Hay quienes peregrinan durante años con sus ideas y un día les llega la hora en que esos pensamientos prenden y conocen el éxito. Es el caso de Agustín Laje, escritor, conferencista, como se define él, en el “ámbito de la teoría y la filosofía política”. De 36 años, Laje es hoy considerado uno de los pilares de la «nueva derecha» vernácula (esa es su fórmula) y en él se encarnan el presidente Javier Milei y las tribus libertarias. Sobre todo, la de las redes sociales.
Su pregón contra el sistema de Naciones Unidas -a la que acusan de querer doblegar a los pueblos con un organismo supranacional dominado por el comunismo- y contra su Agenda 2030 de desarrollo sustentable, engloba un rechazo visceral al feminismo, al aborto, y en diversos grados –no siempre es parejo y uniforme– hacia la homosexualidad y el transgénero. En resumen, lo que estos grupos denuncian por ideología de género aparece revuelto en la coctelera de la nueva derecha, de la que Agustín Laje es parte activa, aunque él sostiene que desde la formación académica, y no de las espasmos e insultos de las redes en favor del “Javo” .

“Nadie puede alegar en Argentina que no conocía que Javier Milei era un opositor al progresismo”, dijo Laje a Clarín en una entrevista la semana pasada, por Zoom, en la que hicimos un recorrido por sus libros. Entre sus ensayos, el más popular en el universo libertario es La Batalla Cultural (2022). Antes había escrito El libro Negro de la Nueva Izquierda con su socio de entonces, Nicolás Márquez, biógrafo de Milei. Márquez pregona abiertamente la homofobia y el racismo con tuits agresivos. Con esa prédica –y ante el deterioro galopante de la economía y la situación social–, fue que Milei ganó las elecciones presidenciales en 2023.
Para Laje, publicar libros es su medio de vida, según asegura, porque “no soy funcionario del Estado” ni del “Gobierno”. También vive de sus conferencias y de la fundación Faro, que preside. Aclara que no es funcionario de La Libertad Avanza ni del Gobierno, y afirma sin dudar: “Probablemente soy uno de los escritores de ciencia política más vendidos en el mundo hispanohablante. Ese es mi principal ingreso”. En 2023 publicó Generación Idiota y en octubre pasado, Globalismo, un voluminoso ensayo de cientos de páginas, presentado en la última Feria del Libro. Todos ellos tienen su tono de barricada.

En su diálogo con este diario, y en medio de una gira internacional de conferencias que lo llevó a España y Grecia, Laje desmiente que él haya escrito el discurso de Javier Milei en el Foro Económico de Davos de enero pasado, en el que equiparó la homosexualidad con la pedofilia, y en el que atacó la ideología de género y el feminismo, lo que derivó en la multitudinaria marcha desde Congreso a Plaza de Mayo.
Lo dice para aclarar que sus textos son “más académicos”. Y enseguida pone primera y responsabiliza de “relativizar el daño y el horror que significa la pedofilia” a autores como Shulamith Firestone, feminista canadiense y cofundadora de grupos como New York Radical Women y las New York Radical Femenists. Pero también culpa a los intelectuales franceses Michel Foucault y Simone de Beauvoir, a quienes acusa directamente de hacer “solicitadas públicas en favor de pedófilos”. Y agrega que en Estados Unidos actualmente hay organizaciones pro pedofilia amparadas en la ideología de género. Así siguió nuestro lago intercambio.
–Sin embargo, la llamada «Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista» contra el presidente mostró que en ese tema perdió la pulseada. La gente quedó tan impactada con el discurso que salió a protestar.
–Sinceramente, esto fue más ruido mediático, donde obviamente hay sectores muy militantes y ruidosos, sectores LGTB y feministas que tienen un poder de lobby muy importante, una llegada a medios de comunicación muy fuerte. Ellos instalaron la sensación de que esto había molestado. Por las encuestas hechas a posteriori, no creo que eso haya tenido ningún impacto, digamos, en términos políticos. Y te digo más, Milei fue el candidato más votado en 2023 por los jóvenes; su discurso, en realidad, siempre fue el mismo que en Davos. No hubo novedades en Davos.

–Pero generó una marcha de inmenso repudio.
–Sí, una marcha de sectores que nunca lo han votado ni lo votarán, los sectores progresistas. Todo lo que dijo en Davos, en verdad, ya lo había dicho. Nadie puede alegar en Argentina que no conocía que Milei era un opositor a estas líneas progresistas. En Davos fue a repetir lo que ya había dicho en la TV muchas veces.
–¿Cómo creés que la nueva derecha va a salvar la humanidad, al Occidente al que hace referencia?
–Occidente es la conjunción de tres tradiciones fundamentales para esta parte del mundo. Los antiguos griegos, los romanos y el cristianismo. El siglo XXI nos encuentra en un mundo nuevo atravesado por la aceleración de la tecnología a niveles insospechados, que dinamiza nuestra vida cada día más. Acabo de tratar de resumir en 5 minutos el transcurso de lo que podemos llamar Occidente, desde su cuna hasta la presente explosión tecnológica.

