Santa Marta se ha transformado en el epicentro diplomático de América Latina con la inauguración de la IV Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), un evento que congrega a más de sesenta delegaciones y busca revitalizar una relación birregional que llevaba años estancada.
Alemania ha manifestado su interés en aprovechar la cita para promover acuerdos de libre comercio que, según el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johannes Wadephul, pueden convertirse en motores de crecimiento económico y fortalecer la cooperación entre ambos continentes.
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Antes de partir hacia Santa Marta, Wadephul destacó la relevancia de avanzar en pactos comerciales clave. “Queremos hablar allí de cómo podemos llevar a feliz término el acuerdo de libre de comercio con los países de Mercosur, así como los acuerdos con Chile, México y otros socios en la región”, dijo Wadephul a EFE.
El funcionario alemán remarcó que “estos acuerdos fortalecen nuestras cooperaciones, nuestras cadenas de suministro y nuestra resiliencia, y pueden ser impulsos de crecimiento importantes para nuestras economías”.
En materia de seguridad, Wadephul expresó la disposición de Alemania a colaborar en la región, abarcando desde la lucha contra el crimen organizado hasta el respaldo al proceso de paz en Colombia.

La cumbre representa uno de los momentos más destacados de la agenda internacional del presidente colombiano Gustavo Petro, que ejerce la presidencia pro tempore de la Celac.
Para Petro, el encuentro es la culminación de una estrategia diplomática iniciada en 2023 y una oportunidad para posicionar a Colombia como articulador de una voz latinoamericana común ante Europa, con énfasis en temas como la transición energética, la justicia ambiental y la soberanía económica.
El evento no ha estado exento de desafíos. La ausencia de varios líderes europeos, entre ellos la presidenta del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen, el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés, Emmanuel Macron, amenazó con restar proyección al encuentro.
Sin embargo, la confirmación de la asistencia del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva permitió que el eje Brasil–Colombia se consolidara como un nuevo motor de diálogo con Europa, devolviendo relevancia política a la cita.
Uno de los ejes centrales del debate será la llamada “triple transición” —energética, digital y medioambiental— que la UE impulsa bajo la iniciativa Global Gateway 2.0.
Se prevé que la declaración final incluya compromisos sobre migración y movilidad humana, seguridad regional, desarrollo de cadenas de valor sostenibles y producción de medicamentos en América Latina.

Para la UE, el reto consiste en materializar las inversiones prometidas en la cumbre de Bruselas de 2023, que avanzan con lentitud, mientras que los países latinoamericanos exigen mayor agilidad y menos condicionamientos.
Desde la perspectiva latinoamericana, la cumbre es una oportunidad para fortalecer la integración regional y proyectar una voz unificada en asuntos como energía limpia, conectividad y autonomía productiva. Europa, por su parte, busca ampliar su presencia tecnológica y energética en la región, con inversiones orientadas a hidrógeno verde, conectividad y transporte sostenible.
La agenda de la cumbre también incluye la corresponsabilidad en temas migratorios, la trata de personas y el crimen transnacional, asuntos que preocupan tanto a los países latinoamericanos como a Bruselas.
Las delegaciones de la región insisten en que los acuerdos birregionales deben traducirse en beneficios concretos para las poblaciones y no limitarse a los intereses gubernamentales o empresariales.
Santa Marta acoge el Foro de Sociedad Civil Celac–UE, que reúne a organizaciones sociales, sindicatos, académicos y representantes de comunidades indígenas y afrodescendientes de ambos bloques.

El objetivo de este foro es incidir en la agenda política de la cumbre con propuestas sobre justicia climática, equidad de género, derechos humanos y participación ciudadana.
Desde la UE se ha subrayado la importancia de fortalecer la cooperación con actores sociales para asegurar que la transición verde y digital tenga un enfoque inclusivo y no profundice las desigualdades.
La IV Cumbre Celac–UE se desarrolla en un contexto de tensiones globales entre Estados Unidos, China y Europa, y busca reposicionar a América Latina como un bloque con agenda propia.
La cita aspira a dejar una hoja de ruta con “proyectos concretos y tangibles” para los próximos dos años, según las autoridades colombianas, y a consolidar una cooperación birregional que responda a los desafíos actuales en materia de desarrollo sostenible, seguridad y comercio.





