La detención de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, en Perú, marcó un punto de inflexión en la causa por el triple femicidio de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15), cuyos cuerpos fueron hallados enterrados en una casa de Florencio Varela. El joven peruano fue capturado en Pucusana, al sur de Lima, mientras intentaba huir escondido en un camión de pescados.

Tras su arresto, “Pequeño J” negó cualquier vínculo con el crimen: “Me echaron la culpa nomás, nosotros no matamos a nadie”, dijo ante la prensa. También envió un mensaje a las familias de las víctimas: “Tienen que encontrar al culpable, yo no tuve nada que ver”.
Su abogado en Perú, Guillermo Endi, respaldó esa versión. “Mi cliente no conocía a ninguna de las chicas. Estuvo en Varela, pero no siguió al auto. No voy a hablar al pepe, eso se va a saber dentro de pocos días”, declaró, en referencia a las pruebas que se presentarán en el juicio de extradición.
Pero lo que más llamó la atención fueron las declaraciones de su familia. Según publicó el medio Crónica, dos mujeres se acercaron al lugar de la detención en Lima: una se identificó como hermana de “Pequeño J” y la otra como allegada. “Todo lo que hablan es totalmente falso. Investiguen bien, por favor”, dijo una de ellas antes de cerrar la puerta de un auto, visiblemente afectada por la situación.

También habló Federico Celedón, otro allegado al detenido, quien expresó dudas sobre el rol del joven como líder narco. “Me hace mucho ruido que lo hayan encontrado durmiendo en un camión de pescados. Si fueran tan pesados, deberían estar escapándose como mafiosos, no así, como ratas”, dijo en LN+. Y agregó: “Ojalá sea el culpable, así terminamos esta pesadilla. Pero investiguen bien por favor”.
Mientras tanto, el proceso de extradición avanza. Como ciudadano peruano, “Pequeño J” será sometido a un juicio en su país antes de ser trasladado a Argentina. El abogado penalista Teddy Romero explicó que se trata de una extradición pasiva, y que el Estado argentino tiene 60 días para formalizar el pedido.
En paralelo, Matías Ozorio, señalado como mano derecha de “Pequeño J”, fue expulsado de Perú y llegará a Buenos Aires en las próximas horas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que ambos integraban una estructura criminal dedicada al narcotráfico y al sicariato, y que el móvil del crimen estaría vinculado al robo de tres kilos de cocaína por parte de las víctimas.
La causa sigue bajo secreto de sumario, pero el fiscal Adrián Arribas no descarta nuevas detenciones. “Fue un hecho aberrante. Se investiga si hay más responsables en distintos niveles”, aseguró.