Autoridades y trabajadores del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI)alertaron sobre los sucesivos recortes de fondos provenientes de la Intendencia de Montevideo (IMM) que vienen afectando a la institución desde hace varios años, pero más que nada en los últimos tiempos.
En una carta enviada por los trabajadores de la institución a la Junta Departamental, a la que accedió El País, se manifestó “profunda preocupación ante la propuesta de reducción del presupuesto anual” para este museo que recibe a 30.000 niños por año, en el marco de visitas educativas, además de turistas de cruceros y público en general.
“La IMM ha dispuesto una disminución de presupuesto destinado a todos los museos departamentales, que en nuestro caso asciende al 10%. Esta disposición nos coloca en una situación crítica ya que los fondos que recibimos de la comuna son destinados, casi en su totalidad, al pago de salarios de nuestro personal (limpieza, seguridad, atención al público, administrativo y personal técnico). A diferencia de otros museos municipales, cuyos fondos no comprometen directamente los puestos laborales, en nuestro caso esta reducción pone en riesgo la continuidad laboral de varios trabajadores y, en consecuencia, el funcionamiento del museo”, expresaron más de una decena de funcionarios.
En el nuevo convenio firmado entre la IMM y el presidente de la Fundación MAPI, suscripto el 8 de mayo, se obliga a la comuna a transferir $ 10.800.000 anualmente. Previamente, el instituto recibía $ 12 millones, por lo que se otorgarán más de un millón de pesos menos.
En comparecencia ante la Comisión de Cultura de la Junta Departamental, Luis Fernando Iglesias, que preside la fundación también integrada por la diputada y exintendenta capitalina Ana Olivera, el arquitecto Roberto Villamarzo y el exdirector de la Comisión de Patrimonio, William Rey, relató los problemas económicos que ha tenido que afrontar el MAPI en los últimos años a medida que ha perdido apoyo de la IMM.
En este orden, el director del MAPI, Facundo de Almeida, informó que la cifra de $ 12 millones responde al convenio firmado en 2013, con sus respectivos ajustes por Índice de Precios al Consumo (IPC).
Uno de los principales problemas que ha sufrido la gestión del museo en el último tiempo, indicaron sus autoridades, estuvo relacionada a la decisión de la IMM de retirarle los servicios de empresas de seguridad y de limpieza, que eran apoyos que le brindaba la comuna a varias instituciones culturales a través de servicios tercerizados.
Eso implicó, según de Almeida, la necesidad de recortar actividades que realizaba el MAPI por fuera del horario de apertura al público, como alquileres para rodajes que además implicaban un ingreso extra.
Actualmente, el museo cuenta con 16 funcionarios: 12 permanentes y cuatro temporarios, de marzo a diciembre. Según supo El País, los trabajadores no cobraron el medio aguinaldo en junio.
En referencia a los recortes inminentes, el presidente del MAPI afirmó que no tienen más alternativa que llevar adelante el despido de algunos de los funcionarios y que eso no solo tendrá una implicancia laboral para la persona afectada, sino que también va a resentir “mucho la actividad del museo”.
“Hay una persona en la reserva técnica; una persona para montaje y mantenimiento; una persona en la recepción; dos personas para la limpieza ―el edificio tiene 5.000 metros cuadrados, por lo cual dos personas es muy poquito―; una persona para la seguridad; una persona que se ocupa de todas las actividades que no son del área educativa; y dos personas para el área educativa, que tienen un volumen de trabajo enorme, porque reciben a 30.000 chiquilines por año. Entonces, cualquier despido que tengamos que hacer ―más allá del costo que tiene el hecho de que haya personas que se queden sin trabajo― va a resentir la actividad. Incluso vamos a tener que acortar el horario de visita, porque tiene que haber alguien en la puerta ―por lo menos, una persona― para recibir a la gente”, dijo.
En esta línea, tanto las autoridades como los trabajadores subrayaron que los fondos percibidos desde la IMM son exclusivamente destinados al pago de salarios. No ombstante, el MAPI se financia además por la venta de entradas, su participación en programas educativos, el ingreso por la cafetería y una partida que recibe de parte de un estacionamiento por un contrato de arrendamiento de un predio que fue cedido por la IMM.
La directora de cultura de la IMM, Deborah Quiring, argumentó una semana antes en la misma comisión que la cesión de los derechos a cobrar por el alquiler del estacionamiento implica una forma distinta de apoyar al MAPI y que por esa razón se bajaba en $ 1.200.000 los fondos que se volcaban.
“No hay un ajuste, sino un cambio en lo que tiene que ver con un apoyo directo por otro indirecto. En 2014 se aprobó la cesión de uso de predios para la explotación de un estacionamiento y se puso en funcionamiento en mayo de 2020, hace cinco años. La explotación de este estacionamiento se pensó para apoyar y contribuir al desarrollo de las actividades del museo”, defendió.
Por el uso de dichos predios el museo percibe mensualmente $ 120.000, ingresos que en teoría deberían compensar el recorte que se estableció en el último convenio al que todavía el falta la aprobación de la Junta Departamental.
El MAPI es un organismo dependiente del Departamento de Cultura de la IMM, pero que tiene gestión privada. Fue fundado en 2004 mediante un acuerdo entre el entonces intendente Mariano Arana y el coleccionista Matteo Goretti, que cedió al gobierno departamental parte de su colección por un plazo de 20 años.
Sin conexión
Entre los problemas de seguridad que denunciaron las autoridades ante el recorte presupuestal, informaron que hoy el museo no cuenta con los mínimos requerimientos necesarios para custodiar los bienes culturales e históricos que preserva.
De Almeida reconoció que carecen de protección nocturna y cuentan con una alarma que no está conectada a la central de ninguna empresa de seguridad.
“Si bien hay alarma, si suena solo la podrá escuchar algún vecino. Ya tuvimos en una oportunidad el robo de una pieza de una exposición y, en otra, el robo de la plata de la caja en MAPI Café. Quiero transmitir la gravedad del caso porque la mayor parte de las colecciones que conserva el MAPI fueron cedidas a la Intendencia de Montevideo, que también tiene responsabilidad en la custodia de las piezas. Hoy la situación en materia de seguridad para el MAPI es muy grave, porque ―repito― tenemos una alarma, pero dependemos de que algún vecino la escuche y llame a la Policía”, resumió.