La mitad de los ciudadanos de América Latina y el Caribe vive muy a desmano de la capital de su país, a más de 500 kilómetros del palacio desde el que gobierna la jefa o el jefe del Estado. Para esos millones de latinoamericanos y caribeños, la encarnación tangible del poder en su día a día es el alcalde o, a lo sumo, el gobernador. Las decisiones que estos adoptan, impactan de inmediato en sus vidas. Sea la apertura o cierre de una escuela; la recogida de las basuras o el permiso para abrir un negocio. CAF-banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe analiza en su Reporte sobre Economía y Desarrollo de este 2025, presentado este martes en Brasilia, cómo los Gobiernos locales pueden cerrar las brechas de la desigualdad y propone estrategias para alcanzar un desarrollo más justo y resiliente. Entre los principales ámbitos, destacan las mejoras en la recaudación de impuestos para aumentar las inversiones con autonomía y la adaptación al cambio climático.
En los últimos años, CAF ha puesto el foco en esos niveles de gobierno más cercanos a la ciudadanía y, en consonancia, en seis años ha aportado unos 5.000 millones a proyectos gestionados por Gobiernos locales y regionales. El presidente ejecutivo del banco multilateral, Sergio Díaz-Granados, ha recalcado en un encuentro previo con periodistas durante un viaje organizado por la entidad que esta “ha identificado grandes oportunidades para afrontar los desafíos” regionales desde ese ámbito de gobierno, sean la gestión del agua, el saneamiento, la calidad del aire, el acceso a la salud, a la educación o un largo etcétera. En cierta manera, el ámbito de actuación prioritaria está relativamente concentrado, porque dos tercios de los habitantes de la región se concentran en el 20% de los 18.000 municipios que la componen.
Junto al informe, CAF ha presentado una completa base de datos que ofrece una radiografía de esos 18.236 municipios y 262 gobiernos regionales en lo que atañe a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: analfabetismo, tasa de participación femenina en el empleo, acceso a Internet, etcétera. También se pueden visualizar en mapas las diferencias regionales o dentro de los propios países. Y más adelante permitirá comparar municipios en varios rubros. Es un repositorio que el equipo de conocimiento del banco ha construido con datos de los censos más recientes de cada país y que irá actualizando y ampliando. Y que nace con la vocación de ser una útil herramienta tanto para diseñadores de políticas públicas como académicos o periodistas.
Los autores del informe, de más de 300 páginas y titulado Soluciones Cercanas. El papel de los gobiernos locales y regionales en América Latina y el Caribe, recalcan que este pretende más bien abrir la conversación pública, no ser un compendio de recetas a imitar.
Díaz-Granados ha delineado algunas de las buenas prácticas y ha mencionado el fortalecimiento de la recaudación de impuestos propios mediante innovaciones tecnológicas. La experiencia de varios países indica que la digitalización de los catastros suele traducirse en un aumento de la recaudación del impuesto predial (que grava las propiedades inmuebles). Otra vía que señala el reporte son los nuevos impuestos, por ejemplo, gravar las bebidas alcohólicas o azucaradas, o el uso del coche (que además redundan en mejoras de salud).

El máximo representante de CAF ha defendido la necesidad de mejorar la burocracia, tanto las capacidades del personal como el servicio que ofrecen a la ciudadanía, de aumentar la cooperación para evitar duplicidades —algo esencial porque la región tiene más de 70 ciudades con más de un millón de habitantes y las zonas metropolitanas suelen abarcar varios municipios—, de optimizar la gestión mediante la digitalización, aprovechando las ventajas del aprendizaje automático y la inteligencia artificial.
Para el banco multilateral latinoamericano, las ciudades y pueblos tienen un papel crítico a la hora de afrontar los estragos de la crisis climática, por varios motivos: la planificación territorial y las inversiones en infraestructura resiliente protegen a las poblaciones de inundaciones o huracanes. Además, los gobiernos locales son claves en la gestión de los recursos hídricos, en la planificación territorial, que a su vez influye en la protección de los ecosistemas y la biodiversidad que albergan, afirma el reporte. Y como los entes que dan los permisos de construcción y gestionan el transporte público, los municipios tienen también un papel central en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Como ejemplo de buena práctica fiscal, Díaz-Granados ha mencionado las empresas públicas bien gestionadas con el monopolio de un servicio, como en Medellín (Colombia). En el capítulo climático, dos proyectos municipales brasileños de adaptación, como el sistema de drenaje para controlar las inundaciones en São Bernardo do Campo, en el Estado de São Paulo, y la recuperación de lagunas en Niterói para evitar fugas de agua a la bahía de Guanabara que baña esa ciudad y Río de Janeiro.
De todos modos, ha añadido una advertencia: “Mucho me temo que el nivel de preocupación de los alcaldes y alcaldesas no está al nivel del estrés que vivimos por el cambio climático y la crisis hídrica, que van a golpear más duro en las grandes aglomeraciones de población”.
CAF considera que el débil crecimiento económico de la última década en la región debería animar a los gobiernos locales y regionales a buscar vías para ganar autonomía de los Gobiernos centrales e invertir en desarrollo sin dar la espalda a las transferencias gubernamentales, pero sin depender demasiado de ellas.
El director ejecutivo de CAF ha constatado que la guerra arancelaria de Donald Trump ha empujado a “un cambio profundo, estructural, de un mundo con reglas globales previsibles a uno con reglas propias de cada país e impredecibles”. Las tensiones que ese conflicto origina en el triángulo que forman los tres grandes bloques comerciales —EEUU, China y la Unión Europea— se traducen en sacudidas diversas en América Latina.
Díaz-Granados ha llamado la atención sobre un capítulo que pasa bastante desapercibido en esta vorágine de deportaciones, decretos y declaraciones bombásticas de Trump: las remesas. “En EEUU viven unos 70 millones de latinos que envían remesas, que suman unos 110.000 millones de dólares anuales y son un gran estabilizador social en América Latina”.
CAF eligió presentar su informe anual en la capital brasileña porque su cartera de proyectos en ese país está casi enteramente centrada en el ámbito municipal y por la singularidad de la ciudad. Brasilia, inaugurada en 1960, es la única ciudad latinoamericana planificada y, en palabras de Díaz-Granados, “expresión de la creatividad de [Óscar] Niemeyer y de la voluntad política de [Juscelino] Kubitschek”.