Las líneas de crédito hipotecario UVA volvieron al mercado argentino, pero el aumento del dólar, las tasas de interés y los estrictos requisitos de los bancos hacen que acceder a una vivienda sea cada vez más difícil.
Las líneas de crédito hipotecario UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) regresaron al mercado argentino a fines de abril de 2024. Sin embargo, el principal desafío para quienes buscan financiar su vivienda sigue siendo acreditar ingresos suficientes para cubrir la cuota mensual.
El escenario económico actual complica aún más la situación. La suba del dólar encareció los inmuebles medidos en pesos. Por ejemplo, en junio, con un dólar a $1.200, un inmueble valuado en $100 millones equivalía a unos US$83.300. Hoy, con el dólar a $1.465, esa misma propiedad se reduce a US$68.259. A esto se suma el incremento de las tasas de interés y un endurecimiento de los criterios de scoring crediticio, lo que hace que los requisitos sean cada vez más exigentes.
Algunos bancos ejemplifican este endurecimiento: BBVA y Galicia llevaron su tasa nominal anual (TNA) al 17%, la más alta hasta el momento. Mientras tanto, el Banco Nación mantiene su tasa baja pero exige un perfil crediticio casi perfecto. Según expertos, estas medidas buscan limitar la entrega de créditos sin aumentar la tasa, debido a la falta de fondeo, la incertidumbre preelectoral y un riesgo país elevado.
Los ingresos mínimos exigidos varían según la entidad:
- Banco Credicoop: ingresos superiores a $2.000.000
- Banco Del Sol: ingresos mínimos de $1.000.000
- ICBC: $1.100.000
- BBVA: 4 salarios mínimos, vitales y móviles ($1.288.800)
- Santander: $1.300.000 para vivienda permanente, $1.700.000 para no permanente
- Supervielle: más de $2.500.000
- Banco Nación: para un crédito de $100 millones a 30 años con tasa del 4,5%, se requiere acreditar ingresos de $2.026.741, con una cuota inicial de $506.685 mensuales.
Con estos números, el acceso a la vivienda mediante un crédito hipotecario se convierte en un desafío para gran parte de la población argentina. Aunque las líneas UVA están disponibles, las condiciones actuales las mantienen fuera del alcance de muchos, reflejando la paradoja de un sistema financiero que busca impulsar la vivienda pero limita la capacidad de las familias para acceder a ella.