Un equipo de la UNRN prueba un tratamiento con una droga disponible en Argentina. Buscan frenar una enfermedad que ya causó 64 muertes en la región andina de Río Negro.
Bariloche – Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) desarrolla una innovadora línea de tratamiento contra el Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH), una enfermedad de alta letalidad que afecta especialmente a la región andina patagónica.
El proyecto, encabezado por el médico e investigador Fernando Tortosa, propone el uso compasivo de Tocilizumab, una droga disponible en el país que ya se utiliza para tratar enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoidea juvenil. El objetivo es frenar la cascada inflamatoria que el hantavirus genera en pulmones y corazón, y que puede derivar en la muerte en el 50% de los casos.
El hantavirus es endémico en la zona andina de la Patagonia, y desde 1996 causó 64 muertes solo en Río Negro. Aunque su incidencia es baja, el potencial letal y la falta de tratamientos efectivos lo convierten en una amenaza persistente.
“Elegimos esta droga porque está disponible en Argentina, se aplica en una sola dosis y su perfil de seguridad es conocido”, explicó Tortosa, quien lidera el equipo desde el Centro Patagónico Interdisciplinario en Salud (CePIIeS) de la UNRN y el Hospital Zonal Ramón Carrillo de Bariloche.
La iniciativa ya cuenta con aval ético de los comités de salud de Río Negro y de la universidad, y busca extenderse a centros de salud de Chubut, Neuquén y otras provincias patagónicas. Sin embargo, los investigadores advierten que para avanzar se necesita más financiamiento y apoyo institucional, especialmente de los ministerios de Salud provincial y nacional.
Actualmente, el trabajo se sostiene con recursos propios del hospital y la universidad, pero es necesario garantizar el stock de medicamentos y ampliar la red de centros de atención para incluir más pacientes en el estudio.
“El éxito de esta investigación podría transformar el tratamiento del hantavirus en la región y salvar vidas, tanto de residentes como de turistas que visitan la Patagonia”, señalaron desde el equipo.
Este avance científico, impulsado desde una universidad pública y con profundo compromiso social, representa una esperanza concreta frente a una enfermedad que aún no tiene cura definitiva.