VIVE Global: Descubre el Mundo en Directo

17.7 C
La Plata
lunes, septiembre 15, 2025

Alejado de la TV, Sebastián Presta cuenta su particular historia de vida: «Nunca imaginé que me iba a estar dedicando a esto»

Más Noticias

Revista GENTE conversó con Sebastián Presta, un nombre que ha resonado tanto en la televisión argentina como, más recientemente y con gran éxito, en el circuito teatral independiente.

Presta, conocido por su trayectoria multifacética que lo llevó desde la producción de grandes ciclos televisivos hasta la creación de su propio «teatro artesanal», nos abre las puertas a su mundo, donde la pasión por contar historias y la búsqueda de la autenticidad son los pilares de su carrera.

Sebastián Presta es el ejemplo vivo de que la pasión, la constancia y la humildad pueden forjar un camino artístico único y profundamente personal. Su elección de priorizar el «teatro artesanal» y la conexión íntima con su público, en lugar de la exposición masiva, lo posiciona como un distinto en la escena local.

Presta llegó al mundo de la TV casi de casualidad, pero aprovechó cada oportunidad.

Su historia es como una cerámica hecha a mano: cada pieza, cada obra, lleva el sello de su dedicación, sus aprendizajes y su equipo. No busca la producción en serie, sino la pieza única que resuene con el corazón del espectador, ofreciendo una experiencia única.

-Te fuiste formando en la televisión y llegaste a trabajar con grandes figuras de la pantalla chica, para luego dejar todo y abocarte de lleno en el teatro, pero uno no tan comercial. ¿Cómo describirías tu camino artístico?

-Bueno, empecé más con la televisión que con el teatro porque en casa no leíamos ni íbamos al teatro de chico, pero la televisión estaba prendida las 24 horas. Veía novelas, veía a Martín Karadagian, Benny Hill, o programas como Hyperhumor o Calabromas, y ahí fue que me picó el bichito de la actuación. Mi primer acercamiento con el teatro se dio de grande, tenía como 17 años. Una vecina actriz me llevó a ver a Los Macocos, estaban haciendo una obra donde combinaban teatro con música. De ahí quedé alucinado y empecé a estudiar con Martín Salazar, uno de ellos. Ahí fue donde dije: «Esto es precioso». Y por supuesto que nunca me imaginé que yo me iba a estar dedicando a eso en un futuro.

-¿En qué trabajabas mientras estudiabas actuación, ya que mencionás que tuviste que trabajar desde joven?

-En un principio, trabajé en el almacén de mi papá y en otros comercios del barrio. A los 20, conseguí mi primer trabajo importante en blanco frente a la cancha de River, en un canal de cable llamado Cable Mundo. Viajaba del Palomar a Capital Federal sin saber cómo.

-¿Entonces, tus dotes de productor y tu relación con la escena artística se fueron dando de manera autodidacta?

-Sí, totalmente. Nunca estudié producción, me fui haciendo en ese canal de cable. En seis meses pasé de cadete a operador de video, luego a producción, hice cámara, notas y terminé siendo camarógrafo en Cable Mundo durante unos cuatro años. Después fui asistente de camarógrafo en Canal América en 1999. A los seis meses de ser asistente de cámara, pasé a asistente de producción en Gente que busca gente. Luego, la productora PPT (Pensado para Televisión) me contrató en 2000, e hicimos programas como Paf con Jorge Rial, TVR e Indomables.

-¿Cuándo diste el salto a la actuación de vuelta?

-Trabajé en Indomables con Lucho Avilés, luego con Mauro Viale, y después Duro de Domar con Pettinato. Fueron unos diez años. Durante esa época, mi rol de actor resurgió con Kish TV, una sección de humor donde yo era mudo. Ahí volvió el actor y el productor se fue dedicando a cosas más de humor. Después vino Presta Show y Préstico, que se viralizó muchísimo y me dio gran popularidad.

Imagen de archivo: La despensa del padre de Sebastian Presta, donde trabajaba antes de vivir de su “arte artesanal”

-¿Pensaste que podías vivir del teatro o era algo difícil de visualizar en aquel entonces?

-Vivía de la televisión, mi sueldo era de ahí. Pero sí, hacía alguna obra chiquita o presentaba a mis compañeros de stand-up, como Diego Scott y Fernando Sanjiao, en Kish TV. Hacía alguna que otra obra under, pero no me dejaba dinero. Pensé que la televisión sería para siempre, pero me quemaba mucho la cabeza, era mucho trabajo, y soy bastante obsesivo.

