Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que, pese a los avances normativos, América Latina y el Caribe aún debe profundizar sus esfuerzos para garantizar una transición justa que genere oportunidades laborales equitativas para mujeres y hombres. La información fue dada a conocer por la OIT en el marco de la preparación hacia la COP30.
El documento, titulado “Aproximación a las directrices para la Transición Justa en América Latina con enfoque de género”, señala que las desigualdades estructurales se agravan ante la crisis climática. Según el documento, para 2030, entre 68 y 135 millones de personas podrían caer en la pobreza en la región. Aunque los 29 países que presentaron sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas incorporaron enfoque de género, la aplicación práctica de estas políticas sigue siendo desigual, especialmente en sectores masculinizados.
“La transición justa no se trata solo de reducir emisiones, sino de garantizar más igualdad, trabajo decente y protección social”, sostuvo Ana Virginia Moreira Gomes, directora regional de la OIT.
Transición justa y empleo: oportunidades y riesgos
Según el estudio, la reestructuración productiva podría generar 22,5 millones de nuevos empleos hacia 2030, pero también profundizar brechas laborales si no se adoptan medidas específicas para aumentar la participación de las mujeres en los sectores verdes emergentes.
La directora regional del PNUD, Michelle Muschett, afirmó que “el desarrollo sin resiliencia ya no es una opción” y subrayó que la transición hacia economías bajas en carbono es “una oportunidad única para transformar la estructura productiva de la región y avanzar hacia un modelo más inclusivo”.
Recomendaciones laborales para la región
El informe propone una hoja de ruta centrada en tres ejes: integrar la igualdad de género en todas las políticas climáticas y laborales; invertir en empleos verdes y servicios públicos que reduzcan las cargas de cuidado; y garantizar la participación de las mujeres en el diseño e implementación de políticas mediante diálogo social.
El informe evidenció ejemplos regionales como presupuestos públicos con enfoque de género y clima en Panamá, programas de ganadería sostenible liderados por mujeres en Perú y políticas para aumentar la contratación femenina en la energía geotérmica de El Salvador.
En su conclusión, la OIT y el PNUD señalan que avanzar hacia una transición justa exige impulsar economías más verdes, reducir desigualdades estructurales y asegurar que nadie quede atrás, integrando sostenibilidad ambiental con equidad y oportunidades de trabajo decente para todas las personas.






