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sábado, septiembre 20, 2025

Alejandro Pont Lezica: del primer disc jockey a por qué en los boliches se dejó de bailar lentos

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¿Por qué dejaron de existir los lentos. ¿Tenía razón Pappo? ¿Los Dj’s deberían buscarse un “laburo honesto”? Alejando Pont Lezica hoy es un hombre de angelados 68 años que sigue autopercibiéndose “disc jockey”. Reconoce que junto a Rafael Sarmiento es el máximo responsable de hacer popular el oficio en nuestro país. Para formar el primer triunvirato tampoco se olvida de Pato C, un pionero en convocar multitudes imponiendo los «discos enganchados”.

Hernán Cattáneo lo menciona como su “guía y mentor”. El primer Dj superstar de la Argentina, el Maradona del dance, lo dejó asentado en su libro de memorias, El sueño de un DJ. Parece que a metros suyo vio un “disc jockey” y eso fue como si un ovni hubiera descendido. Fabio Zerpa tenía razón. “No era casualidad ni milagro. Era mucho más que eso: un profesional con auriculares y cajas llenas de discos. Alguien preparado para hacer bailar a la gente. Era el maestro Alejandro Pont Lezica. No hubo vuelta atrás después de esa noche. Quería hacer eso que él estaba haciendo”.

A Pont Lezica le debemos más de lo que imaginamos. Encima, tipo audaz, llegó a poner Muchacha ojos de papel en una discoteca.

-¿Cuándo dejó de ser “disc jockey” y pasó a ser “DJ”?”

-“Disc” es por los discos de vinilo que usaba Martin Block, un locutor radial de los Estados Unidos que en los años ’30 ponía un disco tras otro. “Jockey”, por eso de cabalgar el disco. En España se le decía “montadiscos”. En los ‘80, con la cultura del hip-hop y la música disco, el término se fue abreviando de manera natural hasta convertirse en DJ.

A Alejandro Pont Lezica no lo ofendió la opinión de Pappo sobre el trabajo de los djs: A Alejandro Pont Lezica no lo ofendió la opinión de Pappo sobre el trabajo de los djs: «Norberto era blanco o negro», dice del guitarrista. Foto: Francisco Loureiro

El hombre que mete púa

Las revistas de los ’70 linkeaban su nombre, y una querida presencia a lo Che Guevara -la barba, el pelo largo-, con inequívoco sesgo lunfardo: “El que mete púa”. Por ese entonces, Pont Lezica declaraba: “Salgo a pelear cada noche, voy al frente con la música que me gusta”. En 1978, la revista Gente titulaba: “Pa’ que bailen los muchachos”.

Joven y veloz, lo exhibían como “nuevo ídolo de una generación”. Idolo raro: “No canta ni baila, sólo pone discos”. Los carteles de las fiestas que animaba con Rafael Sarmiento estaban por todos lados. “Sus nombres son la atracción”.

Un día, alguien tuvo una idea y los llamó para que eligieran los discos en una fiesta del Colegio Sagrado Corazón, en Callao al 1300. Los llamados comenzaron a hacerse cada vez más frecuentes y se extendieron a otros secundarios, clubes y salones de baile.

En 1971, el trabajo de Pont Lezica consistía en armar la pista de baile. Y así fue hasta mediados de los ‘80. Poner música durante seis horas, lo que duraba el turno de un DJ. En ese entonces se bailaba de 22 a 4 AM. “Cuando yo tenía 17, en la boite Mau Mau, este trabajo no era considerado, no existía como tal”.

Para entender la dimensión del asunto, otro artículo de la época -diario Tiempo Argentino, 1984- ya sospechaba de las “buenas artes” de Pont Lezica. Lo hacía anticipando un debate que luego protagonizarían Pappo y DJ Deró: “Nada más simple que colocar la púa sobre el disco”, se leía con un ligero desdén.

El 5 de agosto de 2000, durante el programa Sábado Bus, conducido por Nicolás Repetto, Pappo y DJ Deró tuvieron un cruce memorable. El guitarrista le dijo: “Conseguite un empleo honesto». La frase sigue indeleble en el imaginario colectivo.

