Los aplausos que arreciaron desde la distinguida tribuna oficial de Tortugas Country Club una vez que sonó la última campana resultaron un doble reconocimiento. A La Natividad-La Dolfina por el triunfo y la conquista de la Copa Emilio de Anchorena, segunda gema de la Triple Corona argentina, que ratificó su condición de equipo estelar y máximo candidato a ganar el Abierto de Palermo. También a Ellerstina-Indios Chapaleufú, por su entrega inclaudicable y sus acciones lucidas que le permitieron, otra vez, jugarle de igual a igual al equipo perfecto y configurar una final atrapante.
El 12-11 que exhibió el tablero final sentenció la segunda conquista de la temporada para La Natividad-La Dolfina, que festejó con desahogo pero sin estridencias en los palenques y en el podio. El objetivo estaba cumplido; el resto no importaba. Ellerstina-Indios Chapaleufú, con la bronca de haber estado tan cerca de dar el gran golpe, tiene mucho como más para ilusionarse que como para lamentarse con miras al torneo cumbre del año, que se iniciará este sábado.
Bartolomé (h.) y Camilo Castagnola y Poroto y Adolfo Cambiaso descorchan por segunda vez juntos; son los campeones del Abierto de Tortugas, un mes después de consagrarse en Hurlingham. – Créditos: @Rodrigo Néspolo
La Dolfina y Ellerstina protagonizaron, durante 25 años, un clásico que signó una era en el polo. El paso del tiempo irremediablemente delineó un cambio generacional, pero las leyendas se mantienen vigentes. De un lado, Adolfo Cambiaso se unió a su hijo ‘Poroto’ y sus sobrinos Bartolomé y Camilo Castagnola, en una explosiva alianza con La Natividad. Del otro, los hermanos Facundo y Gonzalo Pieres inyectaron sangre joven al equipo al sumar fuerzas con los jóvenes Cruz y Antonio Heguy, que en su tercera temporada dejaron atrás el rótulo de promesas. Dos apellidos otrora antagónicos, hoy unidos por una causa común. Aunque más no sea por esta temporada, parece haberse configurado un nuevo derbi.
Porque transcurridos dos de los tres certámenes de la Triple Corona, Ellerstina-Indios Chapaleufú ha sido el único capaz de jugar de igual a igual contra los galácticos. En una semifinal del Abierto de Hurlingham cayó en un chukker suplementario (13-12). Esta vez volvió a dar pelea hasta el final y a punto estuvo de igualar en la penúltima acción del partido.
Carrera por la bocha entre Gonzalo Pieres (h.) y Poroto Cambiaso; Ellerstina-Indios Chapaleufú cumplió una gran actuación y hasta superó en el juego al campeón. – Créditos: @Rodrigo Néspolo
El encuentro fue vibrante de principio a fin. Aun cuando parecía que el favorito se aseguraría el título de campeón al adelantarse por tres goles con poco más de dos minutos para el final, los Pieres y los Heguy siguieron luchando, como a lo largo de todo el partido, y se acercaron a uno, primero con un gol de Antonio Heguy, de consagratoria actuación, y luego con un penal 1 a falta de 29 segundos que les dio una oportunidad más desde la mitad de la cancha. En lugar de pegar largo, armaron una jugada: Cruz le pasó la bocha Facundo, y éste, a Antonio, cuyo remate de revés fue bloqueado por la defensa. El rebote le quedó a Facundo, pero en la acción cometió una infracción, y el sueño se diluyó.
La Natividad-La Dolfina festejó su segunda consagración en dos campeonatos y se mantiene en posición de ganar la Triple Corona. Algo esperable desde que a fines del año pasado se confirmó la alineación de 40 goles. El camino, hasta ahora, ha estado lejos de tener la fisonomía de una alfombra roja. Por momentos logra calibrar y se hace incontenible, pero en otros peca de excesos de individualismo en el ataque y desorden defensivo. En la cancha 7 del country hubo más de lo último que de lo primero.
A los 50 años, Cambiaso sigue dictando la historia de este deporte, aunque la lesión en la mano derecha le impide gravitar como en años recientes. El equipo de Cañuelas estuvo extrañamente errático frente a los mimbres, lo que, sumado a la mayor entrega y las buenas acciones colectivas del adversario configuró un encuentro parejo, abierto y entretenido. La entrega constante, la omnipresencia y el oportunismo de Antonio Heguy, merecidamente premiado con el MVP, contribuyeron a ese desarrollo.
El de 50 años lo logró por décima ocasión, y el 19 debutó en la gloria en el torneo: los Cambiaso ganaron Tortugas por primera vez juntos. – Créditos: @Rodrigo Néspolo
En el máximo nivel, un encuentro de polo puede ser comparado con una partida de billar en movimiento. El césped (impecable el de la cancha 7) hace de paño, los tacos cambian su fisonomía. La precisión marca la diferencia, y en este caso los jugadores de Ellerstina-Indios Chapaleufú estuvieron más finos y ejecutaron mejor su estrategia que el rival. Al final, la jerarquía individual y la experiencia inclinaron la mesa.
