Argentina y Brasil tienen el desafo de cooperar en materia poltica y comercial en medio de tensiones globales que no aseguran un orden pacifico. Pero cmo debe hacer la Argentina para impulsar su relacin bilateral con Brasil?
En cuanto a la distribucin de poder actual, es la primera vez desde el momento unipolar que existe un Estado que representa una amenaza estratgica y econmica a la vez para Estados Unidos: China es el nuevo actor estatal que irrumpe no solamente en las redes econmicas globales sino tambin en las relaciones polticas con otros continentes, dentro de los cuales se encuentra Amrica Latina.
A este contexto se suma la dificultad de la Argentina para definir su modelo de insercin internacional, sin optimismo sobre una toma de decisin al respecto en el corto plazo.
Sin embargo, el Gobierno argentino sostiene que Estados Unidos se mantiene como la primera potencia mundial, encontrando significativas diferencias con Brasil, en donde Lula da Silva cree que el mundo es multipolar y que no existe una confrontacin hegemnica entre China y Estados Unidos.
Esta posicin es una clara ventana de oportunidad para colocar a Brasil como lder latinoamericano, pero bajo ninguna circunstancia esta mirada puede ser aceptada por Argentina, ya que un cierto alineamiento o bandwagoning con su histrico vecino, debilitara la relevancia estratgica nacional.
El vnculo entre la Argentina y Brasil debe seguir su tradicin histrica: relaciones de cooperacin y coordinacin econmicas, comerciales, polticas y culturales.
Por el lado de la economa y el comercio, el Mercosur es el baluarte de la integracin entre ambos pases. Al no tener Argentina beneficios comerciales claros del alineamiento con Estados Unidos, debido a la ausencia de un acuerdo preferencial de comercio y a los altos aranceles, la relacin con Brasil cobra mayor relevancia.
Adems, la mayor parte de la insercin internacional de Argentina es econmica y no tanto poltica: es momento de una proyeccin econmica, exportando el valor agregado argentino para un exitoso acoplamiento en las cadenas globales de valor.
A pesar de las evidentes ineficiencias y la incapacidad del Mercosur de alcanzar un verdadero mercado comn, no es aconsejable abandonarlo. Las razones yacen en las necesidades argentinas: el proceso de reforma argentino sumado a su fragilidad interna, los problemas que surgen en cuanto a los commodities y la gradual apertura econmica, son todas situaciones que atraviesa solamente Argentina y no los dems miembros del Mercosur.
En este sentido, el Mercosur puede ser el mbito indicado para atravesar estos procesos y, adems, para fortalecer el lazo con Brasil.
No obstante, son necesarios algunos cambios: el arancel externo comn (AEC) y la flexibilizacin externa (es decir, expandir la lista de excepciones al AEC) para poder aumentar los flujos comerciales con otros pases.
En caso de no poder cumplirse con ello, otra opcin es reducir al Mercosur a un rea de libre comercio sin perjuicio al comercio extrazona.
Por el lado argentino, es primordial que se transforme la estructura productiva para ganar competitividad externa, pues la volatilidad de los precios de los commodities invitan a profundizar este proceso.
Por sobre todas las cosas, hay que establecer una premisa fundamental: la relacin con Brasil es ms importante que el Mercosur.
Hay que recordar que el 77% de las exportaciones extrazona son brasileas, siendo mayoritariamente de productos primarios. Adems, el comercio intrazona cay un 10% en comparacin al comercio total, siendo todos indicadores de que el Mercosur est girando hacia una dinmica ms externa que interna.
La Argentina y Brasil deben ser pioneros de este cambio fortaleciendo su relacin, que va mucho ms all de los tintes polticos de turno. En 2024, las exportaciones argentinas a Brasil representaron el 17% de sus exportaciones totales, siendo el sector automotriz el lder del comercio bilateral. El resultado total del mismo fue un supervit de US$ 56 millones para Argentina.