–Insisto. Cuando Milei y la nueva derecha critican lo que llaman las derivas “woke” y de izquierda, ¿cómo imaginan que pueden salvarlo?
–Hay muchas cosas que se pueden hacer cuando la nueva derecha llega al poder. Se empieza por desfinanciar todos aquellos dispositivos de destrucción cultural que las izquierdas avanzaban en los países donde gobernaban. Un ejemplo es US Aid (sigla en inglés de la Agencia para el Desarrollo Internacional estadounidense), donde este programa de cooperación utilizaba su dinero para difundir ideologías y proyectos woke en otros países. Tenés también dentro de Estados Unidos el tema del financiamiento universitario: el escándalo entre Donald Trump y Harvard porque esta universidad privada se ha dedicado en los últimos años a promover el antiamericanismo en las cabezas de los jóvenes. Se queman banderas norteamericanas, por ejemplo, en las universidades de los Estados Unidos.

–En Argentina, por ejemplo, ¿proponés cambiar la ley de matrimonio igualitario, eliminar la ley de aborto?
–Soy plenamente consciente de que no hay músculo legislativo en este momento para esas iniciativas.
–¿Pensás que los derechos de la mujer, la libertad sexual, el anhelo de paternidad y la adopción en parejas de un mismo sexo son conquistas sociales o una atrocidad?
–No es que un feto se convierta en un hijo en el momento en que nace; ya es su hijo al concebirlo en su vientre. Cuando vos me decís, «es un avance permitirle a la mujer abortar», yo digo que al contrario. Es un síntoma de un fracaso. Porque ninguna mujer va a abortar contenta de la vida, «qué bueno que hoy me toca abortar»… Una mujer va a abortar porque está pasando una muy mala situación de pareja, porque no tiene los recursos necesarios para afrontar una vida más en su entorno familiar, porque está en una etapa en la cual simplemente no puede hacerse cargo. Entonces decirnos: «Qué bueno, le podemos dar la posibilidad de matarlo»…; no lo pondría como una evolución. Al contrario, es un retroceso.
–¿Y qué sería evolucionar?
–Evolución sería, por ejemplo, decir, «qué bueno, tenemos instituciones para acompañar ese embarazo». O bien, si esa mujer no quiere quedarse con su niño, que el Estado -y mirá lo que te digo, el Estado- muy rápidamente sea capaz de ubicar a familias argentinas que sí están dispuestas a tenerlo. Tendríamos que buscar la forma de que a ese niño, en calidad de ser adoptado, sin papá y mamá, se le pueda restituir un hogar, a fin de que tenga a papá y a mamá.

–Veo que en esto coincidís con el presidente Trump: solo hay hombres y mujeres…
–No conozco otro sexo en el mundo, la verdad. Nuestra especie no tiene otro sexo. Hay hombre y hay mujer. Hasta tal punto la identidad sexual está determinada biológicamente, que cuando una persona se autopercibe de otro género, hay que atacar su cuerpo. Hay que mutilar órganos, introducir artificialmente ciertas hormonas en ese cuerpo, porque ese cuerpo no es lo que dice ser. Hay que transformarlo mediante fármacos y el bisturí. En el mundo, hasta donde hoy sabemos, hay hombres y mujeres.

–Se ha destacado que en la militancia de Javier Milei se da el fenómeno de la adhesión Incel (vocablo inglés que denomina a los célibes involuntarios, mayormente varones sexualmente frustrados). ¿Qué pensás?
─No lo creo, es un mito. Yo, a los Incel…; sinceramente eso no lo vi nunca; no lo observo en la gente de Las Fuerzas del Cielo. Tengo grandes amigos que están allí y les ha ido muy bien con las mujeres. De hecho, hasta nos reímos de esta cuestión.
–Es llamativo que varios dirigentes de Las Fuerzas del Cielo, incluso los hermanos que gobiernan, sean solteros y sin hijos. No reproducen el esquema de mamá y papá, sino la sociedad actual, digamos.
–A ver, Javier Milei ha tenido pareja hasta hace pocas semanas. Y ha tenido muchas novias. No podemos decir que él sea un Incel en absoluto. De hecho, hasta donde sé, él ha tenido muy lindas parejas.