Bloomberg Línea — Una combinación de tensiones comerciales, decisiones inesperadas de oferta por parte de la OPEP+ y una caída pronunciada de los futuros del petróleo ha impuesto otro desafío a la estabilidad fiscal de América Latina y la rentabilidad de sus empresas.
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Este escenario se enmarca en la intensificación de la guerra comercial emprendida por Washington, que ha añadido mayor volatilidad a los mercados. Desde el 2 de abril, el impacto se sintió con más fuerza tras el anuncio del presidente Donald Trump de una nueva ronda de aranceles, al que siguió un incremento inesperado en la oferta de crudo por parte de la Opep y sus aliados.
Estas acciones encendieron señales de alerta entre los productores de la región, cuya rentabilidad podría verse comprometida. El barril de referencia WTI acumula una caída de más de 12% en el año hasta US$63, mientras que el Brent ha perdido más de 11,5% hasta los US$66.
“Los países más dependientes del petróleo son, en orden, Guyana, después Venezuela, Ecuador y Colombia”, dijo Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina en el Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker, en diálogo con Bloomberg Línea. “Ya los demás países no son, desde el punto de vista de sus exportaciones, dependientes del petróleo, pero tienen un peso importante”
Según Monaldi, estos países están más expuestos a la caída de los precios internacionales del petróleo porque su estructura económica y fiscal depende más de este recurso. No obstante, economías como Brasil, México y Argentina también enfrentan efectos relevantes, debido al peso del sector energético en sus cuentas externas y fiscales.
“En el caso del resto de los países de la región, más bien son importadores netos y, por tanto, se benefician de una caída del precio del petróleo”, dijo Monaldi.
Consecuencias fiscales
El impacto fiscal podría ser especialmente sensible en países como Colombia y Ecuador, donde los ingresos públicos dependen del petróleo. En el primer caso, este recurso representa casi el 10% de los ingresos fiscales.
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Richard Francis, analista de Fitch Ratings, advirtió que una depreciación del peso derivada de menores ingresos petroleros podría elevar la relación deuda/PIB más allá del 62% proyectado para 2026.
Además, señaló que el impacto sobre las cuentas públicas opera con un rezago, por lo que la presión fiscal podría intensificarse gradualmente.
En Ecuador, aproximadamente un tercio de los ingresos fiscales proviene del crudo. El cierre planificado de tres campos petroleros en la Amazonía complica aún más el panorama.

Riesgos petroleros.Un desplome sostenido en la cotización del crudo podría afectar tanto la estabilidad fiscal como la dinámica de deuda de las economías de América Latina.(Bloomberg/Rich Press)
Saul del Real, también analista de Fitch, explicó que un choque petrolero llevaría a un incremento del déficit fiscal y de las necesidades de financiamiento externo, en un país que ya enfrenta limitaciones de acceso a los mercados internacionales.
“Probablemente se traducirá en un mayor déficit y en mayores necesidades de financiación que el gobierno tendrá que resolver de otras maneras”, dijo Del Real.
México, aunque menos vulnerable en el corto plazo, también enfrenta riesgos. Fitch indicó que el principal problema sería la necesidad de continuar con transferencias fiscales a Pemex, lo que podría comprometer los esfuerzos de consolidación fiscal en medio del mayor déficit en décadas (5,7% del PIB).
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La agencia señaló que “el verdadero factor de presión sería si este deterioro afecta la consolidación fiscal”, subrayando la urgencia de una reforma tributaria estructural.
Impacto en las petroleras
En Brasil, la caída del precio del crudo afecta tanto a grandes productoras como Petrobras (PETR4) como a operadoras independientes, entre ellas Prio, Brava y PetroRecôncavo.
Aunque los proyectos offshore tienen ciclos de inversión de largo plazo, los analistas advierten sobre una reducción de los márgenes de rentabilidad.
“Aunque Brasil tiene umbrales de rentabilidad muy competitivos, la caída del precio del petróleo repercute en los márgenes de las empresas de exploración y producción”, señaló Flávio Ferreira Menten, de Rystad Energy, a Bloomberg Línea Brasil.

