Mientras los intendentes salteños lograron asegurarse los fondos necesarios para afrontar el pago del medio aguinaldo de este mes, gracias a un adelanto de coparticipación comprometido por el Gobierno provincial, crece la preocupación por el fuerte derrumbe de las transferencias nacionales y provinciales. Según advierten, en los últimos dos envíos, la coparticipación cayó un 30%, afectando seriamente las finanzas municipales.
Mientras los intendentes salteños lograron asegurarse los fondos necesarios para afrontar el pago del medio aguinaldo de este mes, gracias a un adelanto de coparticipación comprometido por el Gobierno provincial, crece la preocupación por el fuerte derrumbe de las transferencias nacionales y provinciales. Según advierten, en los últimos dos envíos, la coparticipación cayó un 30%, afectando seriamente las finanzas municipales.
«Estamos en una situación financiera bastante crítica», advirtió Marcelo Moisés, en diálogo con Radio Salta. El intendente de Apolinario Saravia y presidente del Foro de Intendentes de Salta aseguró que «después de la primera y segunda cuota de mayo, vimos una caída abrupta del 30%. Imaginate que muchos municipios usan más del 90% de esos fondos para pagar sueldos», sostuvo.
La alarma de los jefes comunales salteños se da en paralelo a una reunión convocada para hoy martes en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde los gobernadores de todo el país debatirán la crítica situación que atraviesan las administraciones provinciales. La fuerte caída de la recaudación nacional —particularmente del IVA, Ganancias y Bienes Personales— impacta de lleno en las provincias y, en efecto cascada, en los municipios. Según advirtieron los gobernadores, esta caídas en los envíos de Nación llegan al 27 por ciento, una cifra próxima a la que indican los intendentes de la provincia de Salta.
Adelanto
Según explicó Moisés, durante una reunión del viernes pasado en la sede el Foro, la Provincia se comprometió a asistir financieramente a los municipios con adelantos de coparticipación que luego se devuelven en un plazo de seis meses. Esta herramienta permite garantizar el pago del aguinaldo, pero no alcanza a despejar la incertidumbre, sobre todo por el temor a que la caída en los ingresos coparticipables se acentúe en los próximos meses.
«Zafamos con este aguinaldo porque la Provincia nos auxilia. Pero si la coparticipación sigue cayendo como ahora, ese esquema deja de ser viable», señaló el jefe comunal. «Estamos haciendo girar una rueda que se puede trabar».
Además del impacto presupuestario, la crisis ya se traduce en demandas sociales concretas: «Los vecinos golpean la puerta del municipio porque no pueden pagar la luz o los medicamentos, porque se quedaron sin trabajo o no tienen qué comer. Somos la primera ventanilla de esta crisis», lamentó Moisés.
Ajustes y recaudación
Consultado sobre si los municipios realizaron ajustes, el intendente señaló que muchos ya aplicaron recortes, incluso en la planta de personal. «El 80% de los municipios viene bajando la planta por fuerza mayor. No hay cómo pagarle a la gente. Pero también hay que entender que en muchos pueblos la municipalidad es la única fuente de empleo», sostuvo.
En cuanto a la recaudación propia, los municipios del interior enfrentan serias limitaciones. «Algunos cobran como máximo $8.000 por tasas básicas, y eso no cubre ni los costos del servicio de recolección, iluminación o barrido. Hay pueblos que directamente no recaudan por actividad comercial», explicó Moisés.
También criticó las trabas políticas en algunos concejos deliberantes, donde se impide la actualización de tasas. «Se ha dicho que algunos municipios aumentaron el 500% o 1000%, pero eso es porque venían cobrando montos ridículos, como $500 al mes», explicó.
Futuro incierto
Sobre el panorama a futuro, Moisés fue tajante: «Es incierto. Estamos esperando ver qué pasa con la recaudación de Ganancias, pero todo depende de la reactivación económica. Si no mejora el consumo, no mejora la coparticipación».
Pese a las dificultades, destacó que la mayoría de los intendentes viene administrando con responsabilidad. «Si con una caída del 30% seguimos pagando sueldos, es porque hay gestión. Pero no sabemos cuánto más se puede resistir», concluyó.