
Foto: Juan Francisco Sánchez/La Nación (GDA).
Los pueblos argentinos de Maimará, ubicado en la provincia de Jujuy, y Carlos Pellegrini, en Corrientes, quedaron entre los ganadores del certamen Best Tourism Villages 2025, organizado por ONU Turismo. La lista fue anunciada este viernes en la provincia de Zhejiang, en China, durante la asamblea de Naciones Unidas Turismo.
Las localidades uruguayas de Santiago Vázquez, en Montevideo, Casupá, de Florida, y La Paz, de Colonia, que habían sido nominadas por el Ministerio de Turismo para competir en la edición de este año, no obtuvieron distinciones. En 2024, también se había nominado a Santiago Vázquez, y a los pueblos de Aiguá, en Maldonado, y 19 de abril, en Rocha.
La lista completa de ganadores puede verse en el sitio web de ONU Turismo.
Maimará, Jujuy
Recostado sobre la Paleta del Pintor, Maimará es parte del departamento de Tilcara, y uno de los atractivos fuertes de la Quebrada de Humahuaca, patrimonio de la UNESCO.
Toda la vida de los 5.244 habitantes transcurre ligada al río grande y a la Pachamama: los cultivos de la tierra son abundantes y variados. Se producen hortalizas, verduras y flores que dan vida a los campos sembrados que se ven entre las montañas de colores.
Más recientemente se incluyó la producción de vides para vinos de altura. La localidad mantiene vivas tradiciones ancestrales: cada año el pueblo celebra el día de la Pachamama, de todos los Santos y el carnaval.

Foto: Carolina Reymúndez/La Nación (GDA).
La llegada del tren de la quebrada, el año pasado, cambió por completo la vida de este pueblo. «Ahora llegan muchísimos turistas. Se bajan, recorren. Hay tres visitas guiadas y un ómnibus turístico que lleva a los pasajeros al cerro», relató con inmenso entusiasmo María Inés Quevedo, vecina a la estación del ferrocarril, por años abandonada.
El tren también promovió la apertura de nuevos alojamientos: Winu -de tres estrellas- es el más reciente. Se suma a diez hosterías y quince complejos de casas de alquiler.
Las plantaciones de flores son un atractivo especial en otoño: los campos sembrados de rosas, gladiolos y claveles se ven desde la ruta nueve en un colorido que contrasta con los cerros.

Foto: La Nación/GDA.
Patricia Cruz, Gonzalo Toconas y Ramona Rodríguez reciben a los visitantes en sus plantaciones que también incluyen Limonium sinuatum, mutisias y otras variedades.
Hay visitas en seis de las vides: una de ellas incluso organiza cada año una vendimia con música y hay comida tradicional. La Vendimia del Bayeh es un festival imperdible de otoño, dedicado al vino, al arte, a la música y a la gastronomía.
Los platos locales como picante de lengua, estofado, locro, humita y empanadas se pueden degustar en cada uno de los restaurantes, como el arroz con leche, pelones hervidos, empanadillas de dulce de cayote y mazamorra.
“Sentir nombrar a mi pueblo en tierras tan lejanas por un reconocimiento al trabajo que venimos haciendo en comunidad es algo que me pone orgullosamente feliz”, dijo Luis Zerpa, secretario de Turismo local, tras el anuncio realizado en Asia.
Colonia Carlos Pellegrini
Portal de entrada a los Esteros del Iberá -con un millón trescientas mil hectáreas de humedal- se ha transformado en un destino icónico del turismo de naturaleza.
El desarrollo de esta villa comenzó a tomar fuerza con la creación de la Reserva Provincial Iberá. Son parte de su atractivo el avistaje de aves y fauna autóctona como carpinchos, ciervos de los pantanos y yacarés.

Foto: Nacho Calonge de La Nación/GDA.
Ex colonia de inmigrantes -fundada en 1912- y reconvertida en destino de ecoturismo sostenible, la colonia situada a 354 kilómetros de la capital provincial tiene algo más de mil habitantes, pero recibe 25.000 turistas al año.
“El 80 por ciento de la comunidad vive del circuito turístico”, aseguró Diana Frete, voz cantante del pueblo, que lidera un grupo de chamamé local y es viceintendenta.
El caserío es prácticamente un cuadrado de diez cuadras por diez cuadras, que tiene una calle peatonal engalanada con glorietas, flores y bancos como un jardín para transitar.
El pueblo está a orillas de la laguna Iberá. Para cruzarla hay un piedraplén: un terraplén construido con piedras.
Por casi un siglo la economía local dependió de la ganadería, el arroz y la cacería. En 1983 todo comenzó a cambiar con la Reserva Provincial Iberá. En 2018, con la aprobación del Parque Nacional, tomó relevancia internacional para aficionados de la conservación y la naturaleza.

Foto: La Nación/GDA.
Hoy hay 30 establecimientos hoteleros. “Es el corazón de los Esteros del Iberá. Acá empezó la magia. Fue el primer portal de este humedal, el más grande de Argentina”, asegura María de los Ángeles Casares, directora de Turismo.
Hay tres áreas protegidas dentro del parque nacional. Hay más de 360 variedades de aves, dos especies de yacarés, se reintrodujo el oso hormiguero, el tapir, el guacamayo colorado, la nutria gigante y el yaguareté, desde la Fundación Rewilding. El parque nacional fue una donación privada de un benefactor extranjero.
“Estamos muy expectantes de abrir una ventana nueva al mundo”, se entusiasma la directora de Turismo.
Por María José Lucesole de La Nación/GDA