Casi bajo la sombra que da el follaje de una tipa, al lado de un mural surrealista, emerge el gran espacio de las artes electrónicas de la ciudad de Buenos Aires llamado Artlab, un lugar que conserva algo de templo y mucho altar de encuentro de culturas y que está cumpliendo 10 años de existencia. Es pionero en la cartografía que aloja al mundo del arte digital y la música en general, y electrónica en particular. Allí dentro, mientras se está armando una nueva propuesta estética, Gonzalo Solimano, el fundador, observa y participa de cada detalle de esa puesta. A los 16, ya armaba sus propios parlantes y hoy dirige este espacio declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Gonzalo Solimano en Artlab, una galería de arte digital pionera en la Argentina. Foto: Emmanuel FernándezEste sábado, Artlab festeja sus 10 años bajo el lema “Una década dedicada a la creatividad digital”, desde las 17 hasta la madrugada en La Nube (Av. Costanera 2851) con un festival del djing al aire libre y entre los árboles, con duplas tocando en formato “back to back “integradas por artistas protagosnitas en esta primera década del Artlab. Ellos son: Panda b2b Valence; Charec b2b DJ Karen; Juna b2b Nebula Estudio; Miguel Silver b2b Lepablot; Solimano b2b Pato Mallet y Guido Sartoris b2b Pabels.
La idea de fundar un espacio de estas características que diera lugar a artistas consagrados y en formación rondaba en la cabeza de Solimano, conocedor del mundo de las bandejas, conciertos y obras de arte, mucho antes de que existiera la galería que dirige. La página web de Artlab declara: «Somos el primer espacio de exhibición de Argentina dedicado íntegramente a la cultura digital y a las nuevas formas artísticas del arte contemporáneo.» Y hoy no está solo, produce actividades en conjunto con instituciones como Malba, Teatro Colón, Teatro San Martín, British Council, Canada Arts Council, Pro Helvetia – Swiss Arts Council, Goethe Institut, el Instituto francés, entre otros.
A partir de 2015, y con el concepto Artlab en la mano y en la cabeza, Solimano trabajó con sus iniciativas vanguardistas en distintos lugares, incluyendo el espacioso exCCK hasta que finalmente, y durante la pandemia, el proyecto terminó de encontrar su lugar en este refugio en Chacarita, el barrio cool de este tiempo en el que Artlab se posicionó como lugar de las últimas novedades en el terreno tecnológico y en el del pensamiento que este campo despierta. ¿IA? Si, por supuesto, pero con distancia sana ante la manzana tentadora de la solución fácil.
«Entendí que necesitábamos un espacio propio con una dinámica y una libertad de poder tener una agenda propia para proyectar a futuro y articular entre instituciones. Ya en funcionamiento, ubicarla en plena pandemia fue un salto al vacío. Decidí vender la compañía anterior y meter toda mi energía en Artlab para que cobre vida. Abrimos el centro cultural apenas se terminó la pandemia en su nueva sede”, explica Solimano. En este momento se está abriendo un open call para 2026 para que nuevos talentos se sumen a Artlab y al Festival MUTEK de arte digital, de música, para shows audiovisuales, instalaciones, performance.
Rafael Parratoro en Artlab.Paralelamente, el fundador de este espacio fue convocado para formar parte de MUTEK, el Festival Internacional de Creatividad Digital originado en Montreal y, en consecuencia a dirigir la filial argentina. Este festival es una cita obligada y de enorme repercusión en el mundo de las artes electrónicas de nuestro país. Convoca a músicos, artistas visuales, DJs, productores, musicólogos, curadores e investigadores de las más diversas áreas y sus muestras y espectáculos agotan las entradas año tras año.
Es tal el crecimiento de este campo cultural que la Universidad de Tres de Febrero ha creado la licenciatura en Artes Electrónicas para que afrontar la formación y el trabajo en producción audiovisual, la aplicación de las tecnologías electrónicas en la producción artística, el desarrollo de narrativas en múltiples plataformas, el diseño y construcción de dispositivos e interfaces, el manejo creativo de datos a través de algoritmos y tecnologías hipermediales y la formación teórica en torno al arte contemporáneo en relación recíproca con el pensamiento tecnocientífico. Paralelamente fueron apareciendo otros espacios, iniciativas, cursos de formación, encuentros, más festivales, colaboraciones, reflexiones, novedades editoriales, intercambios internacionales, residencias de artistas, que siguieron una huella que una década atrás había sido marcada.
Sofía Crespo en Artlab Foto: @Lady_miruSolimano ha sido un pionero también en el cruce, la colaboración entre música y arte. Hoy podemos ver como músicos que van desde Dillom o Ignacia, o Djs, son acompañados por el trabajo de artistas visuales que iluminan y acompañan en igual nivel de importancia el escenario del ejecutante. Uno muy destacado es el caso de Fernando Molina, quien ha trabajado compartiendo escenario en este Artlab y también ha expuesto obras en pantallas individualmente. Parecido, pero con estilo propio la dibujante digital Marcela Rapallo proyecta sus creaciones en espacios artísticos acompañada de un musicalizador.
“Todos mis proyectos desde hace 20 años siempre dialogaron con creatividad digital, en cada uno de los eventos que hacíamos, el artista visual tocaba al lado del DJ o del live en el escenario como un hecho político, porque no los estaba poniendo nadie. Después tomábamos edificios históricos de la ciudad y proyectábamos imágenes sobre sus muros, mapeándolos y esto ocurría hace 20 años, era un modo de generar un espacio medio inmersivo, donde no lo había. Hacíamos una obra de arte digital con música”, rememora Solimano.
