La norma elimina la panificación industrial, las bebidas energéticas y las máquinas expendedoras de centros escolares; además limita los fritos y platos precocinados

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EFE
El Gobierno español obligará por ley a que los comedores escolares de todos los centros de enseñanza no universitaria ofrezcan fruta y verdura fresca todos los días y a servir pescado entre una y tres veces a la semana, al tiempo que limita el consumo de fritos y sal y elimina la panificación industrial.
El Consejo de Ministros aprobó el real decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles que obliga a garantizar una alimentación saludable en centros escolares, con más fruta, verdura, pescado y legumbres y con alimentos de temporada y ecológicos.
Afectará a todos los colegios públicos, concertados y privados que imparten desde segundo ciclo de Infantil hasta Bachillerato y Formación Profesional de grado Básico y Medio.
Las frutas y verduras tendrán que servirse a diario y los centros deberán especificar que al menos el 45% de fruta y hortalizas son de temporada. También que al menos dos platos al mes o el 5% del gasto se destina a la producción ecológica.
La norma elimina la panificación industrial y las bebidas energéticas también de las máquinas expendedoras ubicadas en los centros escolares y limita los fritos y los platos precocinados (pizzas, empanadillas o croquetas) a una ración al mes.

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En el caso de frituras no precocinadas podrán servirse una vez a la semana como máximo y deberán ser elaboradas preferentemente con aceite de oliva o aceite de girasol alto oléico.
Más pescado y menos azúcar y sal
Según estimaciones de Consumo hay 1.200 comedores escolares en España en los que nunca se sirve pescado y la norma obligará a servir entre una y tres porciones de pescado a la semana. También las legumbres y los cereales, como arroz o pasta integral, deberán estar en el menú escolar al menos semanalmente.
No se permitirá servir bebidas azucaradas en las comidas, ni tampoco venderlas en las máquinas expendedoras o en las cafeterías de los centros si superan un contenido máximo de 5 gramos de azúcares por porción envasada.
El decreto establece límites en el porcentaje de grasas, azúcares y sal que conlleven estos productos.

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Según el último informe Aladino, un 47% del alumnado de entre 6 y 9 años de familias con ingresos inferiores a 18.000 euros al año tiene exceso de peso infantil porque no puede permitirse consumir más alimentos frescos ni realizar desayunos completos.
El ministro español de consumo, Pablo Bustinduy, subrayó que la ley busca «reducir las desigualdades en salud» y un modelo «más sostenible, con menos envases y desperdicios», al tiempo que la mejora en los hábitos alimenticios y nutricionales «también tiene impacto sobre los resultados educativos, formativos y laborales, incluso salariales», de los estudiantes.
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