Caída del precio del petróleo.El WTI acumula una caída de más de 12%, mientras que el Brent ha perdido más de 11,5%.(Anthony Prieto)
La política de dividendos de Petrobras también se ve comprometida. Según las cuentas de Itaú BBA, si el precio del barril se mantiene en torno a US$65, la estatal necesitaría aumentar su deuda bruta a US$64.000 millones para sostener su política de dividendos.
En un escenario aún más desfavorable, con precios por debajo de US$50, el endeudamiento superaría los US$75.000 millones, límite autoimpuesto por la compañía.
“Reconocemos que la empresa puede considerar oportunidades de apalancamiento para priorizar el pago de dividendos a corto plazo, aunque no estamos seguros de cuánto tiempo serían necesarias tales acciones”, dijeron los analistas de Itaú BBA.
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En Argentina, YPF (YPF) ha priorizado el desarrollo del shale frente a los campos convencionales, con una inversión proyectada de US$3.200 millones para este año, y no ve riesgo hasta que los precios no caigan debajo de los US$45 por barril.
“Algunos proyectos son resilientes a US$40 y otros a US$45. Hasta ese precio podemos desarrollar”
Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, en una entrevista a Bloomberg.
No obstante, empresas como Vista Energy han advertido que podrían revisar sus presupuestos si el precio del crudo Medanito, el más liviano del territorio argentino y que depende del movimiento del Brent, cae por debajo de los US$55 por barril.
En México, la Mezcla Mexicana de Exportación se ha mantenido por debajo de los US$60, por debajo de los US$62,4 previstos en los Pre-Criterios de Política Económica.

Presiones sobre Fitch.Fitch cree que las noticias negativas sobre los precios del petróleo podrían aumentar la presión sobre Pemex.(Bloomberg/Luis Antonio Rojas)
Esto representa un potencial impacto de hasta US$530 millones por cada dólar de diferencia, según cálculos de la Secretaría de Hacienda, en un momento en el que la principal petrolera, Pemex, enfrenta una deuda de US$97.600 millones y dificultades operativas en campos clave.
En Colombia, Ecopetrol (ECOPETL) ha comenzado a evaluar la posibilidad de cerrar campos con costos superiores a los precios actuales del Brent.
“De los campos que tienen en su break-even, su punto de equilibrio, cercano a ese precio (US$73), pues habrá que descartarlos, y concentrarnos en los que tengan menores costos”, dijo su presidente Ricardo Roa, durante un congreso empresarial.
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Perspectivas para la inversión
La viabilidad de los proyectos actuales depende de que el Brent se mantenga en el rango de US$60 a US$65. “Si sigue bajando, como los niveles a los que llegó cuando bajó por los anuncios de los aranceles de Trump, ahí sí podría empezar a afectarse la inversión”, indicó Monaldi.
Para el analista, los proyectos offshore de largo plazo en Brasil y Guyana presentan mayor resiliencia, aunque advirtió que valores por debajo de los US$55 por barril comienzan a ejercer una presión significativa sobre los márgenes de rentabilidad de las empresas.
Monaldi destacó que América Latina se ha convertido en un destino creciente para la inversión privada en hidrocarburos, impulsada por la salida de empresas de otras regiones, pero un retroceso en los precios haría que muchas inversiones se vean reducidas o postergadas.

Producción petrolera en Argentina.YPF ha priorizado el desarrollo del shale frente a los campos convencionales, con una inversión proyectada de US$3.200 millones para este año. (Bloomberg/Anita Pouchard Serra)
No obstante, matizó que no todos los países están aprovechando la llegada de inversión al sector, más allá de la reciente caída en los precios: “Colombia y México no son muy amigables con la inversión privada”. En contraste, Guyana, Brasil y Argentina sí están captando inversión extranjera.
Fitch alertó que la caída del crudo se suma al descenso en los precios de otros commodities como el cobre, lo que acentúa la presión sobre monedas y reservas en economías andinas y centroamericanas.
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Según Shelly Shetty, codirectora del equipo soberano para la región en Fitch Ratings, un desplome sostenido en la cotización del crudo podría afectar tanto la estabilidad fiscal como la dinámica de deuda de estas economías, especialmente aquellas con márgenes de maniobra limitados.
A pesar de que algunos países han logrado fortalecer sus reservas internacionales en los últimos años, Shetty subraya que ese colchón puede resultar insuficiente si se combina una baja prolongada del crudo con presiones fiscales acumuladas.