Pedro Blumenfeld, melon_manga en artlab 2024Tanto Artlab como otras escenas urbanas dedicadas al arte digital suelen convocar a diversos actores e invitados. “El público de Artlab tiene una diversidad muy grande, tanto etaria como de todo tipo, jóvenes en bermudas, empresarios de traje, turistas y también gente de la literatura, el arte contemporáneo, de la música electrónica, es como un punto de encuentro capaz de generar conversaciones espectaculares, de ideologías antagónicas, eso es fantástico», explica el experimentado DJ, entre varias de sus facetas y agrega: “Nuestro proyecto fue declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad, tenemos un proyecto de música electrónica en la puerta del Malba, es algo que yo vengo pujando desdehace 10 o 15 años, que los museos, centros culturales de gran escala tengan este diálogo con la música electrónica porque el arte digital no siempre estuvo considerado arte incluso en algunos espacios”.
Gonzalo Solimano. A los 16 años ya armaba sus propios parlantes y ya era DJ. Foto: Emmanuel Fernández La agenda de eventos y proyectos es amplísima, en particular cuando se habla de este lugar como laboratorio. “Hicimos un proyecto que se llama Soundscape que mezcla arte sonoro con ambient, arte digital en donde sacamos una colección de 32 canciones con 32 tapas que se crearon adentro de un mundo de arte digital, tenemos residencia de artistas argentinos y extranjeros. La idea es también que los artistas moneticen su trabajo en el vínculo con las compañías», detalla.
Aquí la expresión Inteligencia Artificial no es una mala palabra, pero tampoco es un actor invisible que tenga un cheque en blanco. “Nosotros trabajamos con IA hace bastantes años y lo que hicimos con este programa es compartir conocimiento, hicimos una muestra en la galería con Tomás García. Montó una obra acá, que fue espectacular, había gente hasta la esquina para verla y él hizo una masterclass sobre cómo fueron sus procesos a la hora de usar IA. También se discute sobre ética en el uso de IA, vienen curadores a contar cómo ese proceso impacta en la curaduría o cómo ellos empiezan a implementar artistas que trabajan con ella. Ha participado un abogado para hablar del panorama legal no resuelto y también se aborda la cuestión del impacto ecológico que genera la IA”.
Boris Eldagsen junto a la foto de la polémica.Por esta sala ha pasado la artista Sofía Crespo, alguien que toma datos de laboratorios científicos y los vuelve un hecho artístico. También tuvo mucha repercusión la participación del fotógrafo alemán Boris Eldagsen. Este artista provocó una gran polémica al rechazar el prestigioso premio de fotografía Sony World Photography Awards 2023, que había ganado con una imagen generada con la ayuda de IA, lo cual el jurado no había advertido. Se trataba de “Pseudomnesia: El electricista”. Eldagsen describió la imagen como “un inquietante retrato en blanco y negro de dos mujeres de distintas generaciones, que recuerda al lenguaje visual de los retratos familiares de los años 40”. La creó utilizando el generador de imágenes DALL-E 2 de OpenAI.
«Trabajamos con IA, pero al mismo tiempo hablamos de todo el problemón que se viene con IA.» Que está claro que es un problemón y lo sabemos todos”, sostiene Solimano. “Lógicamente no me cierra, porque en un mundo donde la mayoría de la gente no tiene trabajo, ejecutar un plan de acción multimillonario con un impacto ecológico tremendo para que más gente no trabaje con la excusa de que esto nos va a potenciar a todos, lo veo como bastante complejo a nivel político, porque, salvo que quieran que todo el mundo tenga su cripto mensual y se porte bien”.
También dieron conciertos aquí músicos como Juana Molina, Daniel Melero, Gillespi o Nico Sorin. Y presentaron sus discos Charly García, Fito Páez, Lali Espósito y Julieta Venegas. Los Fabulosos Cadillacs organizaron un concierto exclusivo para anunciar una serie de festejos por su 40 aniversario.
Show y conferencia de prensa Los Fabulosos Cadillacs anunciando su tour 2025 en ArtLab Foto Santiago Garcia DíazY no todo es tecnología de última generación en este templo de la innovación. Audiófilo es el nombre de un ciclo de escucha de discos en vinilo que genera un retorno a la vieja costumbre de escuchar música en silencio, acompañado de otras personas, como un ritual legendario. El público apaga sus celulares, se sienta sobre almohadones, escucha una exposición de alguien que tiene una conexión en particular con el disco a homenajear, luego pone el vinilo en la bandeja y comienza la escucha comunitaria, solo interrumpida por el gesto antiguo de dar vuelta el disco para seguir con el lado B. Hubo escucha de discos de Soda Stereo y Virus presentadas por Charly Alberti y Marcelo Moura, respectivamente. También de Bjork, presentado por Ignacia.
Martin Messier y su naturaleza inmersiva en el Teatro Alvear. Mutek 2024. Foto: Adan Jones “Cuando vos escuchás un disco, temas por separado, es una cosa. Cuando te cuentan la historia del disco, cuando te cuentan qué pasaba en ese momento nivel político, social, te teletransportan a ese momento del disco y cuando escuchas el disco entero, linkeás con tu vida, dónde estabas en ese momento, se arma algo que es otra capa mucho más profunda. La escucha del disco con este sistema de audio es realmente una experiencia súperparticular«, explica conmovido. Luego concluye: «Creo que estamos en un momento en el que necesitamos balancear un poco todo, porque el nivel de estímulo es gigante. De hecho, en las escuchas se bajan todas las luces y se deja algo muy íntimo y se genera esta conexión con el disco».
