco cocidas (en especial las hamburguesas), lavarse las manos con frecuencia, tomar agua limpia y segura, y lavar correctamente frutas y verduras.