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domingo, febrero 23, 2025

A trece años de la Tragedia de Once: entre el dolor, la memoria y la justicia

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El 22 de febrero de 2012 a las 8.33 de la mañana se escuchó un impresionante estruendo en la estación de Once. Una formación de la línea Sarmiento, que arribaba desde la región Oeste, se estrelló contra los paragolpes de contención de la plataforma. Así fue cómo se apagaron 51 vidas y casi 800 pasajeros resultaron heridos. Se denominó la peor tragedia ferroviaria del país.

El siniestro causó la muerte de 51 personasmás un bebé por nacer– y dejó 789 heridos. Pero, sobre todo, dejó una herida abierta que no sanará nunca. “Lo que pasó el 22 de febrero de 2012 tiene tantos elementos que, depende de donde uno se ponga a mirarlo, se puede definir de muchas maneras”, reflexionó Paolo Menghini, padre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas de la tragedia.

“Fue una masacre porque la corrupción se llevó puesto a inocentes; fue una gran tragedia porque el ciudadano fue abandonado a su suerte; y también fue un crimen porque se perdieron vidas inocentes”, sostuvo Paolo en diálogo con El1.

Lucas Menghini Rey, el último encontrado

Lucas Menghini Rey tenía 20 años y su cuerpo fue el último en ser hallado entre los vagones retorcidos del tren. Lo encontraron 57 horas después del siniestro. “El Chimu”, como lo apodaban, integraba una banda de folk rock y la noche anterior al desenlace se había presentado en el carnaval de San Antonio de Padua, donde vivía. Lucas tenía una hija de 4 años y trabajaba en un call center cercano a la estación de Once.

“Yo estaba trabajando en la Tv Pública, tuve que ir a buscar un guión a unos metros del noticiero y encontré a toda la redacción corriendo. Pregunté qué había pasado. De inmediato, me di cuenta que era la hora en que Lucas tenía que estar llegando a la estación”, recordó su padre, Paolo.

El padre de Lucas aseguró: “Fueron las peores horas de mi vida. Fueron 72 horas de búsqueda desesperada, producto de la inoperancia de quienes tenían que haber realizado adecuadamente su trabajo”.

En ese sentido, explicó: “Los jefes del operativo de seguridad dieron por terminado el rescate de víctimas el mismo 22 de febrero, diciéndole al juez Bonadío que ya estaban relevados todos los vagones y que no había más víctimas ni heridos en el tren”, contó Paolo.

Paolo Menghini, padre de Lucas.

Una búsqueda sin descanso

Sin embargo, su padre analizó las imágenes de las cámaras de seguridad de la estación de San Antonio de Padua y visualizó a su hijo subir al cuarto vagón. En ese momento, “a los encargados del operativo se les ocurrió ir a buscar a ese lugar, que tenía un impacto que había hecho hundir la chapa 70 centímetros”.

Su cuerpo recién fue hallado a las 18.20 del 24 de febrero de 2012 en una cabina de uno de los vagones de la formación. Estaba muerto entre el tercer y cuarto vagón.

“Nosotros siempre dejamos en claro que la ausencia de búsqueda de Lucas no fue la culpa del bombero de calle, ni de la gente del SAME, sino producto de la inacción e inoperancia de los jefes del operativo que lo dieron por cerrado”, aseveró Paolo.

Al recordarlo, manifestó: “Nos produce un dolor enorme que los responsables de tanto dolor hayan quedado impunes. Hubo un juicio aparte de la tragedia y los jefes del operativo a instancias del fiscal Federico Delgado fueron absueltos”.

Los juicios: Once I y Once II

El siniestro derivó en dos juicios orales penales entre el 2014 y 2017. El primero tuvo como acusados el motorman Marcos Córdoba; a los entonces directivos de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA); y a los exsecretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi.

“Con el paso de los años uno va tomando dimensión de lo que logramos con la lucha de justicia en un país donde la injusticia es moneda corriente”, sostuvo Paolo Menghini.

El debate oral en 2015 derivó en condenas a prisión para 21 personas que quedaron firmes en la Corte Suprema, salvo la de Jaime. El exfuncionario del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había sido condenado a siete años de cárcel por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, pero al revisar la sentencia, la Cámara Federal de Casación le subió la pena a ocho años.

Las condenas

El 2 de diciembre de 2015, el Tribunal Oral Federal 2 dictaminó su condena a seis años de prisión por «administración fraudulenta«, por lo cual pasó casi siete años en la cárcel de Ezeiza. Fue liberado en marzo de 2023. Sin embargo, en noviembre de 2024, el Tribunal llamó a Jaime a presentarse en Comodoro Py y ordenó que termine de cumplir la condena en prisión, a pesar de haber presentado un pedido de domiciliaria por razones de salud.