-Mencionás que te «quemaba la cabeza». ¿Es por eso que no te llama la atención volver a la televisión?

-Mira, a mí me encantaba la tele, pero a medida que fui trabajando, me fui desencantando. En la pandemia me llamaron para algunos programas, pero no quise saber más nada con volver. Se me fueron las ganas y encontré un nicho en el teatro donde me siento mucho más cómodo.

-¿Qué decían en casa sobre tu incursión en el mundo del entretenimiento y la televisión, considerando que no había un vínculo con el arte en tu familia?

-No, no había vínculo con el arte. Se fue dando muy de a poquito, desde aparecer detrás de cámara hasta Kish TV. Mi madre y mi hermana lo disfrutaban y lo festejaron. Mi madre llegó a ver una de mis primeras obras en el Paseo La Plaza. Lo tomaban bien, a mi mamá le gustaba tener su hijo actor.

-¿Por lo que he leído, no parecés ser alguien que busque fama o mucha exposición. ¿Es correcto?

-No, no me gusta la exposición. No siento que pertenezca al medio artístico. De hecho, me llamaron de Tinelli, pero no quise ir. No tengo el talento de imitadores o cómicos que improvisan. Yo soy un rompepelotas, trabajo mucho el guión, grabo 800 mil veces.

-¿Cómo describirías tu arte?

-Las obras que hago son muy autóctonas, argentinas, artesanales. A diferencia de muchas obras exitosas que ya están probadas en otros países, las mías tienen la adrenalina de no saber qué carajo va a pasar hasta el día del estreno. Es una gran satisfacción y algo que logramos nosotros. Siempre me rodeo de gente talentosa, solo no puedo hacer nada.

Presta con Sebastián Wainraich.

-Mencionaste que te gustaría incursionar en el stand-up a futuro. ¿Es algo que tenés pendiente?

-Sí, quiero terminar haciendo mi stand-up, como Moldavsky. En mi obra actual, mi personaje, Santiago, se dedica a eso, y fue un gran desafío para mí. Estaba cagado en las patas, pero lo pude hacer. Pude exorcizar ese miedo que tenía. No descarto que de acá a tres años esté haciendo mi show unipersonal de stand-up.

En esta obra también incorporás la música. ¿Tuviste un vínculo con la música cuando eras más joven?

-Sí, a los 18 me compré una batería que estuve pagando dos años. Después le dije a mi profesor que dejaba de estudiar batería para ser actor. Más adelante, tuve la oportunidad de tocar en Duro de Domar con Petti, pero nunca profesionalmente. En esta obra me di el lujo de combinar teatro, stand-up y música. Josefina Scaglione, que actúa conmigo, es cantante y compositora, y armamos la banda para la obra.

-Tus obras han sabido captar la atención en Corrientes. ¿Alguna vez te ofrecieron agrandar el show o llevarlo a un nivel más masivo?

-Sí, claro que me lo ofrecen. Pero trabajo con tres productores desde hace mucho, que empezaron conmigo desde abajo. Si es una obra mía, la hago con ellos, los que me bancaron desde el comienzo. Si me llaman de otra producción, como en el caso de Esperando la carroza (un elenco soñado con Pablo Rago, Mariano Torre, Paula Bardiento, Vale Lois), mis productores lo entienden. Dijeron: «Sebastián, andá, hacé lo que tengas ganas, aprendé, después volvemos». Dejé Mi madre, mi novia y yo para hacer Esperando la carroza, que fue una experiencia hermosa, una producción gigante, y después volví a hacer lo mío. Es como si tuviera una familia en el teatro.

-¿Es por algo en particular que te gusta un público más reducido o una sala más íntima? ¿No proyectas algo mucho más grande?

-Es que no, mira, la sala del Paseo La Plaza tiene 400 butacas. No necesito más. Es un espacio fantástico. No soy un artista que dice: «Está llenando todos los días, tenemos que ir a una sala de mil». Ni lo pienso, ni se me ocurre. Me siento comodísimo y lo que hago no necesita más. Además, hoy por hoy, hay muchísimas obras buenas en cartel. No necesito ir a una sala de mil porque no la lleno. Prefiero las salas chicas; en una sala de mil y pico, a veces no se ve nada.

