La ballena franca austral es una de las especies más emblemáticas de la Patagonia argentina. Reconocida como Monumento Natural Nacional, su protección es prioritaria para asegurar la supervivencia de una especie que cada año recorre miles de kilómetros en busca de alimento y refugio.
Entre los meses de junio y noviembre, las ballenas llegan a las costas de Península Valdés (Chubut) para reproducirse y cuidar a sus crías. En 2025, se registraron 2.100 individuos, un 40 % más que el año anterior, lo que marca un hito en el monitoreo de la especie.
El proyecto Siguiendo Ballenas
Desde 2014, las migraciones de la ballena franca austral son estudiadas mediante transmisores satelitales de última generación gracias al proyecto colaborativo Siguiendo Ballenas.
En septiembre de 2025, los científicos colocaron dispositivos a 30 ballenas en el Golfo Nuevo, iniciando la décima temporada de trabajo. Para facilitar su identificación, cada ejemplar portador recibe el nombre de un elemento de la tabla periódica, como Neon, Einsteinium o Aluminium.
El grupo monitoreado incluye madres con cría e individuos solitarios, todos fotografiados y cotejados con el catálogo de fotoidentificación que ya reúne más de 5.000 ballenas conocidas desde 1971.
Tecnología satelital y datos inéditos
El seguimiento satelital permite analizar:
- Comportamiento en áreas de reproducción y cría.
- Velocidad y distancias de desplazamientos diarios.
- Áreas clave de alimentación en el Atlántico Sudoccidental y mares subantárticos.
En 2023-2024 se registró un hecho histórico: la ballena Atenea fue la primera en unir los océanos Atlántico y Pacífico, viajando desde Península Valdés hasta la cuenca del Pacífico Sudoriental frente al extremo austral de Chile.
Desde este año, la información regional se integra a la iniciativa global Corredores Azules, que reúne datos de diferentes organizaciones para trazar un mapa mundial de rutas migratorias de ballenas.

Una década de investigación colaborativa
En más de diez años, el proyecto logró conocer los recorridos de 145 ballenas, aportando información clave para su conservación.
Siguiendo Ballenas es resultado del trabajo conjunto de instituciones de Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos, entre ellas:
- Cesimar-Cenpat-Conicet.
- Cimas-Conicet.
- Facultad de Ciencias Marinas (FaCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue.
- Fundación Patagonia Natural.
- Instituto Aqualie.
- Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).
- NOAA y universidades de Estados Unidos como Washington y California Davis.
El trabajo de campo requiere capitanes experimentados para acercarse con cuidado a los animales. En las últimas temporadas, esta tarea estuvo a cargo de Federico Arribere de Hydrosport.
Innovación y bienestar animal
Desde 2023, el proyecto cuenta con el apoyo de Wildlife Computers, fabricante de transmisores satelitales. La financiación proviene principalmente del Office of Naval Research y el NOAA, junto a organizaciones colaboradoras de Argentina y Brasil.
Los dispositivos son cada vez más miniaturizados y seguros, priorizando el bienestar animal. Se desprenden solos tras un tiempo variable, sin causar daño. Su mayor duración permite obtener datos más completos sobre los recorridos y patrones migratorios.
El proyecto cuenta con el aval de la Comisión Ballenera Internacional, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, las provincias de Chubut y Río Negro, y la Prefectura Naval Argentina. Además, recibe aportes de información y fotografías de la comunidad de Puerto Pirámides y de prestadores náuticos de San Antonio Oeste.
La ballena franca austral, símbolo de la Patagonia y del Atlántico Sur, se convierte en protagonista de un proyecto científico que combina tecnología de vanguardia, cooperación internacional y compromiso comunitario.
El programa Siguiendo Ballenas no solo aporta datos inéditos para la conservación de la especie, sino que también integra a Argentina en una red global de investigación que busca garantizar que las futuras generaciones puedan seguir admirando a estos gigantes del mar.



