Alex Butler tenía solo 7 años cuando ideó su propio juego de cartas. A él le encentaba jugar con su familia, en especial durante sus vacaciones, y pensó que sería increíble tener su propio juego. Después de días de pensarlo, se le ocurrió el nombre: Taco vs. Burrito.
El juego combina estrategia y diversión para crear una fascinante competencia por ver qué jugador cocina la mejor receta. El objetivo es fácil, utilizar las cartas de ingredientes y sabor, y tratar de pasarles las tarjetas de dolor de panza o salsa picantes a tus contrincantes. Al final del juego, quien tiene más puntos, gana la competencia.
Con el apoyo de sus padres, Alex desarrollo su idea al máximo. Su madre, Leslie Pierson, contó a Seattle Times que al principio creyó que su hijo se aburriría y desistiría de la idea, pero con el tiempo siguió adelante con nuevas ideas y giros hasta que empezó a jugarlo con sus amigos.
Pierson se definió así misma como una “emprendedora en serie”, ya que estuvo en varios proyectos, e incluso presentó una de sus ideas —GoodHangUps— en el programa “Shark Tank” en 2016. Esta experiencia fue clave para acompañar a Alex.

Para cubrir los costos de producción, Pierson creó una recaudación de fondos que al primer día superó los 1.000 dólares, lo que sorprendió a Alex. Luego, llevaron el juego a la Comic Con de Seattle, la ciudad más grande del estado de Washington, en el noroeste de los Estados Unidos.
Allí obtuvo 25.000 dólares, por lo que decidieron llevar el proyecto al siguiente nivel. El padre de Alex, Mark Butler, creó la empresa Hot Taco Inc. para gestionar el emprendimiento. Alex poseía la mayoría de las acciones.
En 2018, en su primer año de venta, Taco vs. Burrito recaudó cerca de 1,1 millones de dólares en la plataforma Amazon, donde se convirtió en el juego de cartas más vendido, tan solo por 20 dólares. Desde entonces, vendió 1,5 millones de copias.
El futuro de Alex Butler tras la venta de Taco vs. Burrito: música y sueños de un Lamborghini
Ahora, con 15 años, Alex vendió Taco vs. Burrito a la empresa PlayMonster, con sede en Wisconsin. “Nunca fue algo a lo que le haya tenido apego ni nada por el estilo”, comentó en diálogo con Seattle Times.
Para él, el juego “no es muy importante”, sino que “quería sacarle el máximo provecho”. Y si bien la familia no reveló el precio por el cual vendió el juego, indicaron que se sintieron cómodos con la visión de la empresa, ya que —de acuerdo con Pierson— “trataron a Alex como a un adulto”.
Jonathan Berkowitz, director ejecutivo de PlayMonster, contó que estaba interesado en el juego porque los “personajes son increíbles” y ofrece diversión y competencia para todas las edades. Además, cuando descubrió que el juego fue creado por un niño de 7 años, se quedó atónito.

“Siempre es divertido cuando los niños pueden vencer a sus padres en un juego, pero los padres aún pueden disfrutar verdaderamente del juego”, sostuvo Berkowitz, quien planea expandir Taco vs. Burrito con nuevas extensiones de línea y mercados. A partir de noviembre, lanzará una nueva versión del juego en una caja de coleccionista, según Berkowitz.
En tanto, Alex —que cursa décimo grado en Ballard— señaló que su futuro probablemente no estará en la industria de la fabricación de tarjetas ni en un trabajo tradicional de nueve a cinco. Ahora le gusta la producción musical, los deportes y los videojuegos, comentó.
“Nunca fue algo que quisiera hacer más adelante en la vida”, agregó, mientras que Pierson explicó que la familia todavía discute cómo distribuir e invertir el dinero tras la venta. ¿Qué hará Alex con su parte? Su sueño es comprarse “un Lambo” (Lamborghini).