Por otro lado, quedó en libertad condicional el expresidente de TBA al momento de la tragedia de Once, Carlo Michelle Ferrari. Había sido condenado a cinco años de prisión por “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública” y “estrago culposo agravado”.

Otros beneficiados con la libertad condicional fueron los ex directivos de TBA Jorge De los Reyes, Sergio Daniel Tempone y Carlos Pont Verges. A todos se les retiró la tobillera electrónica con la que cumplían el arresto domiciliario.

En otro de los casos, Jorge Álvarez, también directivo de la concesionaria al momento de la tragedia de Once, recibió la libertad condicional y salió de la cárcel de Ezeiza, donde cumplía la condena que vencería en octubre de 2024.

Por su parte, el maquinista Córdoba, con una pena de tres años y tres meses de cárcel, obtuvo la condicional en septiembre de 2020 y salió de la cárcel de Marcos Paz.

En cuanto al máximo responsable de la empresa TBA, Claudio Cirigliano, recibió una condena a 7 años de cárcel y logró el arresto domiciliario desde abril de 2021 por cuestiones de salud.

Los otros condenados ya habían accedido a la libertad condicional en 2020; ya sea por haber sido sentenciados a tres años de prisión o por problemas de salud.

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El segundo juicio

En octubre de 2018, en un segundo juicio por la tragedia de Once, el entonces ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión. La Corte Suprema de Justicia dejó firme la responsabilidad penal del exministro Julio De Vido, pero por tres votos contra dos decidió reenviar la causa a la Cámara de Casación para que dicte una nueva pena.

De Vido, a pesar de contar con otras condenas, no fue preso. Primero, Casación deberá dictar una nueva pena y luego revisarla la propia Corte Suprema de Justicia.

“Con penas ejemplificadoras, logramos que la mayoría de los responsables fueran condenados con casi el mayor rango de pena que daba el código penal”, indicó Paolo.

En ese sentido, manifestó: “Hicimos un trabajo enorme para que la sociedad supiese que no íbamos a bajar los brazos, que no nos iban a comprar, no nos iban a amedrantar. Íbamos contra un poder político y económico gigantesco”. Al día de hoy, salvo Jaime y De Vido, todos los acusados cumplieron su condena.

La intervención de Trenes de Buenos Aires (TBA)

A menos de una semana de la tragedia de Once, el entonces Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido, ordenó que se llevara a cabo la intervención de la concesión de Trenes de Buenos Aires (TBA). Esta era la encargada del funcionamiento de las líneas Sarmiento y Mitre. Casi tres meses después, ese contrato se rescindió a través de un decreto del Gobierno de la Nación. 

De esta manera, las líneas Sarmiento y Mitre quedaron a cargo de la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (UGOMS), conformada por las restantes concesionarias: Metrovías y Ferrovías. Poco tiempo después, la línea Sarmiento se convirtió en la primera empresa de ferrocarriles del área metropolitana en ser operada por el Estado.

La tragedia como punto de inflexión

El accidente y sus consecuencias fueron un punto de inflexión en el transporte ferroviario en todo el país. Permitió que saliera a la luz el grave estado en que se encontraba. Es que, hasta ese entonces, se había subestimado el estado de las unidades, de las estaciones y de las vías férreas. 

Como consecuencia de estas pérdidas humanas irreparables, se logró que el estado de los ferrocarriles volviera a estar en agenda y que se invirtiera en las renovaciones necesarias para evitar otra catástrofe igual o peor no vuelva a pasar.

Después de la tragedia la historia no volvió a ser la misma. No solo nuestra historia personal, sino la historia del país no volvió a ser la misma”, expresó Paolo.

Tras el accidente, el gobierno llevó adelante la renovación completa de las vías que van desde la estación de Once hasta Moreno. También, se realizó el mejoramiento de los pasos a nivel.

En el año 2014 se reconstruyó la estación Villa Luro. Fue tomada como un modelo que se replicó en prácticamente todas las líneas del área metropolitana y en varios lugares del interior del país.

Además, compraron  una flota de trenes eléctricos a nuevo, la primera que se realizó en 50 años. En ese sentido, Paolo indicó: “Sobre la sangre de nuestros familiares, el gobierno de ese entonces se dignó a comprar trenes que debía comprar antes”.

Han pasado 13 años y el principal cambio tiene que ver con la mentalidad del usuario del Sarmiento, quien entendió lo que costó tener esos trenes; costaron 52 vidas inocentes. El cambio más grande tiene que ver con tomar conciencia de por qué fue un antes y un después”, cerró Paolo.

Producción y textos: María Clara Arias

Gráficos: Laura Villafañe

Edición General: Andrea Luzuriaga y Laura Villafañe

Redacción

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