Un proyecto de restauración forestal en la Selva Atlántica de Misiones acaba de convertirse en el primero de su tipo en obtener certificaciones internacionales en mercados de carbono en Argentina.
El hito consolida al país como referente regional en acción climática.
Además, abre las puertas a una ambiciosa expansión latinoamericana que busca restaurar 45 millones de hectáreas para 2035.
Mercados de carbono: la primera certificación de manejo forestal mejorado en el país
El proyecto certificado se trata de Selva Paranaense Vida Nativa – GS1, desarrollado por una compañía argentina miembro de la Mesa Argentina de Carbono.
Este logró la certificación oficial bajo los estándares internacionales Verra VCS (Verified Carbon Standard) y CCB Gold Label (Climate, Community & Biodiversity – Nivel Oro).
Estas certificaciones confirman que el proyecto captura y reduce emisiones de gases de efecto invernadero de forma adicional, permanente y verificable.

Además, también genera impactos positivos en la comunidad local y la biodiversidad.
La Mesa Argentina de Carbono destacó este logro como «un avance clave en la consolidación de Argentina como referente regional en el desarrollo de proyectos en mercados de carbono con impacto ambiental, social y tecnológico».
Más de 22.800 hectáreas de restauración con impacto real
El proyecto abarca más de 22.800 hectáreas en la provincia de Misiones, dentro de la Selva Atlántica, uno de los ecosistemas más amenazados del planeta.
A través de prácticas de restauración forestal, manejo sostenible e inclusión de comunidades locales, busca recuperar la funcionalidad ecológica del paisaje.
Las acciones implementadas incluyen conservación y monitoreo de fauna nativa, generación de empleo verde y promoción de economías circulares.
El proyecto que apuntala el mercado de carbono en el país apoya la conservación de 56 especies autóctonas de fauna, de las cuales 10 están en peligro de extinción en Argentina.
Entre las especies protegidas se encuentran el Yaguareté, la Yacutinga, el Tapetí y el Sapito Panza Roja, entre otras.

De esta forma, contribuyen a formar un hábitat propicio para la prosperidad de la fauna nativa de la región.
El componente tecnológico del proyecto incluye una plataforma de monitoreo forestal que utiliza inteligencia artificial y drones autónomos.
Esta herramienta mejora la transparencia, trazabilidad y eficiencia en la medición de resultados, permitiendo seguir en tiempo real el progreso y garantizar la integridad de los créditos emitidos.
Expansión latinoamericana en marcha
El proyecto marca el inicio de una nueva etapa de expansión.
Según informaron desde la compañía, ya se analizan más de 2 millones de hectáreas en distintos países de América Latina con el objetivo de restaurar 45 millones de hectáreas para 2035.
Esta estrategia posiciona a Argentina como epicentro de soluciones basadas en la naturaleza, validando el compromiso del país con la restauración ecológica, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de las comunidades locales en la región.





