Estas señales pueden pasar inadvertidas o ser atribuidas a otras causas, pero constituyen un indicador importante de disfunción en personas con diagnóstico de diabetes.
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La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que se caracteriza por su impacto multisistémico, es decir, afecta diversos órganos y sistemas del cuerpo humano. Aunque comúnmente se asocian sus consecuencias a complicaciones como el pie diabético o la mala circulación, es menos conocido que el sistema digestivo también puede verse gravemente afectado.
Según MedlinePlus, “la digestión comienza en la boca y continúa en el estómago y los intestinos, permitiendo que el cuerpo utilice proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales”. En personas con diabetes, este sistema puede sufrir alteraciones importantes debido al daño progresivo de los nervios (neuropatía diabética) ocasionado por los altos niveles de glucosa sostenidos en el tiempo.
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Algunos de los malestares más frecuentes que pueden manifestarse en el sistema digestivo de personas con diabetes incluyen:
- Diarrea.
- Incontinencia fecal: dificultad para controlar los movimientos intestinales.
- Acidez estomacal: sensación de ardor por reflujo del ácido gástrico.
- Digestiones pesadas o lentas: malestar estomacal prolongado después de comer.
- Menor velocidad digestiva: retraso en el vaciado del contenido gástrico hacia los intestinos.
Estas señales pueden pasar inadvertidas o ser atribuidas a otras causas, pero constituyen un indicador importante de disfunción en personas con diagnóstico de diabetes.
Una de las condiciones más representativas de la afectación digestiva en diabéticos es la gastroparesia, un trastorno que se produce cuando el nervio vago —encargado de controlar el vaciamiento gástrico— se ve dañado por niveles altos de glucosa. Esta afección provoca que los alimentos permanezcan en el estómago más tiempo del habitual, generando náuseas, vómitos, sensación de saciedad precoz e incluso alteraciones en el control glucémico debido a la absorción irregular de los nutrientes.
Ante estos síntomas, es fundamental la atención médica especializada. Un diagnóstico oportuno permite iniciar el tratamiento adecuado, que puede incluir cambios en la dieta, medicamentos o ajustes en la terapia para el control de la glucosa.
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