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El polifacético actor, músico, ilusionista y acróbata Agustín «Rada» Aristarán protagonizará un nuevo espectáculo, con un concepto estético absolutamente innovador.
Luego de protagonizar las exitosas «School of Rock» y «Matilda, el musical», el actor, músico e ilusionista Agustín «Rada» Aristarán estrenará «Chanta» -su nuevo espectáculo- el viernes 11 de abril en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de Buenos Aires.
Con una extensa trayectoria dedicada en el humor, la música y el teatro, Aristarán se pondrá en la piel de Julio -un personaje atrapante y muy particular- en una obra que mezcla ironía, crítica social y una puesta en escena innovadora. La dirección de este espectáculo estará a cargo de Marcelo Caballero, mientras que el libro pertenece a los exitosos directores, productores y guionistas de cine y series Mariano Cohn y Gastón Duprat junto al escritor Juan José Becerra.
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Agustín Aristarán convertido en Julio Ballesteros para la obra «Chanta»
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«Chanta» sigue la historia de Julio Ballesteros, un hombre que, tras su muerte, reflexiona sobre su vida, la sociedad y la hipocresía que lo rodea. A lo largo de diferentes etapas de su vida, la obra expone con un tono cínico, mordaz y profundamente irónico las contradicciones del protagonista y de la sociedad argentina.
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Agustín Aristarán durante el proceso de maquillaje para convertirse en Tronchatoro en «Matilda, el musical»
A través de agudos monólogos y diálogos incisivos, Ballesteros desnuda las costumbres, prejuicios y miserias humanas, con una mirada desencantada sobre la vida y la muerte, y que fue tan buen chanta que terminó convirtiéndose en un emblema de esa argentinidad tan difícil de explicar pero tan fácil de reconocer.
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Agustín Aristarán en «School of Rock»
La obra explora la decadencia, la ambición y el oportunismo, convirtiéndose en una sátira sobre el paso del tiempo y el absurdo de las convenciones sociales, contado con un ritmo frenético y cinematográfico, donde el escenario muta a cada instante, transformándose en postales delirantes de cada etapa de su vida.
En «Chanta» no hay escenarios estáticos, hay imágenes en movimiento, cambios de juego inesperados, momentos que se deslizan de lo absurdo a lo poético, de lo poético a lo patético, avanzando con la rapidez de un truco bien hecho.
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