Axel Kicillof pidió dejar la interna con el kirchnerismo «para después» y sumar fuerzas para frenar a Milei

Superada otra instancia formal en el intento de unidad en el peronismo a partir del Congreso partidario del sábado, Axel Kicillof convocó como gobernador bonaerense a dejar las diferencias internas “para después” de las elecciones con el objetivo de facilitar las negociaciones para la conformación de un frente conjunto con el kirchnerismo, el Frente Renovador y otros aliados del espacio.

Más allá de las señales favorables a un acuerdo, tanto en el encuentro en Merlo como en el posteo de Kicillof, para que se concrete todavía quedan por resolver una serie de cuestiones en un contexto de tensión y desconfianzas cruzadas con dos fechas clave: el miércoles vencerá el plazo para la presentación de las alianzas y 10 días más tarde -el sábado 19- será el cierre de las candidaturas.

“El Congreso del PJ de la provincia dio un paso importantísimo: colectivamente se acordó consolidar un gran frente que, en las próximas elecciones legislativas, funcione como escudo y ponga un freno a la motosierra que hoy arrasa derechos y sueños en nuestra provincia y en toda la Argentina”, arrancó Kicillof su publicación, en la que no habló de “unidad” sino de “sumar fuerzas” para frenar al Gobierno de Javier Milei y los efectos de sus políticas.

En la reunión de congresales en Merlo, los representantes del mandatario provincial acordaron con el sector alineado con Cristina Kirchner la designación de dos dirigentes de cada lado para cerrar el armado del frente con la “estricta ecuanimidad de la representación” de cada grupo. Además de Máximo Kirchner como titular del PJ bonaerense, de su lado estarán los intendentes Federico Otermín, de Lomas, y Mariel Fernández, de Moreno. Kicillof designó a la vicegobernadora Verónica Magario y al ministro Gabriel Katopodis.

Fernando Espinoza, titular del Congreso del PJ bonaerense, con otros dirigentes en el encuentro de este sábado en Merlo.

“Sabemos que dentro del peronismo existen miradas distintas sobre la experiencia fallida del Gobierno nacional del FdT y sobre el camino a seguir para reparar aquella decepción. Esos debates continuarán: son inevitables y necesarios. Sin embargo, hoy existe una urgencia que supera cualquier diferencia o disputa”, siguió el mandatario bonaerense, y remitió al pedido de militantes y trabajadores para que “vayan juntos”.

En el texto, Kicillof incluyó la condena a Cristina Kirchner en una lista “larga y oscura” para cuestionar por autoritario a Milei y reivindicó su gestión en la provincia con la consigna del “escudo y red”, a modo de contraste con la administración nacional, frente al ajuste, el freno a la obra pública y la “deserción” del Gobierno frente a sus obligaciones.

En el cierre el gobernador convocó a “dejar las diferencias para después y organizar la protección del pueblo bonaerense”, y ubicó esta etapa como el “primer paso para el verdadero desafío” de construir un “frente social y político lo más amplio posible” de cara a las presidenciales de 2027.

En el kirchnerismo tomaron de manera positiva el posteo, y lo interpretaron como un reconocimiento de que el liderazgo del peronismo no se resolverá en este turno electoral, como entendían que pretendía Kicillof. Carlos Bianco, ministro de Gobierno y su mano derecha, había reclamado como “condición para la unidad” que el resto -en especial iba dirigido a La Cámpora- “aplaudiera todo el día” y respaldara “sin chistar” los proyecto del oficialismo.

“Está diciendo ‘hasta acá llegué’. La exigencia de Bianco no iba a funcionar y se adelanta él mismo a postergar esa discusión. El candidato a presidente no se va a definir este año. El tiene una parte, pero está claro que no es el jefe de todos”, ratificó un referente bonaerense alineado con Cristina Kirchner.

Más allá de los gestos de acercamiento, se mantendrá la precaución de Kicillof de preparar una estructura electoral propia, mediante un frente o un partido separado del PJ, ante la posibilidad de que naufraguen las negociaciones por la constitución de la mesa de apoderados o el reparto de las listas. “No podemos correr el riesgo de ver la elección por televisión”, insistieron en el Gabinete bonaerense.