Abatido un hombre que se atrincheró en su casa tras matar a su hermano

En el pequeño pueblo de Calldetenes, 2.700 habitantes, todavía les cuesta creer que l’Angelet, que justo el día anterior estaba tomando un café en el bar Sukipà, y que era un hombre al que conocían de toda la vida, protagonizaría apenas pocas horas después una noche de ira y acabaría disparando contra todo el que se acercara, capaz de acribillar a su hermano, tomar a su madre como rehén y atrincherarse en su casa hasta que finalmente fue abatido por los Mossos d’Esquadra. Los especialistas acabaron con él después de varias horas negociación fallida y al ver peligrar la vida de las personas a las que retenía: su madre y su hermano. Desde las 2:30h hasta las 6h de la mañana los agentes intentaron intermediar con el individuo que solo respondió con disparos. Se ha intentado mediar durante mucho rato, pero hay veces que la situación nos obliga a actuar para salvar vidas. Hemos podido salvar una vida y la otra no hemos podido”, explicó resignado el jefe de la comisaría de Osona, el inspector Josep Pericas. Durante la intervención, cinco mossos resultaron heridos, tres de ellos de gravedad.

El incidente se inició sobre las 23h del lunes en una vivienda de dos plantas situada en la calle Torre d’Aigües, una zona apartada del municipio, cercana al cementerio. En la casa vivían una madre, de 85 años y recién operada del corazón, con tres de sus cinco hijos, todos varones: L’Angelet, de 50 años, que se dedicaba a la construcción, aficionado a la caza y con problemas de adicciones; Joan, de 59, la otra víctima, que padecía una discapacidad intelectual, y Cinto, también soltero, que se salvó de las embestidas de su hermano.

Un vecino, que vive cerca de la vivienda, escuchó un estruendo sobre las 23h y pensó que alguien estaba agotando los petardos que le sobraron en Sant Joan. Maldecía al gracioso de la pirotecnia sin poder conciliar el sueño. Su percepción cambió cuando sobre las 2 h aparecieron los Mossos d’Esquadra, un helicóptero y el Grupo Especial de Intervención de los Mossos. Los disparos procedían de la casa de los Mumany. L’Angelet tomó una escopeta de caza y abrió fuego en el interior de la vivienda. Según un vecino, que dice haber visto la escena desde su ventana, el atacante disparó a través de la puerta de la habitación donde se refugiaba uno de los hermanos.

“Se ha intentado mediar durante mucho rato, pero hay veces que la situación nos obliga a actuar para salvar vidas”, subraya el jefe de la comisaría de Mossos en Osona

Los Mossos se personaron en la zona a las dos de la madrugada. Primero, lo hizo una patrulla de seguridad ciudadana que fue recibida a tiros por el pistolero. Uno de los agentes quedó herido en el brazo. Ante la violencia del ataque, la policía catalana movilizó al Grupo Especial de Intervención (GEI) y a un equipo de negociadores para convencer al sujeto de que depusiera las armas. “No ha habido diálogo posible con él. No ha habido manera de interlocutar”, argumentó el inspector. 

“Ante el riesgo que corrían las personas que podían estar en el interior de la casa, los agentes han iniciado las tareas para liberarlas”, justificó la policía catalana en un comunicado. Atrincherado en el interior del domicilio, las balas del escopetero alcanzaron a dos agentes de los GEI, uno de ellos en el cuello, que tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario en estado grave. Dos agentes más quedaron heridos leves, si bien recibieron el alta este martes. La violencia empleada por el pistolero y la negativa a abrir un diálogo empujó a los Mossos a abatirlo. “En el marco de esta actuación, el hombre ha disparado contra el Grupo Especial de Intervención y estos han tenido que hacer uso del arma de fuego contra él con el resultado de muerte”, alegaron los Mossos. El vecino que confundió los disparos con petardos recordaba después como a las 6h terminó todo. Escuchó varias ráfagas hasta que reinó el silencio. “Aquí se terminó la fiesta”, zanjó.

En el municipio de Calldetenes hay dos bares de pueblo, el Sukipà y el Ca la Nena. En ambos l’Angelet, el pistolero, era un habitual. “No entendemos cómo ha podido pasar. Eran de aquí de toda la vida”, explicaban unas clientas del Sukipà que recordaban que la semana pasada estuvo arreglando el baño del establecimiento. En Ca la Nena, tres hombres que tomaban un cortado, se sinceraban: “Era nuestro amigo y cuesta de entender. Estamos muy afectados”. El SEM activó a los psicólogos para que atendieran a la madre que este martes, en un episodio para el que todavía no hay explicación, ha perdido a dos de sus hijos. El alcalde del municipio, Miquel Riera, se sumó a la conmoción generalizada y tampoco encontraba una explicación a los sucedido. “Es muy difícil de entender”. Calldetenes ha decretado tres días de luto.