En la sesión del pasado jueves 31 de julio de 2025, el Consejo de la Facultad de Química de la Universidad de la República (Udelar) decidió, por unanimidad, aceptar la propuesta de la Dirección General de Arquitectura en conjunto con el Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo, para la modernización, refuncionalización y ampliación de las instalaciones existentes en todos los edificios de su sede Goes.
Con esta aprobación, la institución, que cumplirá 100 años en 1929, se encamina hacia un ambicioso plan de obras que incluye la adición de tres nuevos pisos al edificio actual, lo que representará una importante expansión de su planta física, que permitirá albergar laboratorios de última generación, espacios de investigación colaborativa y áreas de estudio que impulsarán la excelencia académica y la innovación.
En diálogo con El País, el decano de la Facultad de Química, Álvaro Mombrú, señaló que «la facultad está en condiciones muy malas desde hace muchos años, especialmente en lo que respecta a su superficie». «La planta física data de la década del 40, una época en la que ingresaban apenas 30 estudiantes por generación. Hoy ingresan unos 750 estudiantes por año. En aquel entonces, éramos unos 30 o 40 docentes; hoy somos alrededor de 600, y contamos con 300 funcionarios. La facultad está claramente desbordada», agregó.
En ese sentido, el decano explicó que este plan marca «un mojón en la modernización de las instalaciones universitarias», siguiendo la línea de desarrollo de otros centros de referencia como el Hospital de Clínicas, cuya refuncionalización fue aprobada por el Consejo Directivo Central de la Udelar.

Render cedido a El País.
Una expansión necesaria
Hace unos 20 años la facultad tuvo una «expansión parcial» con la adquisición del edificio que pertenecía a la exfábrica de Alpargatas. Ese predio lo comparten las Facultades de Química y Medicina. «Eso ayudó, pero no fue una solución definitiva. Lo cierto es que el edificio original no se ampliará territorialmente: no implica un nuevo terreno, sino la construcción de más pisos sobre los que ya tenemos», explicó Mombrú.
Con respecto a cómo sería la ampliación, el decano de Química indicó que «se generó una discusión tensa dentro de la comunidad académica»: «Algunos planteaban la posibilidad de mudarnos, otros de reformular el actual edificio». Finalmente, Mombrú dijo que «hubo unanimidad en acceder al planteamiento de reformulación, con el objetivo de modernizar y ampliar la planta física para que esté acorde a las necesidades actuales».
Para Mombrú, esta medida estratégica «no solo consolida la presencia de la Facultad de Química en Goes, sino que también reafirma el compromiso de la Udelar con la mejora continua de sus infraestructuras, garantizando que sus facultades puedan seguir siendo centros de vanguardia en la producción de conocimiento y en la formación de profesionales altamente calificados para los desafíos del presente y el futuro».

Render cedido a El País.
El proyecto: más metros, más futuro
La propuesta prevé sumar unos 5.000 metros cuadrados más. La intención es que, a partir de esta aprobación, el proyecto pase al Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República, y que allí comience a funcionar el sistema previsto a través de la Dirección General de Arquitectura, que gestionará las distintas fases del proceso.
«Estimamos que a comienzos de 2027 ya estemos construyendo. Lo que queda de este año y el próximo se destinará a la elaboración del proyecto ejecutivo, las licitaciones y todos los tiempos administrativos necesarios. En un plazo tan corto como 15 a 18 meses, podría comenzar la construcción», afirmó Mombrú.
Foto: Francisco Flores/El País.
Modernización académica y tecnológica
Mombrú aseguró que el proceso de las obras será «de ocho años en total». «La expectativa es que, en dos o tres años, varios grupos de la facultad ya puedan tener su lugar definitivo», adelantó.
«La forma de trabajar en Química ha cambiado. Hoy necesitamos habilitaciones y certificaciones específicas, además de espacio físico para mantener espacios virtuales, algo que se ha vuelto propio de los últimos años. Necesitamos infraestructura que nos permita estar en reuniones híbridas, dar clases por Zoom, y aggiornar gran parte del trabajo que realizamos», acotó.
La propuesta tiene una inversión estimada de US$ 38 millones. La solicitud «forma parte del pedido presupuestal que la Universidad de la República está presentando al gobierno». «Estamos esperando que se concrete este apoyo para poder seguir avanzando», concluyó Mombrú.

Render cedido a El País.

Render cedido a El País.