La vicepresidenta fue recibida con silbidos y cánticos en la basílica de Flores, luego de participar de la ceremonia en homenaje al pontífice argentino.
La misa por el fallecimiento del Papa Francisco, celebrada en la basílica de Flores, convocó a cientos de personas que quisieron despedir al pontífice nacido en ese barrio porteño. Sin embargo, el clima solemne se vio alterado cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel abandonó el templo y fue recibida por abucheos y gritos de repudio.
“A donde vayas los iremos a buscar”, corearon algunos asistentes, una consigna asociada históricamente a los organismos de derechos humanos, en rechazo a la cercanía de Villarruel con sectores vinculados al terrorismo de Estado. La funcionaria ingresó y salió escoltada por personal de Casa Militar.
La reacción del público marcó un fuerte contraste con el espíritu de recogimiento que había dominado la ceremonia religiosa en homenaje al Papa argentino, fallecido este lunes a los 88 años. Flores, su barrio natal, se convirtió en epicentro de homenajes y despedidas cargadas de emoción.