Foto: Estefanía Leal/archivo El País
Como si fueran dos inmigrantes llegando a Uruguay luego de un largo periplo, extenuados pero felices de volver, Carlos Albisu y Nicolás Olivera, intendentes electos de Salto y Paysandú respectivamente, llegaron al país sobre las 7:00 caminando por el puente de Fray Bentos, desde Argentina.
Un taxi que los trajo desde el aeropuerto de Ezeiza (provincia de Buenos Aires) los dejó allí y ellos cruzaron como si fuera la meta de una maratón interminable de vuelos, escalas, ansiedad y finalmente el reencuentro con la familia que estaba de este lado del río, emocionada e ilusionada, esperando.
Volvieron después de 10 días en Israel, donde la mitad los pasaron en un refugio tras el inicio de la guerra con Irán. Había ido junto a otros 35 alcaldes y gobernantes del continente a un programa de capacitación en administración pública. Pero un plus inesperado los capacitó en manejo de crisis y les hizo vivir una experiencia inolvidable.

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Por qué Albisu y Olivera entraron caminando a Uruguay
Albisu habló con El País tras 54 horas de viaje y contó las peripecias que atravesaron hasta pisar nuevamente Uruguay junto a su par de Paysandú, al que llevó en su propio auto y con su esposa, Natalia Fleurquin, como chofer, hasta la puerta de su casa en la capital sanducera.
«Salimos por tierra hacia Jordania en una operación discreta, para que no se conociera mucho que lo que estábamos haciendo era abandonar el país, por todo lo que estaba pasando. Nos trasladaron durante nueve horas hasta Jordania, donde tuvimos demoras en las aduanas, pero al final cruzamos», expresó.

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Tras ese primer paso llegaron varias horas más de viaje. «Llegamos de Jordania a Turquía y allí nos recibió el cónsul general de Uruguay en el aeropuerto, que nos acompañó las cinco horas que estuvimos allí, hasta que de ahí salimos hacia San Pablo (Brasil), donde también nos esperaba el cónsul de Uruguay y nos acompañó todo el tiempo que tuvimos que esperar el vuelo a Montevideo«, expresó Albisu.
Aunque un último contratiempo volvió a ocurrir y las cosas no terminaron siendo como fueron planeadas de antemano. «Cuando tomamos el vuelo a Montevideo y estábamos por aterrizar en Carrasco sobre las 0:45 de este jueves, nos comunican que la niebla no permitía el aterrizaje y que nos desviábamos hacia Buenos Aires, donde finalmente tocamos tierra para esperar que la niebla se disipara».
Albisu contó: «No nos aguantamos porque ese mismo vuelo regresaba de tarde a Uruguay, y nos tomamos un taxi desde Ezeiza hasta el puente de Fray Bentos, ahí nos dejó del lado argentino porque no pueden entrar a Uruguay y cruzamos caminando. Nuestras familias se habían ido de Carrasco hasta Fray Bentos para esperarnos».
El intendente salteño subrayó: «Nunca pensamos que después de lo que pasamos íbamos a entrar a pie por el puente, como desesperados de ganas de volver a nuestra familia y de tocar tierra uruguaya».
Destacó que el reencuentro con su esposa e hijos «fue muy emotivo». «Nos abrazábamos todos, incluso a Nicolás como si fuera de la familia, y ahora es un gran amigo, lo llevamos hasta la puerta de su casa en Paysandú y lo dejamos ahí, yo me vuelvo a Salto a descansar».