Argentina pelea por “el Nobel del agua” gracias a tres adolescentes catamarqueños que presentaron su proyecto en el Stockholm Junior Water Prize, la competencia internacional más importante para jóvenes que trabajan por el agua y la sostenibilidad. Y el público elige al ganador.
Martina Cecenarro, Paula Bazán y Leopoldo Gómez, todos de 18 años, desarrollaron el proyecto científico-tecnológico mientras cursaban el último año del colegio.
La ceremonia se celebrará durante la Semana mundial del agua (del 24 al 28 de agosto) en Estocolmo, Suecia, y será fiscalizada en vivo por la Princesa Heredera de Suecia. En diálogo con Clarín, Cecenarro afirma que el evento “tiene el mismo protocolo que el Premio Nobel”.
-¿Qué gana el que gana?
–Principalmente el reconocimiento y el honor de ser ganador y dejar al país en lo alto. Nuestro nombre va estar en la conferencia de sostenibilidad más importante del mundo. Asi que mucho prestigio. La posibilidad, gracias a ello, de que el proyecto se conozca y pueda volverse realidad.
Su proyecto se llama “Sistema circular de reutilización y purificación de agua”. La chance de votar para que ganen el Premio del público es hasta este viernes 15 de agosto. Argentina no lo obtuvo nunca en la historia.
Hacerlo es muy fácil: se debe ingresar en este sitio web, aceptar las condiciones, elegir el proyecto argentino, escribir un correo y apretar «votar». Nada más.

¿De qué trata el proyecto?
El proyecto “Sistema circular de reutilización y purificación de agua” consiste -en palabras de los chicos- “en la creación de un sistema compacto y de bajo consumo energético que trata y permite reutilizar de forma segura las aguas grises de la cocina mediante la combinación de electrocoagulación, luz ultravioleta y filtración multietapa”.
Los impulsores explican que este sistema “se instala debajo del fregadero y funciona automáticamente con una placa Arduino Mega, lo que reduce el consumo de agua hasta en un 83%”.
“Podría recuperar hasta 900 millones de litros al año, ofreciendo una forma sostenible y asequible de optimizar el uso del agua, reducir la demanda de agua potable y minimizar la contaminación”, prometen.

¿Cómo surgió la idea?
El plan surgió de una tarea que una profesora de su escuela -el Instituto Superior Virgen de Belén- mandó a un grupo. Ellos se enteraron del concurso y dijeron: “Tenemos que hacerlo”.
Ver que el agua de su canilla en Belén salía completamente marrón los motivó (además de que hay escasez y las cocinas “consumen alrededor de mil millones de litros de agua al año»). Tenían que ir por ahí.

Desde entonces, escuela y alumnos siguieron caminos separados. Los chicos se dedicaron a construir el proyecto de manera independiente, pero el colegio los ayudó ofreciéndoles sus instalaciones para que pudieran trabajar. “Gracias a Dios la escuela nos dio el espacio para poder desarrollarlo”, destaca Martina.
El 5 de junio, su idea fue una de las 5 seleccionadas en el «Premio argentino junior del agua». Ese filtro los llevó a Buenos Aires, donde la defendieron junto con las otras cuatro. Fueron los elegidos y como premio en unos días viajarán a Europa para presentarla.
Su viaje fue financiado principalmente por la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AIDIS) y la asociación sueca SIWI. El resto fue otorgado por el gobierno de la provincia de Catamarca más la ayuda voluntaria de la gente.
«Estoy muy nerviosa. Yo todavía no caigo», admite Martina, que se anotó para estudiar arquitectura. Ese es otro dato curioso: ninguno estudiará algo relacionado a su proyecto. Bazán seguirá ingeniería en sistemas y Gómez, odontología.

¿Qué es el Stockholm Junior Water Prize, el “Nobel del agua”?
El sitio oficial de los premios describen la ceremonia como «un concurso internacional para estudiantes de 15 a 20 años que desarrollan proyectos de investigación innovadores que abordan los principales desafíos del agua.

“Atrae a decenas de miles de participantes de unos 40 países de todo el mundo”, especifica.