Salta atraviesa una ola de casos policiales que conmueven a la provincia. A travs del stream de QPS, el reconocido periodista Vicente Cordeyro record uno de los crmenes ms emblemticos: el asesinato de los hermanitos Leguina, no solo por la brutalidad del hecho, sino porque desde el primer da sigui de cerca la persecucin de Marcelo Torrico, uno de los criminales ms peligrosos de la historia saltea.
El crimen que horroriz a Salta
El lunes 4 de mayo de 1998, Octavio (6) y Melanie (9) Leguina salieron de su casa en Alto la Via con destino a la Casita de Beln, en el barrio San Jos, donde solan desayunar antes de ir a la escuela Nuestra Seora de la Candelaria, en Villa Costanera. Sin embargo, nunca llegaron.
Los hermanos fueron interceptados por Marcelo Torrico y Esteban Brandn, quienes los subieron a un Volkswagen Gac y los llevaron a La Silleta, en la zona sur. All, los menores fueron sometidos a torturas aberrantes: Octavio fue obligado a presenciar la violacin de su hermana antes de que ambos fueran asesinados.
Seis das despus, el 10 de mayo, sus cuerpos fueron encontrados en un descampado. La escena fue descrita como dantesca: los nios haban sido drogados, golpeados brutalmente y uno de ellos, abusado sexualmente.
Torrico y su «club de fans»: mujeres que protegan al asesino
Cordeyro revel un dato escalofriante: Torrico, uno de los criminales ms temidos de Salta, tena un grupo de mujeres que lo admiraban y hasta lo protegan.
«Cuando l se fug por primera vez y fue detenido por segunda vez, tena cinco o seis mujeres que lo albergaban. Cuando huy tras el caso de los hermanitos Leguina, tena en Crdoba y Buenos Aires personas que sentan afecto por l. Tenan acceso a l. Era como un club de fans», asegur el periodista.
Este macabro fenmeno no es nuevo. Segn Cordeyro, muchas mujeres se sienten atradas por delincuentes peligrosos, algo que tambin ocurri con otros criminales como Barrera, quien tena seguidoras que mantenan relaciones con l.
A 27 aos de impunidad y dolor
Hoy se cumplen 27 aos de este crimen que marc a generaciones. Torrico y Brandn fueron condenados, pero el horror de lo ocurrido sigue vigente. La sociedad saltea an recuerda con dolor a Octavio y Melanie, cuyas vidas fueron truncadas por la crueldad humana.
Mientras tanto, casos como este exponen una realidad perturbadora: la fascinacin que algunos criminales generan, incluso entre quienes deberan repudiarlos.
Por qu algunas mujeres protegen a asesinos?
Expertos en criminologa sealan que este comportamiento, conocido como «sndrome de Hybristophilia«, se da cuando una persona se siente atrada romntica o sexualmente hacia individuos que han cometido crmenes violentos.