Cuando la cara visible de los productores parecía estar totalmente encarnada por Bizarrap y sus históricas SESSION, aparecieron otros lentes, aunque esta vez sin gorra y con una carrera más extensa: se trata de Daniel Ismael Real, un necochense conocido popularmente como Big One.
Antes de cosechar las casi dos billones de reproducciones que tiene solo en YouTube, el artista, que arrancó a los 16 años, dio sus primeros pasos colaborando con artistas de su ciudad. Y aunque principalmente se metió en el mundo hip-hop, también produjo a bandas como El Plan de la Mariposa.
Su juventud en «la cueva» y el motivo de su apertura musical
Antes de ser Big One, el productor del mega-hit Los Del Espacio (que une a Duki, Emilia, María Becerra, Rusherking, FMK, LIT Killah y Tiago PZK), recorrió incontables bares de Necochea para dar sus primeros pasos de la mano del hip-hop con artistas como Fianru, Frane o Qki Dones. Todo el talento que lo llevó a estar como cara de los principales charts empezó, alguna vez, en lo que él llama “La cueva”.
-¿Te molesta que te digan que Necochea es ventosa?
-Me rompe las pelotas -ríe-, porque no es que sea mentira, ¡pero en toda la Costa hay viento!
-¿Qué recordás de tu infancia y juventud ahí?
-Necochea tiene ese, ¿viste? Tiene una temporada de verano que es muy activa y muchas cosas para hacer al aire libre y después tiene una temporada de invierno que es encerrarte en la cueva a buscarte una actividad. Y yo creo que eso me empujó a hacer música en la cueva, que es lo que requiere el productor: horas y horas ahí, de aprender y buscar cosas.
-¿Y el verano?
-Literalmente hibernabas, hacías tus cosas y decías bueno, llega el verano, salimos a mostrar todo.
-¿En qué se materializaba “mostrar todo”? ¿A quién?
-En esos inicios, tocábamos en bares de ahí con QkiDones (artista local), un amigo con el que yo trabajé mucho, hacíamos rap. Yo iba, ponía las pistas en vivo y hacía algún corte, pero eran todos bares de Necochea. Alguna vez fuimos a Mar del Plata, pero eso era como la excepción.
-¿Te acordás quién fue el primero en tu familia que te voló la cabeza con algo de música? ¿Qué se escuchaba en tu casa?
-Toda mi familia escuchó y consumió mucha música, pero lo que tenía yo es que mi abuelo escuchaba una cosa, mi abuela otra… Mi abuelo materno, por ejemplo, escuchaba folclore argentino; mi abuelo paterno rock internacional, mi viejo también rock internacional y nacional, mi vieja más balada latina. Toda esa mezcla es lo que yo digo que me llevó a que me guste literalmente casi todos los tipos de música.
El «trabajo de hormiga» y las casi dos década de carrera que lleva
-En la conferencia de prensa del CROSSOVER #9, Wisin habló casi como un embajador sobre el respeto y las alianzas, ¿coincidís en la importancia de esos conceptos?
-Sí. Él es muy de eso, de ir a otro lugar, sembrar una semillita y trabajar…
-Trabajo de hormiga, ¿se perdió un poco eso con el paso del tiempo?
-Sí, totalmente. Se perdió un poco y también con las redes está un poco más globalizado, pero él hace esto de venir al territorio, trabaja con artistas de acá. Se tomó un vuelo de 10 horas y se va de nuevo, es admirable, las ganas que tiene. Tiene 45 años y tiene 35 de carrera…
-Y vos tenés tus años en la espalda, ¿cuándo arrancaste?
-Yo tengo 32 y empecé a los 16. Más de 15 años. Pero tengo que admitir que las canciones empezaron a pegarse más tarde, hace unos 7 años atrás.
-Pero no es menos valorable, en más de la mitad de tu carrera tuviste resultados más “invisibles”.
-Exacto, exacto, sí. Yo tampoco era algo que yo buscaba, ¿viste? Simplemente hacía música con amigos y se fue dando, se fue consiguiendo solo. Yo lo fui sabiendo capitalizar y expandiendo.
La intimidad de los artistas en un estudio, el futuro de los CROSSOVER y “jugar a ser Dios”
En una escena que despegó hace rato pero que no para de crecer, no sólo son más comunes los roces o las diferencias lógicas entre artistas, sino también (y quizá en mayor medida) los rumores de conflictos inexistentes entre las grandes caras del panorama musical.
Big One, una figura central que tuvo acceso a la intimidad de sus colegas en su hábitat, el estudio, revela qué hay detrás de los rumores.
-Hablamos de lo importante que es el respeto y los buenos vínculos para llegar a buenos puertos, pero, ¿qué tanto impactan los comentarios malintencionados en las redes dentro del estudio y en los vínculos entre artistas?
-Mirá, pasa, no te voy a negar que a veces un artista se prende con alguna cosa que anda dando vueltas en Internet, se prende de eso y lleva esa mala vibra al estudio. Eso puede pasar. Yo he tenido miles de sesiones y, en alguna que otra, ha sucedido. Pero, en general, el estudio no es un lugar al que llevar cuestiones mediáticas, te juntás y te enfocás en hacer música, yo impulso un poco eso.
-Ahora sacaste la primera colaboración internacional de tus CROSSOVER entre Paulo Londra y Wisin, pero viene la décima, número redondo, ¿seguís por este camino con artistas de afuera?
-Para la 10 no hay nada definitivo, pero sí hay varios proyectos que están encaminados. Hay de todo y muchas ganas de que salga ya, pero bueno, ¡estamos con la 9! La idea es seguir por ese camino, pero no quiero descuidar a los artistas locales, que siempre salen artistas nuevos y tengo amigos con los que me gustaría trabajar y aún no pude.
-Es un poco jugar a ser Dios hacer los CROSSOVER, meterlos en tu laboratorio y ver qué sale.
-Totalmente. A veces el proyecto nace porque tengo un “beat” y me lo imagino con tal persona y no tiene tanto que ver con una amistad previa.
-Pasó con Miranda! y Ciro Martínez, me imagino.
-Exactamente, pasa eso. Después nos juntamos con Ale (Sergi) a cerrar un poco la idea pero sí.
Fotos: Miranda Lucena