Empezó mejor el favorito, capitalizando cierto desorden –y acaso nerviosismo– del oponente, sobre todo en el segundo chukker, cuando cometió un par de fouls evitables. La ventaja de 4-1 en el segundo descanso, no obstante, se esfumó en un pasaje inspirado de Facundo Pieres, que jugó como en sus mejores épocas, las de los clásicos con La Dolfina. Cuatro goles en un pasaje de un período y fracción (tres de ellos, haciendo gala de su envidiable taqueo y la velocidad de sus montados) adelantaron a su equipo a 6-5 a la altura del halftime.
Fue habitual ver a jugadores de Ellerstina-Indios Chapaleufú cortarse solos gracias a buenas combinaciones colectivas, no sin cierta complicidad de la defensa made in Cañuelas. Estas desatenciones y los yerros de artilleros usualmente infalibles, Camilo Castagnola y Poroto Cambiaso, mantuvieron parejo el partido, y al público, en vilo.
La bocha se le queda atrás a Camilo Castagnola y pasará a poder de Facundo Pieres; el 1 de La Natividad-La Dolfina no tuvo una buena tarde respectivo a su nivel habitual, pero aun así ganó el torneo. – Créditos: @Rodrigo Néspolo
‘Jeta’ marcó su primer gol recién en el quinto chukker, un potente cogote tras un pase de su hermano ‘Barto’, el mejor del cuarteto campeón durante todo el partido y especialmente en el tramo final, cuando se definió el vencedor. En el séptimo acto el ritmo magnético que ostentaba el encuentro se cortó. Los jueces, permisivos hasta entonces, cobraron algunas faltas finas que en situaciones similares habían dejado pasar. La Natividad-La Dolfina se vio favorecido por esa circunstancia, además de por un par de salidas mal concebidas por el rival, y sacó una ventaja que sería crucial. Pasó del 8-8 con que inició el séptimo al 12-9 a 2m30s de la campana final, incluidos tres de los cuatro goles de Camilo, que sacó la cara en el momento más demandante.
En medio de esa corrida, una situación de lujo. Poroto Cambiaso atacó en velocidad hacia el arco de la cancha 6 con la particularidad de que la bocha tomó altura en uno de sus golpes. Ningún problema para el número 2: la llevó con 18 toques en el aire durante 8 segundos, mientras delante lo esperaba Facundo Pieres y desde atrás llegaba Cruz Heguy. Los dos jugadores de rosa consiguieron encerrarlo, pero el delantero de 19 años se las arregló no solamente para no perder la esfera blanca, sino también para tirar a los mimbres. Incómodo, eso sí. Sacó un revés con el back ubicado entre él y el arco, y la bocha cruzó y salió muy cerca del segundo poste, a la derecha. No hubo gol, pero la acción fue merecedora de muchos aplausos, y digna de un partido de esa magnitud.
Con aquel 12-9, la cuestión parecía cosa juzgada, pero hubo espacio para una reacción final del combinado de Pilar/General Rodríguez que dejó a los espectadores al borde del asiento. No le alcanzó para empatar, pero sí para regalarle a la concurrida asistencia una dosis más de emoción. Como suele ocurrir en estas circunstancias, el más débil se adjudica el favoritismo del público. Ellerstina-Indios Chapaleufú se lo ganó también con mucha entrega y buen juego. En Palermo, por la otra zona, volverá a posicionarse como la principal amenaza a los galácticos.
Compacto de la victoria de La Natividad-La Dolfina
La Natividad-La Dolfina hizo lo suficiente para ganar. Mérito elogiable. Dos torneos jugados, dos ganados, al borde de anotarse entre los más grandes de la historia. Falta un paso, el más importante. Dentro de dos días empezará Palermo.
Síntesis de la final
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La Natividad-La Dolfina: Camilo Castagnola, 10; Adolfo Cambiaso (n.), 10; Adolfo Cambiaso (h.), 10, y Bartolomé Castagnola (h.), 10. Total: 40 
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Ellerstina-Indios Chapaleufú: Facundo Pieres, 10; Antonio Heguy, 8; Gonzalo Pieres (h.), 9, y Cruz Heguy, 9. Total: 36. 
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Progresión: La Natividad-La Dolfina, 1-0, 4-1, 4-4, 5-6, 7-7, 8-8, 11-9 y 12-11. 
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Goleadores de Natividad-La Dolfina: C. Castagnola, 4; A. Cambiaso (n.), 4 (2 de penal); B. Castagnola, 3, y penal 1, 1. De Ellerstina-Indios Chapaleufú: F. Pieres, 5 (2 de penal); A. Heguy, 2; G. Pieres, 3, y penal 1, 1. 
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Jueces: Gastón Lucero y Guillermo Villanueva (h.). Árbitro: Matías Baibiene. 
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Cancha: N° 7 de Tortugas Country Club. 
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Premio MVP al mejor jugador de la final: Antonio Heguy. 





