
El exsecretario de Seguridad de Tabasco durante el gobierno de Adán Augusto López, Hernán Bermúdez Requena “El abuelo”, ya está siendo trasladado a México, según dio a conocer el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Según la información dada a conocer, el traslado se está llevando a cabo en coordinación con el Gabinete de Seguridad, la Fiscalía General de la República (FGR), el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Instituto Nacional de Migración (INM).
Por otra parte, se ha informado que Bermúdez Requena será ingresado al Centro Federal de Reinserción Social No.1, también conocido como “El Altiplano”, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México.
La Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay compartió imágenes del momento exacto en el que el exsecretario de seguridad fue entregado a autoridades mexicanas, quienes lo llevaron abordo de un avión para su traslado a México.

Ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, a unos 25 kilómetros de Toluca, el penal del “Altiplano” fue construido entre 1988 y 1990, durante la administración del expresidente Carlos Salinas de Gortari, y comenzó a operar en 1991.
En el 2011 el “Altiplano” recibió una inversión de casi 185 millones de pesos para su remodelación y ampliación de áreas para aumentar la capacidad del mismo, pasando de 500 a 800 internos. Sin embargo, en los años siguientes ya no se registró ningún tipo de inversión.
“El Altiplano” es un penal de máxima seguridad que cuenta con una superficie total de 260.000 metros cuadrados que la posiciona como una de las prisiones más extensas y resguardadas de México.
De este espacio, 27.900 metros cuadrados corresponden a las instalaciones internas de la prisión, mientras que el resto se destina a áreas de seguridad, rondines perimetrales, salas de espera y estacionamientos, lo que refuerza su carácter de centro penitenciario utilizado para resguardar a los que son considerados los criminales más peligrosos,
A pesar de que este penal es de máxima seguridad, la historia de “El Altiplano” incluye episodios que han puesto a prueba sus sistemas, como en el caso de la fuga de “El Chapo” en 2015, quien logró escapar a través de un túnel de 1.5 kilómetros que conectaba el baño de su celda con una vivienda cercana.
Y aunque se ha sostenido que la cárcel dispone de avanzados sistemas, equipos electromecánicos y electrónicos destinados a prevenir situaciones similares, la fuga del capo evidenció vulnerabilidades.