-¿Te ves haciendo otra cosa después del teatro? ¿Algo por fuera de lo artístico?

-Sí, sí, tranquilamente. Me encantaría trabajar en una película de ficción con producciones interesantes. Y por fuera de lo artístico, no sé, me imagino alquilando cabañas en San Martín de los Andes. Podría dedicarme a otra cosa, algo tranquilo, porque cada vez estoy más cansado y vagoneta.

Sebastián Presta, el artista que le esquiva a la popularidad y prefiere el “arte artesanal”.

-¿Por qué hacés lo que hacés? ¿Qué retribución encontrás en todo este trabajo?

-Lo hago porque me gusta contar historias y, en el caso del teatro, vivo de eso. Necesito trabajar. Lo bueno es que hago un trabajo que me gusta, aunque sea un montón de trabajo. Me costaría mucho estar en una fábrica ocho horas haciendo algo que no me guste. Cuando te gusta, algo de eso hay. Lo hago con felicidad, aunque implique lidiar con circunstancias y personas que cada vez me cuestan más.

-Sos más bien ermitaño, ¿verdad? No muy de estar entre gente.

-Sí, soy más ermitaño. Me cuesta ir a un recital, a un partido de fútbol. Me gusta estar en mi casa viendo películas o descansando, o una cena con amigos, por supuesto.

-¿Y qué te pasa cuando la gente te reconoce en la calle o te vieron en alguna obra?

-Es hermoso. Es muy poquito, no soy Darín, pero la gente se acerca con mucho cariño. Me agradecen mucho los videos cómicos. Muchísima gente me dice: «No sabes cómo me ayudaste mientras estuve internado, viendo tus videos en la pandemia». Como artista, es un placer escuchar eso.

-No buscaste la fama. ¿Puede ser por eso que no te interesó tanto incursionar en las redes sociales, a pesar de que tus videos se viralizaban?

-Me cansó. Fui uno de los primeros que empezó a subir videos, y tuve que hacer tantos videos todos los días que me agotó. Hoy ya no hago más. Mi productor me dice que haga videos, pero no les doy bola. Veo a muchos compañeros que suben todo, pero yo no subo nada. Debería, pero cada vez menos.

-¿Cómo te describirías como artista?

-Primero me sale la palabra «luchador». En un momento, me fue muy mal haciendo stand-up en una pizzería, fue tal el papelón que estuve dos años sin subirme a un escenario. Pero volví a intentarlo. Soy como un «renacido», como el ave Fénix. Yo debería tener un comercio en el Palomar, como mi papá, una fiambrería. No me considero talentoso por naturaleza. Soy un trabajador del arte, tengo que trabajarlo muchísimo para conmover y hacer reír al público. No tengo el don.

-Esto de no tener el don, pero sí mucho trabajo detrás, ¿te frustra más rápido cuando una obra no sale como te gusta?

-Me frustro muchísimo y me hago pelota. Me equivoco hoy en la obra y me voy a casa amargadísimo. Pero es parte del aprendizaje. El fracaso es parte del aprendizaje y no deberíamos tomarlo tan mal. Yo me lo tomé siempre muy mal y me he autoflagelado, pero no queda otra.

Sebastián Presta junto a Josefina Scaglione, su compañera de elenco en «Mi amiga y yo».

-Si te hubieses quedado en esa frustración de la pizzería, el Presta del Paseo La Plaza no existiría, ¿no?

-Exacto. Si me hubiese quedado en eso, no hubiesen venido tantas obras y tantas satisfacciones. Pude romper el hielo con el stand-up en mi obra actual, exorcizando ese miedo. No descarto hacer mi show unipersonal en el futuro.

-¿Recorriste el país con tus obras o solo en Buenos Aires?

-Con Mi madre, mi novia y yo fui por todos lados, desde Ushuaia a La Quiaca. Pero decidí no hacerlo más. Es muchísimo laburo, y mis obras no son sencillas, tienen muchos efectos de sonido y luces. No estoy en condiciones técnicas para ir de un teatro a otro. Como mucho, puedo instalarme en Mar del Plata o en Carlos Paz.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Quiénes eran las dos víctimas del avión que se estrelló en un festival aéreo y un mensaje premonitorio: «La entrada al Cielo está en...

Un avión biplaza de acrobacia se estrelló el sábado en la pista del Aeroclub de Bell Ville, en la...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img