
América Latina transita la mitad del año con un escenario logístico en plena transformación. Las disrupciones globales, las demandas crecientes del comercio y la evolución tecnológica obligan a los actores del sector a redefinir sus estrategias para mantenerse competitivos, resilientes y ágiles.
Un nuevo informe difundido por una de las principales navieras internacionales, con operaciones en toda la región, destaca tres grandes tendencias que ya están impactando de lleno en las cadenas de suministro: la visibilidad en tiempo real, la adopción de inteligencia artificial generativa y la renovación de los procesos aduaneros.
La necesidad de contar con una mayor visibilidad en la cadena de suministro ha dejado de ser una ventaja diferencial para convertirse en una condición esencial. Las particularidades de América Latina —infraestructura desigual, incertidumbre política y exposición a fenómenos externos— obligan a implementar herramientas capaces de anticipar demoras, redirigir cargas y ajustar inventarios en redes fragmentadas.
Este año, las plataformas de rastreo avanzaron notablemente: dejaron de ser simples sistemas de monitoreo para transformarse en soluciones predictivas que integran múltiples fuentes de datos. Las empresas más avanzadas ya aplican un enfoque dual: visibilidad táctica para operaciones diarias y visibilidad estratégica para decisiones de largo plazo. Esta combinación está fortaleciendo la capacidad de respuesta ante eventos disruptivos.
La inteligencia artificial generativa está desempeñando un rol clave en la automatización de procesos y la eficiencia de las operaciones logísticas. Su aplicación en 2025 abarca desde la optimización de rutas y la gestión de inventarios hasta el mantenimiento predictivo y la previsión de la demanda.
Al analizar grandes volúmenes de información, esta tecnología permite decisiones más rápidas y precisas, facilitando el paso de modelos operativos reactivos a esquemas proactivos. También está reduciendo las tareas manuales y mejorando la productividad general de las operaciones, en especial en centros logísticos de alta rotación.
La transformación de los sistemas aduaneros en la región se aceleró en respuesta al proteccionismo creciente, la complejidad normativa y la volatilidad comercial. El nuevo enfoque, según el análisis difundido, apunta a convertir los desafíos regulatorios en oportunidades estratégicas, a partir de la digitalización y la gestión inteligente de datos.
La implementación de plataformas integradas y el desarrollo de capacidades internas para navegar regulaciones diversas se han convertido en puntos críticos para los operadores logísticos, especialmente aquellos vinculados a sectores con alta rotación internacional.

Con estos tres ejes como telón de fondo, el informe señala que las empresas deben trabajar en tres frentes complementarios para optimizar sus operaciones de cara a la segunda mitad del año: previsión de la demanda, distribución de inventarios y mejora continua.
1. Previsión más inteligente: Las compañías están utilizando IA y análisis predictivo para anticipar picos de demanda, considerando factores como indicadores económicos, tensiones geopolíticas e incluso eventos estacionales. Este tipo de análisis permite planificar con mayor precisión y minimizar tanto el exceso como la escasez de stock.
2. Inventario distribuido: Para mejorar la respuesta a las necesidades del mercado, se están descentralizando los centros de almacenamiento. La estrategia busca reducir los tiempos de entrega, acercar los productos a los mercados clave y disminuir el impacto de disrupciones en puntos específicos de la red.
3. Cultura de mejora continua: Más allá de las herramientas, se pone el foco en las personas. La capacitación constante y la incorporación de metodologías ágiles están ayudando a identificar oportunidades de mejora en los procesos, enfrentar la escasez de mano de obra calificada y adaptarse rápidamente a los cambios.
La región también enfrenta desafíos inmediatos en el plano operativo. El reporte advierte sobre algunos focos de tensión en el transporte terrestre en países clave de América Central, la región andina y el Caribe.
En Colombia, la terminal de Buenaventura presenta demoras operativas que están generando un efecto dominó en Cartagena, donde comienza a notarse una menor disponibilidad de vehículos de carga. En Costa Rica, el inicio de la temporada de lluvias está afectando la logística portuaria y terrestre, requiriendo ajustes en las ventanas de carga. Por su parte, Honduras experimenta congestión en la terminal de Puerto Cortés, con tiempos de espera que superan las 12 horas, lo cual ya impacta en el corredor logístico. En El Salvador, el auge de la temporada de exportación de frutas tropicales pone a prueba las capacidades logísticas del país, exigiendo soluciones específicas para productos perecederos.
En cuanto al transporte aéreo, se destaca el lanzamiento de una nueva ruta de cabotaje en Brasil, entre São Paulo y Manaos. Este servicio representa una innovación en conectividad aérea nacional, clave para el abastecimiento de la zona norte del país.
La segunda mitad de 2025 será clave para consolidar las transformaciones iniciadas en el primer tramo del año. La logística latinoamericana deberá seguir apostando por herramientas digitales, inteligencia operacional y redes más flexibles.
La región ya no puede darse el lujo de operar de manera tradicional: adaptarse, anticiparse y actuar con resiliencia son condiciones necesarias para mantenerse a flote en un entorno global cada vez más incierto. Las empresas que lideren este cambio serán aquellas que, sin esperar certezas, se preparen desde hoy para lo que viene.