Hoy comenzará el juicio por el brutal doble crimen ocurrido en febrero de este año en la finca La Unión, en la localidad de Coronel Moldes, donde dos hermanos de 70 y 73 años fueron hallados sin vida con signos de extrema violencia. Entre los acusados se encuentra el hijo de una de las víctimas, quien junto a un amigo es señalado como responsable del ataque, presuntamente motivado por el robo de dinero.
El debate será presidido por el juez Eduardo Sángari, de la Sala II del Tribunal de Juicio del Distrito Centro, y se extenderá —según lo previsto— hasta el 17 de noviembre. El proceso contará con la intervención del fiscal penal Gabriel González, titular de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (UGAP), quien representará al Ministerio Público Fiscal.
El Ministerio Público Fiscal llevará a juicio a Michel Jesús Suárez, acusado como autor del delito de homicidio calificado por el vínculo, criminis causa y por alevosía en perjuicio de su padre, y de homicidio criminis causa y por alevosía en perjuicio de su tío, ambos en concurso real.
También será juzgado José María Enrique Chávez Herrera, imputado como autor del delito de homicidio calificado por criminis causa y alevosía (dos hechos).
La fiscalía sostiene que ambos planificaron el hecho con el propósito de apoderarse del dinero y bienes de los hermanos Suárez, utilizando violencia extrema para lograrlo y eliminando cualquier posibilidad de defensa.
El hecho que ahora llega a juicio ocurrió el 17 de febrero de 2024, cuando la Policía fue alertada sobre la presencia de dos adultos mayores sin vida en su vivienda de la finca La Unión, ubicada en Coronel Moldes. Las víctimas fueron encontradas con evidentes signos de violencia, lo que dio origen a una investigación exhaustiva a cargo de la Unidad de Investigación UGAP y del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF).
Las tareas de campo incluyeron entrevistas, análisis de comunicaciones telefónicas, revisión de cámaras de seguridad públicas y privadas y pericias técnicas. Con esas diligencias, los investigadores lograron reunir elementos de convicción suficientes que permitieron detener a los dos sospechosos y sostener la acusación ante el Tribunal.
Según el requerimiento a juicio presentado por el fiscal González, los acusados viajaron en transporte público hasta Coronel Moldes con la excusa de compartir una comida con las víctimas. Una vez en la vivienda, aprovecharon la confianza familiar y la discapacidad visual de uno de los hermanos, a quien engañaron para conducirlo hasta un lavadero. Allí lo redujeron y esposaron, exigiéndole dinero y la clave de una caja fuerte.
Ante la negativa del hombre, lo atacaron con un arma blanca en el cuello y el rostro, provocándole la muerte por shock hipovolémico.
Posteriormente, convocaron al otro hermano, que descansaba en otra habitación, con la misma intención. Intentaron esposarlo y forzarlo a entregar dinero, y ante su resistencia, lo agredieron también con un arma blanca, causándole la muerte de forma inmediata.
Luego de cometer los homicidios, registraron la propiedad, sustrajeron una importante suma de dinero en pesos y dólares y huyeron del lugar a bordo del automóvil de las víctimas, que más tarde fue hallado abandonado en una localidad cercana.





