En un mundo cada vez más atravesado por conflictos tecnológicos, las potencias apuestan por inteligencia artificial, armas hipersónicas y drones autónomos. Pero mientras esas innovaciones se reparten en los titulares internacionales, en Latinoamérica se gesta una respuesta local con ambición global: un sistema láser que apunta directo al corazón de las amenazas del siglo XXI.
Una defensa silenciosa contra las armas del futuro
Drones autónomos, pequeños pero devastadores, se convirtieron en protagonistas indiscutidos de los nuevos escenarios bélicos. Desde tareas de espionaje hasta ataques quirúrgicos, estos dispositivos son tan versátiles como difíciles de interceptar. Frente a este panorama, las firmas argentinas FixView y ARG Scientific decidieron anticiparse y crear su propio sistema de defensa: un Láser de Alta Energía Pulsado (LAEP) pensado para inutilizar cualquier vehículo aéreo no tripulado.
Ambas empresas, radicadas en la provincia de Córdoba, desarrollaron el sistema en condiciones locales, con fondos propios y sin intervención estatal. ¿Su objetivo? Atacar directamente el sistema electro-óptico de los drones, su «ojo» principal, cegándolo y volviéndolos ineficaces. Se trata de una tecnología de precisión, capaz de alcanzar blancos a una velocidad de 300.000 km/h mediante pulsos ultracortos.
Cómo funciona el láser que podría cambiar el combate moderno
El sistema LAEP utiliza ópticas lineales y no lineales para canalizar pulsos de altísima energía que impactan con precisión quirúrgica. El reto no fue menor: según FixView, producir este tipo de láser implicó dominar tecnologías fotónicas avanzadas, diseñadas especialmente para dañar sensores sin destruir el dron por completo.
A eso se suma un desafío logístico no menor: la portabilidad. Los ingenieros buscaron que el sistema pudiera ser manejado por una sola persona, lo que multiplica su aplicación en distintos contextos, desde operativos militares hasta control de fronteras o vigilancia crítica.
Este desarrollo representa una ventaja estratégica en escenarios donde el enemigo no se ve, pero vuela y observa desde las alturas. En vez de derribar el dron, se lo inutiliza. Una manera limpia y eficaz de defenderse sin escalar el conflicto.
En qué etapa está el sistema láser argentino
Tras superar la fase de diseño y validación, el proyecto se encuentra ahora en etapa de escalamiento industrial, integración operativa y pruebas más rigurosas. El objetivo inmediato es incluir esta tecnología en esquemas reales de defensa nacional, aunque las proyecciones van más allá: crear una cadena de producción ágil que permita exportar el sistema a otras regiones.
Además del láser, ambas compañías ya exploran nuevas tecnologías complementarias, como módulos de adquisición de blancos, inhibidores electrónicos, radares compactos y soluciones modulares adaptables a distintos entornos. El objetivo es claro: construir una plataforma completa de defensa tecnológica con sello argentino.
En tiempos donde los conflictos se definen por algoritmos y sensores, el desarrollo argentino marca un precedente audaz. No solo por su potencial operativo, sino por su origen: tecnología nacional, sin depender del aparato estatal ni de grandes consorcios internacionales. Un disparo silencioso, pero firme, hacia el futuro de la soberanía tecnológica.
