
Barcelona
El pleno municipal de Barcelona ha rechazado una propuesta ciudadana que defiende que la calle de Sabino Arana pase a llamarse Miguel Ángel Blanco, en memoria del concejal del PP asesinado por ETA en julio de 1997. Haciendo uso del reglamento de participación ciudadana aprobado durante el primer mandato de Ada Colau, que habilita a cualquier iniciativa que surja de los vecinos a incluir y defender una proposición en el consejo municipal, el presidente de la asociación Convivencia Cívica Catalana, Ángel Escolano Rubio, ha tomado la palabra para criticar con dureza al fundador del PNV (que tiene una calle en Les Corts desde 1979) y reclamar un homenaje al joven edil de Ermua.
“Esta no es una proposición que vaya contra el País Vasco, sino contra una persona racista y xenófoba que generó división y fanatismo”, ha expuesto el postulante, con un hablar muy precipitado que dificultaba la comprensión. La mayoría de los grupos (PSC, Junts, ERC y BComú) se han posicionado radicalmente en contra, mientras que PP y Vox han votado a favor, es decir, apoyo de seis de un total de 41 concejales, un resultado sin duda esperado por el propio Escolano, que ha aprovechado el momento de réplica para atacar con dureza a las bancadas opositoras, hasta que Collboni le ha conminado a medir sus palabras.
“Esta no es una proposición contra el País Vasco, sino contra una persona racista y xenófoba que generó división y fanatismo”,
Jordi Martí (Junts) ha recordado que Sabino Arana es el fundador de un partido “netamente democrático” que además “siempre ha sido amigo de Catalunya y de Barcelona”. Ha recordado que el compromiso de su formación con las víctimas del terrorismo es “granítico” y ha reclamado al ponente que deje a un lado “la demagogia”. Sobre Miguel Ángel Blanco, ha instado al gobierno a “buscar un espacio en la ciudad” para poder rendirle homenaje, pero sin que se convierta “en una guerra política”. Jordi Rabassa (BComú) ha aseverado que la memoria del concejal de Ermua ya se recuerda en los monumentos de la ciudad en homenaje a las víctimas del terrorismo y ha instado a Escolano a “no usar esta propuesta como un elemento de confrontación con el nacionalismo vasco”.
Por parte de Esquerra, Jordi Castellana, ha seguido el mismo hilo argumental al reclamar que no se genere “un conflicto entre vascos buenos y vascos malos”. Muy diferente lo ha visto Daniel Sirera (PP), que ha recordado que la muerte de su compañero de filas “simbolizó el principio del fin de ETA”. “Incluir su nombre en el callejero supone recordar la fuerza de la sociedad unida contra el odio”, ha defendido, justo antes de insistir en que Arana era un personaje “racista, xenófobo e intolerante”. Gonzalo de Oro-Pulido (Vox) ha ido un poco más allá al señalar que el fundador del PNV “dio cobertura moral a lo que años después apretaban el gatillo en nombre de no sé sabe qué”.