Uno de los personajes más extravagantes y admirados de la política del siglo XX. Cómo nació aquel hombre que pudo ponerle voz a los vecinos de La Boca.

Este domingo 7 de septiembre los bonaerenses van a las urnas para renovar las bancas de diputados y senadores. Por ello, bien vale recordar a un personaje que destacó por su extravagancia como por unos ideales a los que jamás pensó en renunciar: Alfredo Palacios, un hombre que haría historia dándole voz a los pobres en La Boca.
Nacido el 10 de agosto de 1878, hijo del uruguayo Aurelio Palacios, estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires y su tesis doctoral “La miseria en la República Argentina” fue desaprobada por Raymond Wilmart, debiéndola cambiar en tiempo récord por una sobre quiebra de empresas. Sus largos cabellos y un inconfundible bigote le valieron el mote de “melenudo”. Poco a poco se ganaría la confianza de los más indefensos con discursos de una oratoria que cualquier política quisiera y debería tener.

Un socialista, ¿más?
Afiliado al socialismo desde 1901, contó alguna vez que quien lo acercó a dicha corriente fue su madre Ana Ramón: “Ella puso en mis manos el Nuevo Testamento con el Sermón de la Montaña, y llegó a apasionarme la figura de Jesús. Yo tenía entonces 11 años de edad”. Cuando se recibió abrió su estudio con una peculiar chapa que marcaría lo que fue su vida:
“
“Dr. Alfredo Lorenzo Palacios – atiende gratis a los pobres”
El primer diputado en América Latina
Para 1904 se produciría un hecho trascendental con las elecciones a presidente y renovación por parte de las cámaras de senadores y de diputados. La reforma electoral aprobada en 1902, llamada de representación uninominal por circunscripciones, establecía el voto uninominal y por circunscripción, creando así nuevos distritos electorales con el objetivo de más representación de minorías parlamentarias.
También podría interesarte
Un año antes, un italiano de apellido Morenna le dijo en cocoliche(jerga típica de inmigrantes)a Palacios que era él quien debía ser el candidato por La Boca. El 14 de agosto de 1903 fue proclamado candidato a diputado por la circunscripción 4ª San Juan Evangelista.

Aquel barrio tenía 192 manzanas y sus habitantes estaban hacinados en 330 conventillos. La situación social para 1904 era un hervidero con huelgas y reclamos de trabajadores por condiciones dignas, sumado a que muchas veces la intervención de la policía terminaba en violentos incidentes. Palacios era elegido de mediador junto a Enrique del Valle Iberlucea quien, años después, se convirtió en el primer senador socialista de América. “El melenudo” hablaba en español y en italiano.
La elección se desarrollaría el domingo 13 de marzo, previamente hubo una intensa campaña donde el objetivo era evitar el fraude que era moneda corriente en aquellos años. Lo curioso era el método: no había cuarto oscuro y el voto era público con el ciudadano mostrando a la autoridad de la mesa su libreta cívica y diciéndole su candidato.
Palacios obtuvo 830 votos; Llavallol 596; Rodríguez Larreta 542; Avellaneda 353; Tedín 121 y Ungaro 94. El acta fue llevada a la jefatura de la seccional 20ª. El 2 de mayo, llegó en carro al antiguo Congreso, hoy Hipólito Yrigoyen y Balcarce y juró solo por la Patria para convertirse en el primer legislador socialista de América Latina.

A lo largo de sus tres períodos como diputado presentó diversos proyectos: el primer sobre el voto femenino; autor de leyes como las del sábado inglés, descanso dominical, accidentes de trabajo, estatuto docente y ley de la silla. Fue gracias a este “melenudo” que los obreros comenzarían a disfrutar de leyes laborales. Un rebelde que le dio voz a la República de La Boca.
El día que los genoveses la autoproclamaron una República
Los genoveses terminaron adoptando a La Boca como propia, teniendo escuelas, teatros y mutuales. Los problemas de la época llevaron a la creación de asociaciones, que se ocupaban de la salud, de ayudar a conseguir un empleo y buscar medios si algún compatriota deseaba volverse. Incluso fueron los propios genoveses que el 2 de junio de 1884 crearon el primer cuerpo de bomberos, ya hartos de armar cadenas humanas que se pasaban baldes con agua sacada del río.
Para 1882, después de una huelga, se realiza una reunión local de la Sociedad italiana del barrio de La Boca que resuelve que el gobierno argentino no puede mezclarse en cuestiones de genoveses. A partir de eso, izan la bandera de Génova y redactan un acto informando al Rey de Italia, Humberto I, que se acababa de constituir la“República Independiente de La Boca”.

Si bien a los porteños este hecho les pareció “simpático”, poco entendían de lo que esto en realidad podría significar. Italia, como varios países de Europa, se había extendido a África y veía con buenos ojos la idea de reclamar un territorio en el que sus compatriotas conformaban una parte fundamental.
La idea cobró tanta fuerza que desde el Viejo Continente, políticos se expresaban que el país tenía “colonias espontáneas” en el país y en Uruguay. Ya desde 1870 surgieron ideales sobre la autodeterminación de los pueblos, haciendo crecer el sentimiento de nacionalidad.

El tema escaló tanto que el propio presidente, Julio Argentino Roca, fue a La Boca a convencer a los levantiscos genoveses de deponer su actitud. El gesto ayudó porque los genoveses quitaron la bandera y hasta bautizaron una calle con el nombre de Roca.
El hecho dejó huellas entre los hombres del poder porque entendieron que era necesario construir nacionalidad frente a la inmigración y así inició un proceso donde se invitó a los extranjeros a nacionalizarse. Un dato no menor es que hasta 1884 no se cantaba el Himno, solo 5° y 6° grado había contenidos cívicos y no en todo el país se enseñaba Historia.