Alejandro Pont Lezica le agradece a quienes lo antecedieron y lo aconsejaron en su profesión: Ezequiel Lanús, Miguel Vázquez y Alejandro Sáenz. Foto: Francisco LoureiroAlejandro Pont Lezica le agradece a quienes lo antecedieron y lo aconsejaron en su profesión: Ezequiel Lanús, Miguel Vázquez y Alejandro Sáenz. Foto: Francisco Loureiro

-¿Pappo tenía razón?

-Norberto era blanco o negro. Había ciertas cosas que él no entendía. Para Pappo, un DJ era un difusor, alguien que ponía música hecha por otros. Pero bueno, él había agarrado la guitarra de chiquito y le dedicaba horas y horas…

-¿Sentís que te ofendió diciendo eso?

-No, no me ofendió. Entendí su opinión.

-¿A vos quién te enseñó?

-Mi inspiración fue Ezequiel Lanús. Miguel Vázquez fue mi maestro de música para bailar y Alejandro Sáenz, quien me enseñó de técnica, sonido, montaje de equipos de amplificación y consolas. Pansá que en los primeros ‘70 nada estaba tan desarrollado y nada estaba ni escrito ni probado.

Alejandro Pont Lezica, en FM Milenium, donde tiene un programa. Foto: Francisco Loureiro Alejandro Pont Lezica, en FM Milenium, donde tiene un programa. Foto: Francisco Loureiro

Que vuelvan los lentos

Somos muchos los que hemos dejado de ir a bailar cuando se acabaron “los lentos”. Parecía sencillo, pero equivalía a tener coraje: “¿Bailás?”. Una sola palabra pronunciada entre temblorosos signos de interrogación. La tanda de lentos irrumpía y una de dos: podías quedar de garpe o tocar un cielito lindo con las manos.

“Los años ’60 son muy importantes en el desarrollo del musicalizador de las radios -nos dice-. Es cuando nacen las boites y es cuando se necesita alguien para que pase música. Ahí nace la figura del disc jockey: el negocio de la música empieza a necesitarnos. Pero el gran escenario se da a mediados de los ‘80 con la fuerte penetración que logran las FM. Antes de eso, en una primera etapa, éramos los disc jockeys los que llevábamos las baladas a la pista de baile. Después, empezamos a ser reemplazados. Las radios dieron la posibilidad de que se difundiera más música y eso arrancó fuerte en el ‘84, ‘85”

-Decime algo de César Banana Pueyrredón.

-Bueno, César Banana Pueyrredón es nuestro. El disc jockey de cada lugar conocía el gusto de la gente y mantenía una o dos tandas de lentos que permitían que se difundiera no sólo la música de época, sino baladas hechas en los ‘60 como por ejemplo Muchacha (ojos de papel) o Viento dile a la lluvia, de Los Gatos. Siempre hubo canciones antológicas y muy populares que gustaban mucho y posibilitaban que hubiera tanda de lentos argentinos. Por supuesto, en esos años César Banana Pueyrredón fue uno de los grandes protagonistas.

Alejandro Pont Lezica explica porqué en las discotecas se dejaron de bailar lentos. Foto: Francisco LoureiroAlejandro Pont Lezica explica porqué en las discotecas se dejaron de bailar lentos. Foto: Francisco Loureiro

Tips para alegrar las fiestas

-Ahora te digo “Último tren a Londres”.

-Sin dudas el clásico de pista de baile más reconocido en la Argentina de la década del ‘80.

-¿Un tema que ponías cuando se caía la fiesta?

Rock the Casbah, de Los Clash, no fallaba.

Alejandro dice que sigue haciendo sus “cositas”. Tiene un programa en FM Milenium y, entre otras cuestiones, confecciona playlists a pedido.

-¿Una canción que te identifique?

-Es difícil, llevo 53 años haciendo esto. No hay una: I Feel Love de Donna Summer. Otro muerde el polvo, de Queen. Miss You, de los Rolling Stones.

-¿Te imaginás discotecas de trap?

