El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) ha vuelto a encender las alertas sanitarias tras la publicación de su último relevamiento sobre la calidad del agua en territorio bonaerense. Este monitoreo, que el organismo realiza desde hace 14 años, confirma que el agua de 16 municipios presenta niveles de arsénico considerados peligrosos, superando el máximo permitido por la legislación nacional. Y uno de ellos es General Rodríguez
El informe detalla una crisis sanitaria «silenciosa» que afecta a vastas regiones, obligando a las autoridades a tomar nota de una problemática que, si bien es natural, exige control y transparencia.
El estudio del ITBA clasifica a los distritos según la concentración de arsénico detectada. El grupo más comprometido, denominado «semáforo rojo», incluye a aquellos partidos donde la concentración de arsénico supera los 50 microgramos por litro (o 50 ppb), el límite máximo que establece el Código Alimentario Argentino.

General Rodríguez integra esta lista de zonas críticas, compartiendo la preocupación con municipios del Interior y del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Entre los distritos en alerta máxima se encuentran también Chivilcoy, Mercedes, Escobar, Cañuelas, Monte, Roque Pérez, Azul y Villarino, sumados a partidos del conurbano como Almirante Brown, Vicente López, Ezeiza y San Vicente.
En ese sentido, si hablamos de mayor a menor, con más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico por litro, es decir 0,05 miligramos por litro (mg/l), se ubican Guaminí (295), San Vicente (163), Partido de La Costa (147), Monte (146), Vicente López (117), Mercedes (105), Ezeiza (96), Chivilcoy (94), Roque Pérez (87), 9 de Julio (desde 72 ppb hasta incluso 165 ppb en ciertas zonas), Escobar (71), General Rodríguez (67), Cañuelas (66), Azul (59) y Villarino (55).
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La severidad de los hallazgos es palpable: si bien General Rodríguez no alcanza los niveles extremos de, por ejemplo, Guaminí (donde se registraron 295 ppb, casi seis veces el límite legal), su inclusión en el «semáforo rojo» implica que las autoridades sanitarias recomiendan no utilizar el agua de red para consumo ni para la cocción de alimentos.
La escala de la problemática y sus consecuencias
El mapa del arsénico del ITBA, que compila estudios realizados a lo largo de más de una década (entre 2011 y 2023), no solo señala a los 16 municipios críticos, sino que también identifica a una veintena de partidos en «alerta amarilla». Estos últimos superan el parámetro más estricto de 10 ppb que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque se mantienen por debajo del límite nacional de 50 ppb.

El «semáforo amarillo» se ubica en zonas como Villa Gesell, Mar del Plata, Tres Arroyos, Olavarría, Salliqueló, Bolívar, Junín, San Pedro, Baradero y La Plata.
La exposición prolongada al arsénico en estas concentraciones no es un riesgo menor. El consumo de agua contaminada está directamente vinculado al desarrollo de Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE). Esta enfermedad puede derivar en condiciones graves como cáncer (de pulmón o laringe), lesiones cutáneas, afecciones cardiovasculares y diabetes, según advertencias de la OMS.
Arsénico: natural pero peligroso
Es fundamental entender que esta situación no es catalogada estrictamente como «contaminación» en el sentido de un vertido industrial, sino como una característica geológica natural del territorio. Según expertos como el hidrogeólogo Leandro Capítulo, el arsénico es un componente natural del agua en las napas bonaerenses, originado en los sedimentos limoarcillosos depositados hace millones de años, producto de procesos volcánicos. Este elemento se libera al entrar en contacto con el agua, encontrándose principalmente en el primer nivel acuífero, conocido como formación Pampeana.

A pesar de ser un fenómeno natural e histórico, la constancia de los valores altos exige controles periódicos y políticas públicas sostenidas para garantizar la seguridad.
Respuestas desde la ciencia y la legislación
Frente a este escenario, han surgido iniciativas orientadas a mitigar el impacto y transparentar la información:
-Innovación científica: investigadores del CONICET han desarrollado un método innovador y de bajo costo para eliminar arsénico y nitratos del agua. Esta técnica utiliza carbón vegetal tratado química y térmicamente, logrando reducir más del 50% de la concentración de contaminantes. Este desarrollo ofrece una alternativa accesible, especialmente para las comunidades rurales o vulnerables.
-Transparencia legislativa: la diputada Sabrina Sabat presentó un proyecto de ley en la Legislatura bonaerense para la creación de un Mapa Interactivo de Arsénico en Agua. Esta herramienta centralizaría la información de organismos públicos y universidades, buscando ofrecer acceso público y gratuito a los datos actualizados sobre la calidad del agua, no solo de red, sino también de pozo. El objetivo es «transparentar una problemática de salud pública, empoderar a los ciudadanos y fortalecer el control social» sobre las empresas prestadoras.

Mientras el debate avanza en la Legislatura, y con General Rodríguez firmemente ubicado entre los distritos de máxima alerta, la recomendación para los ciudadanos sigue siendo la misma: informarse, realizar controles y buscar alternativas tecnológicas para garantizar que el agua consumida cumpla con los estándares de seguridad.
Niveles y controles
El ITBA recuerda que la contaminación por arsénico es un fenómeno natural e histórico, vinculado con la composición del suelo y la profundidad de los pozos de los que se extrae el agua. Sin embargo, advierte que los valores se mantienen estables con el tiempo, lo que exige controles periódicos y políticas públicas sostenidas para garantizar la seguridad sanitaria.

El Mapa de Arsénico que puede consultarse ingresando a este enlace, una herramienta abierta al público, clasifica las regiones según tres niveles:
-Menor a 10 ppb: agua segura para el consumo.
-Entre 10 y 50 ppb: nivel de precaución, requiere estudios adicionales.
-Mayor a 50 ppb: no apta para ingesta directa ni para cocinar.
El ITBA invita a quienes sospechen que el agua de su localidad puede estar contaminada a llevar una muestra al Laboratorio de Ingeniería Química y Medio Ambiente (LIQMA), en Iguazú 341 (CABA), de 8 a 18 horas, junto con un formulario online.
Fuente: El Día / Diputados Bonaerenses





