Bloomberg Línea — La posibilidad de una nueva recesión en Estados Unidos sigue sobre la mesa, en medio de señales mixtas en el frente económico. Aunque persiste la incertidumbre en torno al rumbo de la mayor economía del mundo, el gobierno de Donald Trump ha dado señales recientes de buscar una desescalada en su agenda arancelaria, lo que podría moderar los riesgos para los mercados de América Latina que históricamente no han ofrecido refugio en tiempos de recesión.
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Brian Rose, economista senior para Estados Unidos de UBS, advierte que unos “aranceles demasiado agresivos son la mayor amenaza a corto plazo para la economía”, con un posible impacto severo si se concretan nuevos gravámenes sobre Canadá, México u otros socios comerciales.
Bank of America (BAC) también señala que la aplicación de esta política ha sido “más volátil de lo previsto” y ha generado un “fuerte shock de incertidumbre a escala global”, afectando flujos comerciales e inversión.
Esa incertidumbre sigue al ritmo de las declaraciones de Trump, que esta semana bajó el tono respecto a China, afirmando que planea ser “muy amable” en las negociaciones y que los aranceles disminuirán si se alcanza un acuerdo.
Pese a esto, BofA proyecta un escenario de estanflación para Estados Unidos, con un crecimiento de apenas 1% en 2025, mientras que Goldman Sachs (GS) redujo su previsión de crecimiento a 0,5% y elevó a 45% la probabilidad de recesión en los próximos 12 meses.

Efecto de los aranceles.Los efectos de los aranceles principalmente se verían reflejados en un aumento de la inflación o de los precios, que afectaría la capacidad adquisitiva de los hogares en Estados Unidos.(Bloomberg/Michael Nagle)
“La economía de Estados Unidos, y el mercado financiero, dependen fuertemente de cómo se continúa desarrollando la guerra comercial”, dijeron analistas de AdCap Grupo Financiero. “Mientras que la pausa de 90 días fue bienvenida, la probabilidad de que la economía transicione a una estanflación se mantienen elevadas”.
En medio de esa volatilidad, en lo que va del año, las bolsas de América Latina han mostrado una notable resistencia pese al aumento de la incertidumbre global.
“Los flujos de inversión que habían visto a Estados Unidos como casi que su único destino, hoy están empezando a evaluar a otras economías y eso es lo que se está viendo en el fortalecimiento de algunas monedas emergentes y en el buen desempeño de las bolsas latinoamericanas”, dijo Germán Cristancho, gerente de investigaciones económicas de Davivienda Corredores.
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Sin embargo, la experiencia histórica sugiere que una eventual recesión en Estados Unidos representa uno de los mayores riesgos para los mercados de la región.
Exposición a Estados Unidos
Ante la posibilidad de una recesión en Estados Unidos, los inversionistas han vuelto la mirada hacia los mercados emergentes en busca de refugio y diversificación.
Sin embargo, las bolsas de América Latina no han ofrecido protección frente a caídas pronunciadas en Wall Street y, en varios casos, han replicado o amplificado esas correcciones.
Las tres recesiones más recientes en Estados Unidos —el estallido de la burbuja tecnológica (2000–2001), la crisis financiera global (2007–2009) y la recesión por Covid-19 (2020)— tuvieron impactos diferenciados en América Latina, aunque en todos los casos se reflejaron en caídas bursátiles.
“Una posible recesión en EE.UU. supone una amenaza para la renta variable latinoamericana, ya que el sentimiento de aversión al riesgo suele presionar a los activos de la región”, dijo Jennie Li, analista de Bloomberg Intelligence.
Según su análisis, la región es vulnerable cuando se intensifican los temores de una posible recesión, “en gran medida por la fuerte dependencia a los precios internacionales de los commodities”.
El índice MSCI Latin America presenta una elevada concentración en sectores como materiales y energía, que en conjunto representan cerca del 30% de su ponderación, frente a solo un 8% en el MSCI Global.
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Esta composición sectorial ha hecho que la región registre retrocesos significativos cuando se deterioran las expectativas de crecimiento global que terminan por impactar el precio de las materias primas. En los tres episodios recesivos más recientes, el MSCI Latin America registró una caída promedio de 16,1%, un desempeño similar al de los índices globales.
Durante la burbuja tecnológica, América Latina tenía una menor integración financiera internacional, lo que atenuó parcialmente el impacto. Chile logró rendimientos positivos, con un alza de 9%.
En la crisis financiera global, Perú cayó -32%, Brasil -27% y México -22%. Más recientemente, en la recesión provocada por la pandemia de Covid-19, Colombia registró su peor desempeño, con una caída de -32%, y México retrocedió -11%.
“Una corrección generalizada de las acciones estadounidenses podría reavivar la volatilidad en la región”, agregó Li.
La analista recordó que México, a pesar de que muchas de las empresas del índice S&P/BMV IPC (MEXBOL) tienen una exposición directa relativamente baja a ingresos provenientes de Estados Unidos, mantiene una fuerte correlación con el mercado de ese país.
De acuerdo con Li, en los últimos 20 años, México ha mostrado la correlación más alta entre los grandes mercados bursátiles latinoamericanos con el S&P 500, seguido de Brasil y Colombia.
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“En un escenario de corrección prolongada del S&P 500, es probable que prevalezca la aversión al riesgo en las acciones latinoamericanas, especialmente si no hay cambios macroeconómicos fundamentales en la región”, dijo Jorge Ángel Harker, analista de mercados internacionales de Adcap Grupo Financiero.
Para Harker, la volatilidad del S&P 500 puede contagiar la región, pese a que no fue la más afectada por los aranceles.
“Una posible recesión en Estados Unidos en esta oportunidad se generaría principalmente por el efecto de los mayores aranceles y por la incertidumbre que estos causan”, dijo Cristancho, gerente de investigaciones económicas de Davivienda Corredores.
Para el analista, en esta oportunidad, los efectos de las tarifas comerciales principalmente se verían reflejados en un aumento de los precios, que afectaría la capacidad adquisitiva de los hogares en Estados Unidos, con una incertidumbre que terminaría afectando las decisiones de inversión y de consumo de los hogares.
No obstante, para Cristancho, de darse “podría ser una recesión levemente moderada que tendría unos impactos mucho menores que los que se observaron en una recesión como la del año 2008″.
Escudo limitado
Aunque tradicionalmente se consideran una opción para diversificar carteras, los mercados emergentes han ofrecido poca protección real durante recesiones en Estados Unidos. De acuerdo con Bloomberg Intelligence, el índice MSCI de mercados emergentes solo superó al S&P 500 en una de las últimas cuatro recesiones.
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En periodos de fuertes caídas en Wall Street, las bolsas emergentes tienden a caer también, en algunos casos incluso más que los índices estadounidenses.

Impacto de las recesiones.Las bolsas de América Latina no han ofrecido protección frente a caídas pronunciadas en Wall Street.(Bloomberg/Diego Giudice)
El informe destaca que China, India y el sudeste asiático tienden a ser menos sensibles a las caídas en EE.UU. que otras regiones. Aun así, si Estados Unidos entra en recesión, Bloomberg Intelligence estima que el índice MSCI China podría caer más de 11%, debido al menor crecimiento económico global y a una posible caída en la demanda externa.
En contraste, India ha sido menos afectada por los aranceles recientes y ha mostrado una menor volatilidad en sus mercados financieros.