Barcelona tiene capacidad para construir unas 70.000 viviendas nuevas, la mitad de las cuales, o algo menos, unas 30.000, tendrían algún nivel de protección pública. Con el crecimiento poblacional, y con hogares cada vez más atomizados, no parece un escenario capaz de asumir la demanda actual o futura. Rehabilitación, migración habitacional y medidas quirúrgicas como el fin de los pisos turísticos pueden echar una mano, pero, en resumen, el paisaje no es muy halagüeño. Tampoco se espera el retorno del desarrollismo en forma de más remontes, los pisos añadidos a la brava en las fincas añejas del Eixample. Los tiempos de Porcioles… Lo que se puede hacer es acelerar lo que está en marcha. Ayer se dio un paso más con el impulso a casi 600 nuevos pisos públicos.
Como sucede con todo, la noticia tiene su lado positivo y su lado no tan positivo. Para entenderlo hay que viajar en el tiempo hasta agosto del 2023, cuando Jaume Collboni visitó al president Pere Aragonès para presentarle sus credenciales. Llevaba poco más de dos meses en el cargo. Más allá de la fotografía de rigor y la buena educación, el alcalde ofreció a la Generalitat 27 solares para que construyera, vía Institut Català del Sòl, cerca de 1.700 pisos de alquiler asequible. De ahí bebe lo exhibido este miércoles, pues nueve de esas parcelas ya disponen de proyecto ganador y podrían empezar las obras, si todo va bien, y tras el azaroso camino administrativo, a mediados del 2027. Otros dos terrenos –todos públicos– tienen el concurso al caer, con lo que la cifra de nuevos hogares protegidos, todos ellos, en los distritos de Sants-Montjuïc y Sant Martí, subirá a casi 600. Este es lado bueno de la noticia.

La consellera Paneque y el alcalde Collboni, ayer, durante la firma de los derechos de superficie de 11 parcelas de la ciudad para que el INCASÒL pueda levantar pisos asequibles
Ana Jiménez
Lo no tan jacarandoso es el hecho de que hayan pasado dos años y que todavía queden 16 solares por impulsar de los 27 consagrados en Sant Jaume. Joan Ramon Riera, comisionado de Vivienda del Ayuntamiento, explica a La Vanguardia que la idea es que los derechos de superficie de estos terrenos pendientes se puedan ceder al Govern antes de que termine el mandato, en mayo de 2027. Eso es precisamente lo que se firmó ayer para los otros 11 solares que o bien tienen proyecto definido (nueve de ellos) o lo tienen al caer (los otros dos). En total, estos 1.700 hogares son una pequeña parte de ese margen de crecimiento (cifra confirmada por Riera) de 70.000 pisos para toda Barcelona, entre públicos y privados, que sobre todo está previsto que se desarrollen en la Marina, la Sagrera y el 22@.
Epicentros del ladrillo
La Marina, Sagrera y el 22@ son las zonas con el mayor margen de crecimiento en cuanto a la construcción de viviendas
Sobre los proyectos ganadores, Jordi Salvat, director de Habitatge i Edificació del Institut Català del Sòl, expuso cuál fue el criterio de elección del jurado: integración en el entorno, innovación y calidad de los espacios, estrategia ambiental y viabilidad económica. Ahí estaban los equipos de arquitectos ganadores (tienen su mérito, pues se presentaron 277 propuestas), que durante un mes dedicaron buena parte de su jornada laboral a tejer un dibujo que comulgara con las demandas técnicas del INCASÒL.

Paneque y Collboni, con los arquitectos que han ganado los concursos para construir vivienda pública en nueve solares de Barcelona
Ana Jiménez
A día de hoy, Barcelona cuenta con unas 13.000 viviendas de alquiler asequible. Antes de las próximas elecciones se habrá llegado a cerca de 15.000, con 5.000 más que estarán en construcción o en fase de redacción de proyecto y otras 10.000 que tendrán el solar reservado pero todavía necesitarán un largo periplo –todo un mandato– para tener felpudo. Si se amplía el foco, cosa que hizo ayer durante el acto la consellera de Territori, Sílvia Paneque, el Govern dispone de 670 solares cedidos por los ayuntamientos que permitirán alumbrar 21.000 pisos protegidos más en Catalunya. Nuevo paso hacia esos 50.000 que prometió la Generalitat de cara al 2030. Visto el techo constructivo de la gran ciudad, muchos barceloneses tendrán que virar hacia esa oferta.
El alcalde recordó que el alquiler ha crecido un 70% en los últimos diez años en Barcelona, pero defendió que la reciente regulación de las rentas en zonas tensionadas ha permitido, también en el caso de la capital catalana, que el alquiler “haya caído un 8,9% en el último año”. “Tenemos que acelerar los trámites y facilitar las cosas a todos los que nos pueden ayudar a construir vivienda protegida”, sostuvo Collboni, que avanzó que el Consejo Europeo abordará en octubre por primera vez la posibilidad de impulsar vivienda asequible desde las instituciones comunitaria a través de los ayuntamientos.
Antifrau avala la compra de la Casa Orsola
La Oficina Antifrau de Catalunya ha desestimado la denuncia de una anónimo contra la compra de la Casa Orsola por parte del Ayuntamiento y la fundación Hàbitat 3. El escrito alertaba de presuntas irregularidades en la adquisición de la finca, “por el elevado coste (9 millones de euros) y por la ausencia total y absoluta de justificación en dicha compra”. La denuncia apuntaba también a la posible comisión de delitos de malversación de caudales públicos, soborno y tráfico de influencias. Tras estimar los informes presentados por el Consistorio, la Oficina Antifrau concluye que la compra del inmueble del Eixample está justificada “y desvirtúa cualquier acusación sobre una actuación delictiva”.