El comercio de servicios no se queda atrs: Brasil fue el segundo destino ms importante generando ingresos aproximados de US$ 2.000 millones. Se espera que las importaciones brasileas aumenten y que las exportaciones argentinas tambin lo hagan pero de forma gradual, sin un proceso acelerado.

Sin embargo, Brasil tambin tiene nuevos problemas comerciales que se explican con la imposicin del 50% de aranceles por parte de Estados Unidos a sus exportaciones.
Como respuesta, Brasil ha firmado la «ley de reciprocidad» con el cual nace un mecanismo econmico defensivo que le permite al pas colocar aranceles sobre aquellos pases que le apliquen aranceles a las exportaciones nacionales.
Ante el contraataque brasileo, el presidente Donald Trump advirti de imponer 10% ms de aranceles a pases alineados con el BRICS. Todo esto puede significar un giro hacia otros socios comerciales para Brasil: no sera descabellado pensar en una asociacin ms fuerte con el Mercosur y por qu no con la Argentina.
Las polticas restrictivas al comercio de Estados Unidos son una ventana de oportunidad para un mayor relacionamiento entre los damnificados por sus medidas. Es viable pensar que un estrechamiento comercial de esta ndole puede ocurrir entre Argentina y Brasil pero sin abandonar el uso de la moneda estadounidense.
Por el lado de la poltica, la Argentina y Brasil han tenido incidencia en algunos eventos internacionales importantes. El caso venezolano ha sido objeto de rivalidades polticas. Brasil, con Lula como presidente, ha aceptado el hecho consumado en Venezuela pero la Argentina ha condenado al rgimen de Maduro desde el primer momento, lo que incit a ciertas rispideces con Brasilia.
Sin embargo, la agenda regional argentino-brasilea sigue intacta: ambos pases deben contribuir a la permanencia de Amrica del Sur como zona de paz frente al avance de conflictos blicos en otras partes del mundo.
Adems, deben luchar contra el crimen organizado y mantener la seguridad y estabilidad de los gobiernos latinoamericanos. Esto es un reflejo del optimismo en el vnculo entre ambos pases, donde a pesar de las efmeras y casuales tensiones polticas entre ellos, su historia los une y los llama a la cooperacin en todos los mbitos.
La cumbre del Mercosur ha dejado en evidencia mucho ms que tensiones ideolgicas entre los dos grandes poderes de la unin aduanera. Lula da Silva impuls el uso de monedas locales en el comercio intrarregional y la creacin de una agencia de desarrollo, como consecuencia de un giro global hacia el multipolarismo, donde el bloque debe fortalecerse ante cambios abruptos (esta propuesta se alinea con la poltica exterior brasilea).
Por el contrario, Javier Milei opta por una mayor flexibilizacin al Arancel Externo Comn y firmar de inmediato el acuerdo con la Unin Europea, que cuenta con el visto bueno de Brasilia.
La cumbre dej claro que la cooperacin y el dilogo entre Argentina y Brasil es incesante: los ministros de economa de ambos pases han acordado incluir 50 cdigos de la Nomenclatura Comn del Mercosur (NCM) para ampliar las exenciones al Arancel Externo Comn. Esto es un entendimiento bilateral importante para permitir un comercio ms fluido con otros actores relevantes, como Estados Unidos.
En fin, las relaciones entre la Argentina y Brasil han mejorado a comparacin del inicio del mandato de Javier Milei. Un punto clave que une a ambos pases es el proteccionismo creciente en el comercio global, liderado por Donald Trump, que puede significar una oportunidad para fortalecer al Mercosur.
Ha quedado claro que la relacin con Brasil comprende desde tradicin e historia hasta comercio y poltica, siendo un eje rector de la poltica exterior argentina y no hay que descuidarla bajo ningn aspecto. Los dos mayores poderes sudamericanos tienen en sus manos no solamente una relacin de hermandad de antao sino tambin el futuro de la regin y del Mercosur.