Barcelona ha dado este martes un paso importante (aunque no definitivo) para que los ramales del tranvía que se estrenaron en el 2004 queden finalmente unidos a través de la Diagonal. Tras décadas de enconado debate político, el Ayuntamiento ha aprobado en la comisión de Urbanismo los dos proyectos que deben permitir finiquitar la conexión, que tiene pendiente el tramo entre Verdaguer y Francesc Macià, aunque el trabajo alcanza hasta la avenida de Sarrià. Por un lado, el desdoblamiento del colector que pasa por debajo de la avenida –de Calvet a Girona–, con 59 millones de inversión. Por el otro, la reurbanización del espacio público, con otros 50 millones de presupuesto. Si echan de menos el proyecto ferroviario (vías, paradas y tranvías), ese es un negociado de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), que a mediados de septiembre ya dio salida a los 80 millones que le corresponden.
Han votado a favor de la reurbanización posterior a la instalación del tranvía el PSC, ERC y BComú. En contra, Junts, PP y Vox. Han votado a favor del colector -que no implica tranvía alguno pero sí luchar contra los efectos del cambio climático- todos los grupos a excepción del PP. La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha asegurado que con este paso se “avanza de manera decidida hacia la conexión completa del tranvía por la Diagonal”, y ha defendido que, al contrario de lo que se dijo en noviembre del 2024, la licitación de las obras será “única y para todo el recorrido”.

Viajeros en una parada del Tram
David Zorrakino / Europa Press
Por calendario, la piqueta, una vez finalizada la licitación de los trabajos, podría empezar a taladrar (primero el colector, luego la infraestructura y la reurbanización) en el segundo semestre del 2026, pero la coincidencia con los trabajos de prolongación de la L8, desde Espanya hasta Gràcia pasando por el Clínic, recomiendan, defiende el consistorio, no levantar tanta ciudad al mismo tiempo. Menos todavía en la zona más noble de Barcelona. Tampoco sería prudente ejecutarlo a pocos meses de las elecciones de mayo del 2027. Así las cosas, es un secreto a voces que el trabajo sucio no arrancará hasta el segundo semestre de ese año, pasada la elección del nuevo alcalde.
Plácet definitivo
Los Comuns piden acortar los plazos de obra de 40 a 25 meses y amenazan con boicotear la votación final en el pleno
A pesar de conseguir el plácet de la comisión, BComú, que se ha hecho suyo el proyecto –esto no sería posible sin la alcaldesa Colau ni la teniente de alcalde de Urbanismo Janet Sanz”, ha dicho el concejal Guille López–, ha avanzado al gobierno que en la votación definitiva, en el pleno municipal, el sentido de su voto podría cambiar si no hay más concreción sobre los plazos, que consideran excesivos. “No podemos esperar al 2032 para terminar una infraestructura como esta. En el mandato anterior dijimos que se podía hacer en 25 meses y ustedes dicen ahora que son 40 meses”. Podría darse el caso, de hecho, de que la finalización de la unión tranviaria coincida con el fin de la concesión privada del 2032, cuando se espera que una empresa pública se haga cargo de la explotación.