El maremoto anti woke alcanza el paroxismo: la libertad de expresión es hoy un capricho woke perfectamente fusilable. La libertad de expresión, que fue base de todas la libertades, es vista ya como wokismo extirpable por la horda anti woke . Lo han ilustrado esta semana las imágenes televisivas de una rueda de prensa: el senador latino por California Álex Padilla ha querido preguntarle algo a Kristie Noem, secretaria de Seguridad Nacional de la Administración Trump…, y tres policías le han tumbado boca abajo en el suelo para esposarle con las manos en la espalda y conducirle a empellones al calabozo. Padilla quería preguntar por el despliegue de la Guardia Nacional ordenado por Trump para contener a manifestantes contrarios a detenciones y deportaciones de personas latinas. La que fue patria de la palabra libre la convierta hoy en un prescindible wokismo mientras no adule al presidente: esto se me antoja un deprimente fin del mundo.
El espectáculo de la política volverá en los próximos días a disparar las audiencias de la televisión de toda la vida
CERDÁN. La dimisión de Santos Cerdán ha alterado la programación de todas las cadenas de televisión. Es una excelente noticia para las audiencias televisivas: ¡se disparan! Cuando necesitamos saber qué sucede y qué hay detrás de lo que sucede, volvemos a la pantalla del televisor, a la televisión de toda la vida. La información política volverá a ser durante los próximos días el gran espectáculo colectivo, algo deplorable para España y exultante para la televisión. La política de policías y ladrones, de far west y guerra de tronos, copará todos los canales, las mejores franjas y las mayores audiencias. La turbulencia política ya provocó el jueves, en La Sexta, que cayese El Intermedio para adelantar El Objetivo , y en Cuatro, que cayese First dates para adelantar Horizonte (Íker Jiménez se impuso). Los informativos de Antena 3 han arrasado –al filo del 25%– seguidos (con la mitad de esa cuota) por los de TVE, donde el perjudicado (9,1%) ha sido Buenafuente en su Futuro imperfecto . Las tediosas tardes televisivas se vienen arriba con Malas lenguas (La 1, Jesús Cintora) y Más vale tarde (La Sexta, Iñaki López y Cristina Pardo). Y TVE destaca invariablemente en las comparecencias públicas en directo: así ha sido en la de Sánchez y en la de Feijóo. Porque TVE sigue siendo hoy el atavismo en el que reincidimos cuando las cosas van en serio. – @amelanovela