El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el pasado enero un paquete de doce medidas destinadas a paliar la crisis de la vivienda en España. Entre ellas, una iniciativa para incrementar en un 100% el gravamen fiscal aplicado a los compradores extracomunitarios no residentes, con el objetivo de desincentivar la especulación inmobiliaria por parte de inversores extranjeros.
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Pues bien, en apoyo a esta medida, el grupo municipal del PSC en Barcelona ha presentado este viernes una proposición de ley ante el pleno del Ayuntamiento. Sin embargo, la iniciativa ha sido rechazada con los votos en contra de Junts, PP y Vox, la abstención de Barcelona en Comú, y únicamente el respaldo de ERC, además lógicamente de los socialistas.
El teniente de alcaldía, Jordi Valls, ha defendido la propuesta argumentando que el 23% de las transacciones inmobiliarias actuales en Barcelona corresponden a compradores extranjeros que “solo buscan hacer negocio”.
Valls ha advertido que, si no se adoptan medidas, la capital catalana podría alcanzar cifras similares a las de Mallorca o Valencia, donde el peso de la inversión extranjera es mucho mayor. En este sentido, ha defendido la penalización fiscal a los no comunitarios como una herramienta “ajustada a la realidad de la ciudad”.
Valls ha asegurado que el 23% de transacciones son de compradores extranjeros
No obstante, los grupos de la oposición han rechazado el planteamiento, calificándolo de “medida propagandística” sin efectos reales.
El concejal de Junts, Damià Calvet, ha mostrado su “desconcierto” ante la propuesta y ha acusado al gobierno municipal de disponer de “todas las palancas institucionales” sin utilizarlas eficazmente. Calvet ha calificado la iniciativa de “residual” y ha señalado que el verdadero problema radica en “la falta de oferta de vivienda provocada por un exceso de regulación”.
Desde las bancadas de la derecha, PP y Vox han coincidido en criticar la propuesta por “persistir en el error”. El popular Daniel Sirera la ha calificado de “populismo fiscal”, mientras que el portavoz de Vox ha considerado la proposición como “un insulto a la inteligencia de los barceloneses”, reclamando en su lugar políticas que incentiven la construcción de nueva vivienda.
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La abstención de Barcelona en Comú ha sido el voto más llamativo. Su portavoz, Lucía Martín, ha tachado la propuesta de “brindis al sol” y ha reprochado al PSC su “parálisis política”. “Lo que tendría que hacer el gobierno municipal es disculparse ante la ciudadanía y ponerse a gobernar”, ha añadido.
Por su parte, ERC, si bien ha votado a favor de la iniciativa, ha compartido parte de las críticas. El grupo republicano ha acusado al grupo socialista de buscar únicamente “titulares fáciles” en lugar de “ponerse a trabajar de verdad para solucionar el problema de la vivienda”.





