“Me defino como una persona inquieta, siempre me gusta estar activa. Soy creativa y alegre”. La que habla es Valentina Pergolini, la hija menor de Mario Pergolini, quien con sus jóvenes 19 años se prepara para debutar en un escenario de la mano de Despertar de primavera, uno de los títulos teatrales más emblemáticos que vuelve a la cartelera porteña con la dirección de Fer Dente. “Es un sueño hecho realidad”, confiesa.
Luego de haber hecho una extensa carrera de formación artística desde su infancia, se prepara para el gran debut del viernes 20 de junio en el Teatro Ópera. “Siempre quise esto y lo esperé toda mi vida. Todavía no caigo. Estamos ensayando todo el tiempo, lo proceso, y al mismo tiempo no. Creo que voy a darme cuenta de todo recién cuando termine la primera función”, confiesa a Revista GENTE.

“Yo trabajé en la producción de Rent y de El Principito y ya se rumoreaba sobre esta obra. Más allá de que aquel me gusta mucho, como yo estudio artes escénicas cuando subieron el flyer no dudé en anotarme directamente en el casting. Estaba muy decidida. Lo hice de forma relajada, sin expectativas. Aunque quería que se dé. En las audiciones del Ópera, que tiene dos instancias de canto y baile, cuando llamaron mi número en la segunda no lo podía creer”, revela sobre cómo fue el camino por el cual llegó a formar parte del elenco.
Y añade: “No se me podría haber dado de mejor manera porque lo estoy haciendo acompañada de un equipo que es hermoso. Mi experiencia es cada día mejor. Cuando vos soñás tanto con algo (iba a audiciones y no quedaba), no terminás creyendo en esa frase que te dicen de que todo llega a su tiempo. Al quedar experimenté una sensación rara porque no lo creía y al mismo tiempo era consciente de que se estaba dando. Pronto comenzaron a consumirme la ansiedad y los nervios”.

–En el proyecto está muy metido Fer Dente, ¿cómo fueron las charlas con él?
-Es lo más. Despertar de primavera es una obra que te atraviesa mucho desde lo laboral. Hacerlo con estos compañeros, como te dije, es precioso porque realmente uno se siente cuidado. Él formó parte de esta obra cuando era más chico y nos cuenta su experiencia. A aquellos que realizamos nuestra primera vez en el escenario, nos decía que el proceso es más tedioso. Nos calma que nos adelante cosas que nos van a pasar. Me acuerdo mucho de una charla que tuvimos en un ensayo en el que le preguntamos por su experiencia y nos dio varios tips geniales. Por ahora no le pedí ningún consejo.
-¿Cómo contaste en casa que fuiste seleccionada?
-Yo soy muy cabulera, así que los únicos que sabían que iba a audicionar eran mis familiares. Me acuerdo de que mi papá, el último día de audición, me preguntó cómo estaba saliendo todo, y le contesté que no sabía nada. Ese día me había ido a almorzar con amigas y yo ya tenía la confirmación. Cuando me pasó a buscar mi mamá por la estación de subte le conté, cuando apenas llegué a casa le dije a papá y después se los comenté a mis hermanos. Todos estaban muy emocionados. “Ya soy parte del elenco”, le dije a papá cuando lo desperté de la siesta. Y no lo podía creer.
-Obvio que el viernes están allá, ¿no?
-Ya sacaron las entradas.
-¿Pagaron? Me muero.
-Sí, ellos apoyan el proyecto.

-Teniendo en cuenta que tu papá es un emblema de los medios, sabe de frustraciones y de ese famoso lado B. ¿Qué tipo de charlas tuvo con vos para enfrentar este momento y qué consejos te dio desde su experiencia?
-Me encanta que preguntes esto. Me pasaba de ver gente en la situación en la que yo estoy ahora, mientras me sentía frustrada al salir de una clase porque las cosas no me salían. El artista pone todo su cuerpo y la frustración puede llegar rápido. Por suerte tengo a mi papá, que tiene mucha experiencia. Es la primera persona a la que recurro cuando necesito un consejo. Los mejores me los dio él. Obvio que mi mamá también porque es psicóloga, pero el plus de papá es estar en el medio. Mientras audicionando me sentía contenta, pero al mismo momento sabía que me podían fletar, entonces papá me decía que debía estar contenta de lo que venía logrando, más allá de hasta dónde llegaba. Me hacía ver el esfuerzo de todas las etapas que pasé.
-¿El gusto por la producción la heredaste de él?
-Desde chica me decía: “Los mejores artistas son los que se hacen de los dos lados”. Hay que entender que uno se sube al escenario para brillar, pero hay un montón de gente detrás. Ahí me di cuenta de que me apasionaba mucho también saber todo eso. Más allá de que me frustré un montón, lo tuve al lado mío.

-Un buen combo un papá con experiencia en medios y una mamá psicóloga, ¿verdad?
-¡Qué mejor para una artista!
Cómo es el vínculo de Valentina con Mario Pergolini
“Es el mejor del mundo. Comparto mucho con él. Nos da mucho amor. Tengo un problema en la vida y me comunico con él. No quiero decir que es como cualquier otro papá, pero es lo más. Lo amo y lo admiro muchísimo”, afirma cuando se le consulta cómo es el animador como papá.

-¿Te gustaba acompañarlo en el trabajo?
-Yo viví más la etapa de la radio que la de la tele. Me gustaba ir con él. Siempre compartíamos esas experiencias.
-¿Es cuida?
-Sí (risas)… Soy la única mujer de mis hermanos y la más chica, ¡imaginate ese combo!. Ellos tienen una experiencia siendo padres, pero como soy mujer en las primeras salidas les tenía que contar absolutamente todo para que se queden tranquilos.

-¿Te pesa el apellido?
-Yo siempre fui una persona muy reservada. Hasta el año pasado no me mostraba tanto en las redes. Como siempre supe que quería dedicarme a esto, quise hacer mi camino a pesar de ser consciente del apellido que tengo. Lo que quiero lo quiero lograr por mis propios medios y sentir que, si me eligen, es por lo que soy. Hasta ahora no siento el apellido como una carga. Nunca tengo comentarios negativos y tampoco estoy tan expuesta.
-Y a la vez te tocaron estos últimos años que fueron más tranquilos para tu papá sin televisión.
-Sí, los viví tranquila en la escuela.
El largo camino de la formación de una artista

Valentina afirma que fue “afortunada” en haber tenido una vocación desde la infancia. “Eso me llevó a poder seguir el camino que quería, formándome. Mis papás siempre nos dieron libertad de elección. Tuve la suerte de que nunca me exigieron que estudie tal o cual cosa”, cuenta a GENTE.
“Desde que soy muy chica me apoyan en todo esto. Tuve un momento en el que mis viejos me dejaron hacer muchos deportes. Un día frené con todo, y después tomé la decisión de actuar”, agrega.
-¿En algún momento pensaste en seguir una carrera universitaria, a modo de comodín para la vida adulta?
-Me pasa que la carrera convencional que tenía como plan B es Gestión de medios. En un momento pensé en anotarme, pero mis amigas me terminaron de hacer ver que no era lo que yo quería. Siento que no podría estudiar otra cosa. A mí en el colegio me iba bien porque soy autoexigente y porque había que cumplir, pero uno tiene una sola vida, y si no hace algo que lo deje contento…

Fotos: Ramiro Palais
Agradecemos a Lola Barredo