Santander (BME:SAN) prepara un nuevo paso en su estrategia digital: el lanzamiento de stablecoins respaldadas en euros y dólares. La idea no es menor, y apunta al corazón de sus operaciones en América Latina, donde millones aún enfrentan desafíos para acceder al sistema financiero tradicional. ¿Estamos ante el primer gran movimiento de un banco español en el tablero cripto-regulado de la región?
Lo que sucedió
Banco Santander está evaluando emitir sus propias monedas estables, activos digitales vinculados a divisas como el dólar o el euro, en países latinoamericanos. Según adelantó el responsable global de pagos digitales del grupo, John Whelan, el objetivo es facilitar transferencias rápidas y de bajo coste, especialmente en mercados con dificultades para mover dinero internacionalmente.
Estas stablecoins estarían respaldadas uno a uno por reservas en las monedas correspondientes, una diferencia clave frente a criptomonedas volátiles como el Bitcoin. La tecnología utilizada será blockchain (cadena de bloques) pero con custodia centralizada, lo que significa que Santander mantendría el control total del ecosistema.
Whelan explicó que el piloto inicial se realizaría en 2024, aunque no especificó en qué país arrancaría el proyecto. Sí dejó claro que el banco ha estado trabajando silenciosamente en esta iniciativa durante dos años, enfocado en cumplir con los marcos regulatorios locales de cada mercado.
El enfoque de Santander contrasta con el de otros bancos que han optado por alianzas con firmas cripto externas. Aquí, la entidad pretende ser emisor, custodio y operador de la infraestructura, lo que le permitiría tener mayor control sobre la experiencia del cliente y la seguridad del sistema.
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Por qué es importante
En regiones como América Latina, donde la inflación, la inestabilidad cambiaria y la falta de bancarización afectan a millones, las stablecoins pueden representar una tabla de salvación digital. No es casualidad que Santander elija este territorio: en países como Argentina, Colombia o México, los ciudadanos ya utilizan criptomonedas como refugio informal, aunque con riesgos. El banco busca ofrecer una alternativa más estable y regulada.
Este movimiento se alinea con una tendencia creciente entre grandes bancos globales, que exploran cómo adaptar infraestructuras cripto a entornos regulados. Pero pocos han dado un paso tan decidido como el de Santander: no subcontratar tecnología, sino desarrollarla en casa. La apuesta es arriesgada… pero también potencialmente transformadora para su relación con los clientes digitales.
Además, el plan podría abrir una puerta a nuevas líneas de negocio: desde pagos transfronterizos hasta servicios financieros sobre blockchain. Si el piloto tiene éxito, otras filiales de Santander, incluso en Europa, podrían replicar el modelo. ¿Y si las stablecoins propias se convierten en el nuevo “banco móvil” del grupo? Aún es pronto para saberlo, pero la dirección está trazada.
Foto: cortesía de SWK Stock en Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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