-Algunos artistas, especialmente los de hip-hop, pusieron bases que se pueden bailar. El trap es un movimiento, inclusive artistas como Trueno y Wos sumaron banda en vivo. Además, Bizarrap y otros dj’s hicieron sus versiones exitosas. La pista de baile hoy está dividida entre la experiencia electrónica y las performances en discotecas y festivales. Otra cosa que está fuerte es el cuarteto y los temas históricos de joda de Los Auténticos Decadentes, como La Guitarra o Cómo me voy a olvidar, Los Cadillacs con Matador, Vilma Palma, La Mosca, Rodrigo…

Alejandro Pont Lezica cuenta que en los '80, con el auge de la música disco, cambió el clima de las pistas de baile. Foto: Alejandro LoureiroAlejandro Pont Lezica cuenta que en los ’80, con el auge de la música disco, cambió el clima de las pistas de baile. Foto: Alejandro Loureiro

Jugársela por la música no comercial

En una versión del recuerdo de alguna otra charla, Pont Lezica dice que le debemos, entre otros, a Genesis, Led Zeppelin, Yes. ¿En serio? “No es que me lo deban, es que en ese momento éramos los que manejábamos el material. Los boliches se llenaban y nuestro trabajo era importante para saber qué es lo que estaba pasando musicalmente. Yo ponía música de Pink Floyd, Génesis o Zeppelin en el ‘73, ‘74, y como no era comercial ni del todo aceptada aún, para mí significaba estar jugándomela”.

Su tráfico de influencias lo puso en el ojo de la tormenta. “Cuando ya hacía varios años que estaba pasando música, me vinieron a ver de una compañía discográfica. Me regalaron discos y me llevaron a comer a la Costanera. Comenzaban a entender las ventas desde la función que nosotros hacíamos”.

¿Quién fue el culpable de que no hubiera más lentos? Nombres, Alejandro. “Las tandas de lentos eran una manera de relacionarse hombre-mujer. Obviamente no había redes ni teléfonos celulares. Los disc jockeys cumplíamos también una función social y la pista de baile permitía eso. La primera tanda de lentos servía para definir si podía, o no, pasar algo con la otra persona. Si ella se iba a sentar o te hacía palanca apoyando los dos brazos contra tus hombros, o si tomaba distancia como en el colegio, significaba que no iba a pasar a mayores”.

Alejandro Pont Lezica, con un disco de Miguel Mateos. A finales de los '60 ponía temas como Alejandro Pont Lezica, con un disco de Miguel Mateos. A finales de los ’60 ponía temas como «Viento dile a la lluvia» o «Muchacha (ojos de papel)» para el momento de los lentos. Foto: Francisco Loureiro

-Nombres, Alejandro…

-El negocio de la música suprime los lentos. Si yo te pongo lentos en una discoteca vos no vas a consumir tanta energía y no vas a visitar la barra seguido, vas a beber mucho menos… Aparte, las relaciones personales cambiaron. La ceremonia de la seducción cambió. El baile era uno de los grandes atributos de atracción entre hombre y mujer, yendo del rock al tango o pasando por el ritmo que quieras. Y los lentos eran una manera más de relación: significaban el premio por haber bailado.

-¡Había que llegar al lento!

-Claro, la canción romántica siempre fue muy valiosa en los ‘60 y ‘70, pero hacia fines de los ’70 la pista de baila empezó a ser conformada por otra música, música disco, música pensada casi exclusivamente para ser escuchada en las discotecas. De esa manera, los disc jockeys tuvimos más material para hacer durar el entretenimiento. Los ‘80 y el nacimiento de las discotecas con mucha gente yendo a bailar a lugares grandes, hizo que los temas lentos empezaran a ser poco apropiados para el desenvolvimiento en esos espacios grandes llamados boliches.

-¿Fue el principio del fin?

El lento comenzó a usarse para apagar el ambiente, cerrar la noche y también la performance del disc jockey. La música de discoteca, definitivamente, entierra los lentos en la segunda mitad de los ‘80. Al negocio no le convenía. Ya en los ’90 no hubo más lugar para ellos.

Redacción

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