
La reciente inauguración del primer laboratorio de Bioseguridad Nivel 4 (BSL-4) en la ANLIS Malbrán que depende del Ministerio de Salud de la Nación, constituye un hito para la ciencia y la salud pública en América Latina. Según pudo saber Infobae, la puesta en funcionamiento de las instalaciones fue realizada hoy por el ministro de Salud, Mario Lugones.
Esta instalación, única en la región, posiciona a Argentina en la vanguardia de la seguridad biológica internacional, al dotar al país de la capacidad de trabajar con virus y patógenos de alto riesgo, como el Ébola y el Marburgo, y de responder con mayor eficacia ante emergencias sanitarias y amenazas biológicas.
El laboratorio BSL-4, ubicado en la Unidad Operativa Centro de Contención Biológica del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas ANLIS “Dr. Carlos G. Malbrán” representa la máxima categoría internacional en seguridad biológica.

Su función principal es permitir la manipulación segura de agentes infecciosos que pueden causar enfermedades graves y para las cuales no existen tratamientos o vacunas ampliamente disponibles.
Entre los patógenos que podrán estudiarse en este centro se encuentran el Ébola, el Marburgo, el hantavirus y diversas fiebres hemorrágicas.
Además de la investigación, el laboratorio facilitará el desarrollo de pruebas diagnósticas rápidas, la búsqueda de nuevos antivirales y vacunas, y el monitoreo de variantes emergentes.
Su rol se extiende también a la investigación de reservorios animales, con el objetivo de anticipar y prevenir saltos inter-especies que puedan desencadenar brotes epidémicos.

La integración del BSL-4 en la red mundial de laboratorios de máxima seguridad refuerza la capacidad de Argentina y de toda la región para enfrentar enfermedades emergentes. El laboratorio no solo fortalecerá la respuesta sanitaria nacional, sino que también funcionará como centro de capacitación y colaboración científica para otros países latinoamericanos.
Según detallaron desde el Ministerio de Salud, su existencia consolida una alianza estratégica con Estados Unidos y promueve la cooperación internacional, elevando el nivel de protección y preparación ante amenazas biológicas en el continente. Esta participación institucional subraya la importancia estratégica que el Estado argentino otorga a la bioseguridad y la investigación científica de alto nivel.
El recorrido inaugural del laboratorio contó con la presencia de autoridades nacionales: el ministro Lugones; el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos; el secretario de Gestión Administrativa, Saúl Flores; y la directora de la ANLIS Malbrán, Claudia Perandones, junto a otros funcionarios y responsables del centro.

En nuestro país, funcionan desde hace varios años dos laboratorios de máxima seguridad biológica de nivel 4, fundamentales para la investigación y control de enfermedades de alto riesgo. Uno de ellos es el Laboratorio de Contención Biológica del INTA, referente mundial en el trabajo con virus exóticos, ubicado en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, que cumple con los estándares de la Organización Mundial de Sanidad Animal. Su rol resulta clave en la prevención y detección de varias amenazas sanitarias de origen animal.
El segundo laboratorio es la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico del SENASA, un complejo especializado en sanidad animal, protección vegetal e inocuidad alimentaria. Como Laboratorio Nacional de Referencia, establece métodos de ensayo oficiales, desarrolla y valida nuevas técnicas analíticas y participa en investigaciones conjuntas con universidades e instituciones internacionales. Además, produce materiales de control, organiza ensayos interlaboratorios y representa al SENASA en auditorías y foros científicos. Ambos laboratorios conforman una red estratégica para garantizar la bioseguridad y la calidad sanitaria en el país.

La infraestructura del BSL-4 en la ANLIS Malbrán incorpora tecnología de última generación y estrictos sistemas de seguridad. La inversión de $500 millones permitió completar instalaciones termomecánicas avanzadas, como sistemas de aire con presión negativa y filtros HEPA, que garantizan la contención de agentes peligrosos.
El laboratorio cuenta con válvulas herméticas capaces de aislar el espacio ante cualquier incidente, un sistema de autoclave de frontera para la eliminación segura de residuos biológicos y un Building Management System que centraliza el control de todos los sensores y equipos.

Para proteger al personal, se adquirieron compresores y tanques de aire respirable redundantes, asegurando el suministro constante a los trajes presurizados de máxima protección. La planta de tratamiento de efluentes procesa los desechos de forma segura, mientras que el suministro eléctrico dedicado, con líneas independientes y sistemas de emergencia, garantiza la continuidad operativa incluso en situaciones críticas.
El acceso al laboratorio se realiza mediante compuertas de aire y duchas químicas, y el personal utiliza equipos de protección personal de cuerpo completo, el estándar más alto disponible.
La puesta en marcha del laboratorio requirió una rigurosa capacitación y validación internacional. Personal científico-técnico de la ANLIS Malbrán recibió formación especializada de expertos de Health Security Partners y del Programa de Colaboración en Biocustodia del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Estas capacitaciones incluyeron procedimientos de cadena de custodia, descontaminación segura de residuos y respuestas ante incidentes. Además, los expertos internacionales validaron los Procedimientos Operativos Estándar, asegurando que todas las rutinas de trabajo, mantenimiento y respuesta a emergencias cumplan con los más altos estándares de seguridad y eficacia.