El gobierno del alcalde Jaume Collboni trabaja ya en un plan para revitalizar el pasaje maldito del Raval. Hace pocos días un buen puñado de técnicos del distrito de Ciutat Vella se acercaron al número 10 de la calle Santcliment a fin de conocer las propuestas de varios propietarios, inquilinos y administradores de este vial para acabar con la larga espiral de narcoocupaciones que padecen desde hace años. “Analizaremos las propuestas de los vecinos –apuntaron fuentes municipales–, creemos que existe margen para la colaboración público privada en este pasaje y nos hemos comprometido a trabajar una propuesta que presentaríamos hacia finales de año”.
Propietarios, inquilinos y administradores ya denunciaron en estas páginas que su pasaje es todo un caramelo para aquellos que acostumbran a ocupar inmuebles para traficar con drogas, que como se trata de un vial privado la policía acostumbra a pasar por delante habitualmente, pero que no suele entrar, que con un par de vigilantes a lado y lado de Santcliment los narcos siempre están al tanto de todo…
En este pequeño vial la gente hay está harta de las usurpaciones de los traficantes de drogas
“Lo que pedimos es que el Ayuntamiento declare público nuestro pasaje –apuntaron los vecinos–, para que el Ayuntamiento pase a encargarse de la seguridad y la limpieza. La verdad es que luego de tantos meses pidiendo un encuentro con el Ayuntamiento estamos esperanzados con la respuesta. Vinieron muchos técnicos y sus plazos nos parecen razonables. Esperamos que se pongan en contacto con los propietarios de los talleres y almacenes abandonados desde hace años. Si el Ayuntamiento se hiciera con su propiedad podría montar una actividad que de veras revitalizara el pasaje”.

Los vecinos denuncian que los traficantes llegaron a montar hasta una narcocarpa9
REDACCIÓN / Otras Fuentes
“El Ayuntamiento –agregaron las fuentes municipales– también quiere poner en marcha en este vial un refuerzo para trabajar con las comunidades de vecinos, para que puedan constituirse y organizarse y de esta manera realizar mejoras en los espacios comunitarios”. Esta posibilidad también fue recibida en el 10 de Santcliment. Este pasaje siempre fue un lugar humilde, pero durante décadas sus vecinos organizaban turnos de limpieza y disfrutaban de una convivencia más o menos plácida.
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La crisis del ladrillo y la especulación inmobiliaria reventaron estos sentimientos comunitarios. En la actualidad no todos los propietarios de este pasaje prestan la atención debida a sus inmuebles. “Poco a poco nos estamos organizando, escalera tras escalera, para que los cinco bloques constituyamos cuanto antes una comunidad de vecinos. De este modo también podremos conseguir ayudas públicas de diferentes administraciones”.